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Apenas había pasado un mes desde que había finalizado el ciclo escolar. En las cuatro semanas vacacionales JungKook se la pasó junto a su padre, y hermanos en casa. TaeHyung estaba en Daegu, visitando a su familia, habían hablado por videollamada sin falta por las noches, ya que ambos estaban desocupados. Y pensar que faltaba un mes más para entrar a un nuevo año de instituto.

TaeHyung le había contado sobre un gran empleo que su abuelo le ofreció, era uno de cocinero en la tienda que sus abuelos tenían, más específico en postres. No era mucho, pero con algo se debía empezar. JungKook le contó que se lo pasaba genial en compañía de su pequeña familia, cocinaban juntos..., o bueno ayudaban a Jin.

Pero ambos sabían que se necesitaban.

Sorpresiva mente la lluvia no paraba desde la mañana, algo raro pero que a ninguno molestaba.
El pelinegro terminó de lavar los vasos de vidrio y suspiró. La puerta fue levemente tocada por la rubia llamando la atención del menor.

—Para la próxima dile a tu novio que avise—HyunA dio un trago a su café y se fue de la cocina.

¿Qué había dicho?

El omega secó sus manos en su pantalón y salió a la sala. Sus ojos se abrieron a más no poder y rápidamente corrió hasta el castaño que miraba el reloj frente al sofá más grande.

—¡Tae!—JungKook gritó emocionado, y el castaño fijó su mirada en el omega.

El azabache brincó hasta ser cargado por los fuertes brazos del mayor, pasó sus manos por detrás del cuello de Tae y dejó una gran cantidad de besos en el mojado rostro del mayor. TaeHyung estaba muy mojado por la lluvia, pero poco le importó al feliz omega.

—Te extrañé tanto, cariño—El alfa afirmó con sinceridad y besó la barbilla del menor.

—Y yo a ti, Tae.

Ambos sonrieron, estaban tan metidos en su encuentro que no notaron la divertida mirada de u  omega. El señor Kim carraspeó llamando la atención de los jóvenes.

—Será mejor que corran a bañarse, están hechos un desastre. Y TaeHyung, bienvenido, campeón—Ambos alfa sonrieron.

JungKook se ruborizó y bajó de los brazos del mayor. Había sido una escena algo divertida.

—V-Vamos a mi cuarto, te daré ropa.

El menor caminó y fue detenido por la voz del mayor.

—Te amo.

—Te amo también, TaeHyung.

JungKook sonrió y TaeHyung le abrazó.
Y realmente adoraban tenerse el uno al otro. JungKook suspiró oliendo el aroma que desprendía su alfa.

Vaya que sus planes se habían vuelto lo contrario a lo que pensaba desde un principio, ya que, de corregir el comportamiento de cierto alfa pasó a llevarse una corrección el mismo.

Y es algo que le hacía muy feliz.

Y es algo que le hacía muy feliz

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Corrigiendo al alfa. |VKWhere stories live. Discover now