Capítulo 4

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Siguió a la minina de pelaje albino, cada tanto inspeccionando sus alrededores. 

Ya habían pasado meses desde lo de su madre, y todavía recordaba perfectamente el sonido del arma mezclado con los ladridos de perro. Aquella noche que quedó solo, unos gatos lo encontraron acurrucado en el hueco de un árbol. 

Shinsou se sorprendió cuando comprendió lo que decían, con tanta fluidez como si fuera lenguaje humano. 

Uno de ellos, de pelaje gris y bellos ojos almendrados, le dio la indicación de que lo siguiera. No sabía que podía deparar la vida al seguir a un par de gatos callejeros que hablaban entre sí como dos viejos cascarrabias y cada tanto le daban miradas desconfiadas. Creyó oírlos decir que tan solo era un cachorro mas, perdido en medio de la oscuridad. 

Fue así, que fue criado por todo un grupo de gatos abandonados. 

Pero esa, es otra historia. 

Zafiro, la gata que está siguiendo actualmente, es una mascota doméstica con una vida llena de lujos. El la había rescatado días atrás de unos perros salvajes. La minina prometió agradecerle correctamente el haber salvado su vida, y que le presentaría a alguien que probablemente podría ayudarlo.

—Verás que si, ella me rescato del refugio —contó con los ojos azules brillando—. Es un poco mayor, pero es tan dulce como una niña pequeña. 

Shinsou sabía que cuando volviera al refugio, los gatos iban a regañarlo. Siempre le dijeron que se mantuviera alejado de los humanos del pueblo, porque sabían de lo que serían capaz si ven a un híbrido abandonado por la zona.  

Sin embargo aquí está, en el patio trasero de una casa que desconoce. A simple vista se ve acogedora, el césped verde y luminoso provocaba en él unas ganas de dormir increíble. De solo imaginarse la dulce siesta que podría tomarse allí, con el sol calentando su piel..

Zafiro se detuvo delante de una puerta corrediza que del otro lado posee una cortina, impidiendo que pudiera divisar su interior. La gata no tardó mucho en maullar y arañar la misma, llamando la atención de la dueña de aquella casa. El híbrido de once años se quedó escondido detrás de un árbol que cubría perfectamente su delgado cuerpo. Metió las orejas bajo su espeso pelo y la cola detrás de él se enroscó varias veces, demostrando su nerviosismo. 

La persona que corrió la puerta es una señora, con apenas unas marcas de envejecimiento en su rostro sonriente. 

—¿Donde has estado? Me tenías preocupada —habló con calidez a su mascota, antes de agacharse con suma lentitud, pasando una de sus manos sobre el pelaje albino.

Zafiro maullo y miró en su dirección, la mujer imitó la acción y en ese instante, cruzaron mirada.

Vio su rostro cargado de sorpresa y tuvo la maravillosa idea de darse media vuelta para echar a correr. Hasta que la vio extender una de sus manos, la sonrisa maternal produjo una sensación de calidez en su pecho. 

Pero Shinsou hizo caso a su instinto, dio media vuelta y corrió tan rápido como pudo. 

Aún le faltaba mucho para confiar en un humano, de nuevo.



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Be My Light [BNHA] [Shinsou Hitoshi x Lectora]Where stories live. Discover now