PRIDE (Michaeng)

5.

Mina POV

-Les juro que tuvo la valentía de sentarse a mi lado en Química.
Mi mejor amiga se cubrió el rostro a manera de sorpresa.
-Ay, pobre de ti.
Sana mencionó con lástima y después acarició mi hombro.
-Lo sé, que niña tan extraña. Pero bueno, ya empezará el partido de JB.
Miré hacia la cancha y comí un poco de mis palomitas. Observé que mi novio corrió hacia la cancha con su equipo. Fútbol Americano. No entiendo absolutamente nada pero estoy aquí para apoyarlo, como siempre lo he hecho.
-¡Vamos 22, eres el mejor!
Grité desde las gradas.
Mi novio volteó y desde la cancha me lanzó un beso.
-Qué románticos son.
Nayeon dijo entre risas.
-Es lo mejor que pude haber pedido, a veces siento que él es el amor de mi vida.
Sentí ciertas mariposas en el estómago.
Es que en verdad, desde que lo conocí no tengo ojos para nadie más. Es todo lo que buscaba en una persona, es un sueño hecho realidad.

Estaba admirando a mi musculoso novio correr rápidamente por toda la cancha cuando alguien comenzó a nublar mi vista.
-Con permiso, gracias. Ah, lo siento, gracias.
Eran las líderes de la alianza hetero-gay , Chaeyoung, Jeongyeon y Tzuyu. Estaban intentando conseguir asiento entre las gradas, pasando entre la gente como si fueran invisibles.
Mis amigas y yo las miramos con disgusto.
-¡Mina, mi compañera de Química!
Comentó Chaeyoung.
Le sonreí sarcásticamente.
-¿Nos haces un espacio? Queremos ver el partido.
Jeongyeon habló.
-No, aquí no hay espacio para ustedes.
Sana le contestó, siendo un poco grosera.
Todas reímos.
-Sigue disfrutando el partido, Mina.
Chae dijo seriamente, ya se veía enojada.
Tomó de la mano a sus amigas y siguieron buscando lugar entre la multitud de gente.
-¡TOUCHDOWN DEL NÚMERO 22!
El comentarista gritó por toda la cancha, sólo vi a mi novio festejar con sus amigos. Toda la tribuna se volvió loca, teníamos la victoria en nuestras manos gracias a JB.
Observé que mi novio hizo contacto visual conmigo desde lejos y me señaló, indicando que el touchdown me lo había dedicado a mí.
Sonreí y le mandé un beso.
-¡Lo adoro!
Grité a los cuatro vientos.