El inesperado despertar a tu lado

Amor

Pepper presionó la esponja contra la piel enrojecida, lo hizo con fuerza, con cierta saña; y disfrutó cuando Tony dio un respingo quejándose.

—Cuidado, Pepp. Se trata de que no se note, no de que lo hagas más grande.

Rhodey, desde la cama, rió.

—Calla, esto es tu culpa.

—Mi culpa ¿por qué? Yo no me alcanzo—replicó Tony, al tiempo que veía como su amiga lo amenazaba con una nueva dosis de base de maquillaje sobre su cuello.

—Te dejaste—le dijo ésta mientras, detrás de ella, las carcajadas de Rhodey aumentaban su volumen— ¿Qué diablos? ¿Te mordió un vampiro o qué?

Tony ladeó el rostro, para darle espacio a Pepper para continuar disfrazando la marca de beso que Steve había dejado la noche anterior.

—Podría parecer uno, ¿no? Tiene la pinta—dijo con un aire embobado en el rostro.

Pepper detuvo su empeño, para mirarle con una ceja levantada tan alto como le era posible, respiró profundo, porque estaba segura de que si no lo hacía, sería ella quien dejaría marcas en el cuello de Tony, pero de sus diez dedos cuando le ahorcara.

—Deja de poner esa cara—le dijo, dejó la base, tomó su brocha y polvos translucidos para fijar lo más posible aquel parche de color. Cuando terminó, observó de lejos su obra—. Listo... no te toques el cuello, ¿de acuerdo?

—Pude haber dicho que me picó un mosquito y ya—replicó Tony.

—Nadie creería que esa cosa la provocó un mosquito—ese había sido Rhodey, a quien, aparentemente, la risa se le había acabado—. ¿Quién diría que Tony Stark se acostaría con otro hombre?

—¡Hey!—Tony le señaló acusadoramente—No me he acostado con él.

—Todavía—acotó Pepper en voz baja.

—Ajá, ¿y esa marca qué?—Rhodey señaló el cuello maquillado.

—Sólo nos besamos un poco—Tony se dio la vuelta para mirarse al espejo.

—Un poco apasionadamente, supongo—Rhodey dejó escapar una carcajada, al parecer su risa se había recargado.

Tony volteó a verle ceñudo, mientras Pepper, con gesto adusto, guardaba su maquillaje.

—Sea como sea, será mejor que ambos estén listos—dijo al ponerse de pie—. Así que nada de burlas—dijo señalando a Rhodey—, y nada de besos—señaló a Tony—, hasta que terminemos con la presentación, ¿entendieron?

—Seee—dijeron los otros dos al unísono y arrastrando la sílaba.

***

—Tony, oye...

Rhodey aguardaba junto con su amigo tras bambalinas. Le tocó el hombro con la punta de su dedo robótico. Tony volteó a verlo, le había pedido que fungiera como modelo del traje, mientras él daba las explicaciones correspondientes al público; sabía que acostumbrarse al traje y controlarlo podía ser complicado, así que, cuando Rhodey lo llamó, creyó que se trataba de algo relativo al traje, pero no fue así.

—¿El capitán sabe que eres tú?

Tony le miró fijamente por un momento, antes de negar lentamente.

—No tiene por qué saberlo.

Rhodey frunció el ceño.

—Debe saber a quién está besando, ¿no crees?

—Creo que de alguna manera lo sabe... pero la certeza no creo que le guste.

—¿Cómo?—Rhodey frunció el ceño.