Capítulo V: Tendrás tu castigo

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Los días tras la reunión en aquel burdel le dieron a la hermana del depuesto Sultan un rayo de esperanza para seguir adelante con sus planes. No la amedrentaba la amenaza de Mariam de casarla con Bounzain Pashá; todo lo contrario la envalentonaba para seguir caminando con la cabeza bien erguida,a diferencia de Mariam y Selim. La sultana Rayza era hija de la Sultana Mahidevran quien antes de ser sultana fue una princesa de la dinastía Giray. Realeza por ambas partes era la qeu corría por su sangre. Así que una sultana que a su vez era hija de una esclava cualquiera no tenía porque amedrentarla.

Rayza llegó al jardín en donde su hermano Selim mandaba a por ella seguramente para comunicarle la noticia, cuando llegó hasta donde su hermano y su esclava veneciana; la sultana desplegó una graciosa reverencia. La primera reacción de Rayza fue ver hacia su hermana Mapheyker sentada en el trono del imperio mientras que Nurbanu la italiana permanecía detrás de su esposo con una fea mueca en su bello rostro.  De Nurbanu los ojos de Rayza se fueron hacia Selim quien hacía unos instantes tenía sujetada la mano de Mapheyker.

La mayor de las hijas de la sultana Mahidevran prefirió hacer caso omiso de sus pensmientos, si Selim era capaz de cometer actos bajos uno de ellos fue matar a Bayaceto, pero no quería pensar que podría ir lejos al querer seducir a su hermana, a su propia hermana. Procurando pasar aquel mal pensamiento de manera rápida, Rayza prefirió romper el silencio.

--Majestad.--¿En que puedo ayudarte?

Selim sonrió abiertamente, con esa sonrisa de idiota que acostumbraba poner cuando se salía con la suya.

--Mi hermana querida.--El sultán se ponía en pie para ir hasta donde ella, darle un beso y un abrazo afectuoso claro estaba jugando a ser un hermano sobreprotector. Mientras se dejaba abrazar, Rayza no quitaba los ojos de Mapheyker ella parecía preocupada mas bien asustada, por un instante Rayza se tuvo que morder la lengua.--¿Por que no me acompañas a dar una vuelta por el jardín? Hace un día precioso para estar dentro de esta carpa, ven.

La sultana mayor se dejó encaminar por su hermano, varios guardias reales les seguían las pisadas en tanto la mente de Rayza no dejaba olvidar la escena pasada. Mariam tambien estaba presente, y al igual que Nurbanu su rostro parecía sombrío.

--Majestad, no puedo con esta intriga, digame de una vez que es lo que sucede.

Selim dejó escapar una carcajada, parecía conteto lo que quería saber Rayza era el porqué de esa alegría. Lo que a ella no dejaba de causar escalofríos.

--Este es un día glorioso para esta dinastía hermana.

--¿Porque majestad?

Llegaron a un kiosko, era el favorito de Rayza ya que se encontraba en el jardín de las rosas allí se sentaron en las bancas de mñarmol pulido permaneciendo unos instantes en silencio hasta que a Selim le dio el empacho de hablar.

--Esta tarde he hablado con el shayj al islam, le he preguntado si es posible que Alá me otorge la gracia de tener una segunda esposa. Me refiero a casarme con nuestra hermana Mapheyker, esto con la finalidad de terminar con las rencillas, hermana desde la muerte de nuestro querido hermano Mustafá aún hay odio entre lso hijos de nuestro padre. Es hora de acabar con eso de una vez. 

Rayza tembalaba a esas alturas, ¡Por Alá! Su padre debía estar retorciendose en su tumba lo mismo la sultana Hurrem.

--Alá castiga al hombre que pretenda compartir el lecho con su hermana Selim estás condenando no solo tu alma, sino la de Mapheyker. Por un capricho tuyo mi hermana irá al infierno. ¿Eso no te lo dijo el efendi?

Selim arqueó una ceja, luego volvió a echarse a reir por lógica ya venía previendo que precisamente una felicitación no tendría.

--El efendi dice precisamente lo contrario, si es para apaciguar los animos entre hermanos que mejor que un matrimonio, además le daré a Mapheyker un título más alto que el de Haseki, la nombraré Imma Sultana. Nurbanu dirigirá el harén, pero Mapheyker tendrá derecho a ocupar un asiento en mis sesiones con el consejo podrá ayudarme con el estado.

Rayza se mantenía firme en sus convicciones Alá no lo permitía y ella tampoco lo permitiría por lo que se podía ver el único satisfecho con esa medida idiota era solamente el loco de Selim. Quien al parecer no medía las consecuencias de sus actos.

--¿Sabes lo que estás a punto de desatar hermano? Nurbanu, tu esclava veneciana estára al tanto de todo si Mapheyker te da un hijo Alá mediante eso no se llevará a cabo es capaz de reuinir a todos sus fieles. No por nada te ha dado tres hijas, tres las cuales significa el hecho de tener pashás de su lado listos para encabezar un golpe de estado a la primer oportunidad. No puedes confiar en nadie Selim.

Selim parecía captar a medias el mensaje por lo obstinado de su mirar, Rayza se daba cuenta de que aquello ya era una decisión tomada que dificilmente sería rebocada. En tanto ella se daba cuenta de que debía actuar con premura antes de que fuera demasiado tarde para su querida hermana. Para ello esa misma noche escribiría a Ibrahim Pashá el candidato de su hermano tendrían que azuzar al pueblo en contra del sultan, solo así tendrían tiempo de fingir la muerte de su hermana.

Si culpaba a Nurbanu; Rayza se daría por bien pagada.

--Una cosa tengo clara hermano.--Rayza se puso en pie, no podía seguir frente a Selim si antes le daba lástima ya le daba asco.--Esta boda no se llevará a cabo porque no es mi voluntad que así sea.

Selim también se puso en pie le temblaban las quijadas y las manos estaban crispadas.

--¡Traidora! ¡Soy el sultan! Aceptarás lo que yo te mande.

--Serás el sultán sí, pero no eres ni la sombra de lo que fue nuestro padre que lástima me das Bayaceto habría interpretado un papel mucho mejor que tú pobre pelele.

La ira de Selim se dejó ver rápido el rostro regordete de Rayza pronto giró en dirección contraria gracias a la bofetada que Selim, en su furia le propinó. Rayza se llevó una mano temblorosa a la mejilla dañada. Tenía el corazón acelrado y la lengua mojada en la bilis. ¿Cómo se atrevía? 

--No eres más que el hijo de una esclava, desciendes de baja estierpe y quieres mejorarlo con un matrimonio que a ojos de todos es un pecado. 

--Fuera de mi vista Rayza quedas expulsada de este palacio, no volverás a pisarlo en tanto yo viva ¡Perra! ¡Traidora!¡Insolente! ¡Soy el sultan, soy el sultan del imeprio otomano!

Rayza sonrió, era una de esas sonrisas que dictaban que sus enemigos hacían justo lo que ella quería.

--Majestad, ahora mismo iré a por mis cosas.

--¡No!--Rugió Selim estaba con las mejillas rojas, los ojos muy abiertos y el pecho subía y bajaba sin parar.--Te irás con lo que llevas puesto; de aquí en adelante te desconozco como una princesa de la dinastía no eres más una sultana.

Rayza comprendía a la perfección bien, entonces podía obrar un poco mejor si estaba afuera, Ibrahim pashá estaba observando la escena impavido como solía mostrarse en presencia del sultan.

--Entonces, alteza me iré. Supongo que no tengo derecho de despedirme de mis hermanas.

--Supones bien, ahora andate, vete no quiero que mis ojos te vean.

Rayza elaboró otra reverencia. Bien, desde afuera habría que actuar entonces.

Pero si de algo estaba segura, era que Selim, Nurbanu, Mariam y todos los que le arañaban la cara pensando que estaba débil tendrían su merecido castigo y ella se encargaría de que fuera un castigo ejemplar. Nadie le haría comer tierra sin haber pagado caro la osadía.






El león del imperioWhere stories live. Discover now