Capítulo 2;12

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«Lo que ojos observan, la mente se encarga de encontrarle un fallo».


Capitulo 2:12

K;th


—Eso salió increíble —dijo con la emoción clara en su cuerpo, voz y alma—. Ya quiero volver a presentarme.

—Tenemos toda la semana de presentaciones —le insinuó NamJoon a SeokJin—, después de todo ya somos una banda.

Los gritos de las personas pidiendo más de nosotros eran las mejores cosas que nos pudieron haber pasado, pero había algo entre esas personas que no podía entender.

—¿Por qué Mackenzie estaba aquí?

No puedo negar el hecho de que me sorprendió verla entre esas personas, incluso cuando me gusto encontrarla, sentí que ella no quería verme.

Jungkook fue el primero en hablar con su tono tan frío y calculador. —Es nuestra amiga, ¿o acaso lo volviste a olvidar?

Cada vez los chicos me iban perdonando pues sabían lo arrepentido que me encontraba, pero Jungkook jamás lo haría.

Lo entendía.

Aunque a veces se sale de sus límites.

—Solo preguntaba. —un sabor amargo se apoderó de mi boca.

Ninguno de los chicos pudo decir algo a mi favor porque no había nada que decir, y la verdad, yo estaba contento por ellos mas que por ti. Había escuchado tantas veces a NamJoon rapear junto a los chicos y como nos ayudaba a cumplir nuestros sueños que me emocionaba verlos pero, ahora, ni siquiera quiero hacerlo porque ya no estoy para su confianza, ellos jamás volverán confiar en mí y lo entiendo. Estoy solo.

Como si fuera poco, su silencio dijo más que mil palabras, así que, tomé mis cosas y me retiré en busca de mi hijo, después de todo yo no entraba en sus celebraciones.

—Papá asombroso. —sus pequeños brazos me rodearon y sentí verdaderamente la calidez de alguien.

—Tú lo eres.

Ahora solo somos tú y yo, pequeño.

Tomé su mano y nos despedimos de SeoMin quién parecía agitada y ansiosa por irse del lugar, al preguntarle porqué escuché que quedó en ir a buscar a algunas amigas y yo reí porque sabía que se refería a la misma chica que anda rondando por los lugares del edificio. Pero no se lo digamos. Ella y yo hemos creado una enemistad, pero sé que puedo contar con ella cuando se me viene el mundo encima.

—Mamá. —pronunció y yo fruncí el ceño.

A lo lejos pude observar lo que él tanto miraba con ansias:

Mackenzie.

Estaba hablando con un integrante de otro grupo y parecía estar contenta.

—Vámonos, ella no es tu mamá.

Me dolió verla con alguien más, pero no podía reprocharle nada después de todo, no somos nada, y no me dejará serlo.

Mi Lindo Niñero | K;thWhere stories live. Discover now