Be My Light [BNHA] [Shinsou Hitoshi x Lectora]

Capítulo 11

El viaje en el auto fue terriblemente silencioso, Shinsou acunaba a Parda en sus brazos como si fuera un bebé. Había dejado de gimotear, dormía tranquila, las garras enganchadas en la ropa del ojos violáceos. Por más que tuviera intenciones de iniciar una conversación se veía incapaz de hacerlo ante la mirada perdida del híbrido. 

La cola está alrededor de sus talones, los pelos erizados.

(T/n) apretó el volante mientras seguía las instrucciones del GPS instalado. El veterinario quedaba en el pueblo vecino, a media hora aproximadamente. Por suerte a esta hora de la noche no hay muchos autos rondando, así que la ruta se encuentra vacía. Se preguntó qué podría hacer para brindarle alivio, una palabra, algo. Pero ninguna idea llegaba a su cabeza, así que solo se mantuvo atenta en caso de que él quisiera hablar sobre ello. 

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El local tenía un enorme cartel color verde que titilaba, junto a la luz fría que resaltaba a traves de la ventana. Al principio ninguno de los dos vio movimiento alguno, ni una sola persona o enfermera parecía estar en la mesa de entrada, pero apenas abrieron la puerta de la clínica, una mujer vestida con prendas de color azul oscuro los recibió. 

Ignoro por completo las orejas de Shinsou cosa que (T/n) agradeció mentalmente, ambos explicaron la situación sin detenerse un segundo. 

—La llevare para revisarla, y necesito que alguno de ustedes llene un formulario —La gata fue depositada en sus brazos, aunque el híbrido dudo antes de soltarla—. Haremos todo lo posible para ayudarla.

(T/n) dio una breve caricia en el brazo de Hitoshi, antes de sostener la lapicera que yacía encima del mostrador. Parda no es su gata, pero se haría cargo de ella en nombre del cabellos violáceos, que de momento se dejó caer con pesadez en uno de los asientos de la clínica. Existía la posibilidad de que tuvieran que pasar la noche allí, o tal vez podrían dejarla al cuidado de ellos.

De todas formas, estaba segura que Shinsou no querría apartarse del lugar por ningún motivo. 

Al inspeccionar el lugar más a fondo, logró visualizar una máquina expendedora en la zona donde estaciono. 

Puede que compre algo para ambos. 

Pasaron quince minutos y cuando la enfermera regresó, ante su expresión facial, supo enseguida que algo no estaba bien. Les explico a ambos con suma calma que Parda de momento se encuentra estable, sin embargo, debían tenerla en inspección por el problema de su pata trasera. La mandíbula del perro se cerró sobre el hueso de tal forma que produjo una leve fisura. 

—Tenemos una jaula disponible para ella —Sostuvo el formulario entre sus manos—. Parda fue medicada, así que podrá descansar. 

(T/n) soltó un suspiro de alivio y tras agradecerle repetidas a la vez que pagaba por los cuidados de la felina, decidió darle una mirada al híbrido.  El cual tiene las orejas escondidas bajo su abundante pelo, los ojos cargados de angustia y culpa. 

—Hitoshi, iré a comprar algo para beber, ¿que quieres tu? —Al acercarse, se vio tentada a estirar la mano y pasarla sobre su cabello. Se contuvo.

Escucho su vaga respuesta; té verde. 

Pronto los ojos felinos se dirigieron al pasillo por donde fue la enfermera. Atento a cualquier movimiento o sonido.