Capítulo 3;16

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«Los Potter sonrieron y agitaron las manos, y Harry permaneció anhelante, con las manos apretadas contra el espejo, como si esperara poder pasar al otro lado y alcanzarlos». J.K. Rowling, Harry Potter y la piedra filosofal.

Capítulo 3;16

Una semana más tarde nuevamente me encontraba frente al espejo, esta vez no observaba mi estómago, sino mi enrojecido rostro; las lágrimas siempre fueron notorias en mí y está no sería la excepción. El tener que despedirme de alguien nunca sería una costumbre o algo fácil de hacer para mí, incluso si algunos no pueden llorar, ese nunca sería mi caso.

Debería estar feliz, debería estar celebrando que Taehyung está a mi lado en estos momentos y se encuentra abrazándome por la espalda dándose cuenta el mismo sobre el crecimiento de mi cuerpo, pero no podía estarlo sabiendo que alguien no podría presenciar y disfrutar como mi familia, mis amigos y mi chico, este lindo crecimiento dentro de mí; si antes estaba sonriendo, eso fue antes.

Una mala noticia puede provocar un sin fin de dolor en uno.

—¿Ya estás lista? —me preguntó el chico cuyo calor intentaba hacerme sentir bien, pero, no importa cuánto se acercará, yo ya estaba cansar de perder.

—Nunca voy a estarlo.

Y no está mintiendo, aunque di la vuelta para abandonar nuestro hogar y caminar hacia el auto, siempre supe que no podría estar lista para ir a ese desolado lugar y despedirme de alguien cuyo rostro quedó grabado en mis recuerdos como todas las locuras que hicimos juntos; éramos amigos.

—Llegaremos cinco minutos antes del inicio de la ceremonia —me comentó Taehyung mientras manejaba hacia el cementerio con Ryuk dormida atrás, apenas eran las seis de la mañana y el pequeño, sin tener conocimiento de lo que pasaba, se había envuelto en el país de los sueños. A esto me refiero cuando digo que me hubiese gustado no haber crecido—. Aún podemos dar la vuelta si no te encuentras preparada.

—El que no esté lista no significa que no pueda ir a despedirme —contesté sin intención de sonar pesada—, sino que no estoy lista para el día siguiente asimilar que él ya no va a estar.

Despedirse es lo más fácil a mí parecer, aceptar al día siguiente que esa persona ya no está es lo más difícil, aunque a veces me cuestiono que es peor.

Para cuando llegamos al cementerio no fue difícil reconocer algunos rostros, aunque si a las personas; sus encantos, sus carismas, su felicidad, ya nada de eso se encontraba, solo una falsa máscara que intenta ocultar su tristeza. El que sonrían no significa que están felices, para mí es fácil verlo después de haberlo hecho tantas veces. Sin embargo, con todo el dolor que se nos ponía sobre los hombros y nos apretaba el corazón, la ceremonia comenzó al tiempo que se había planeado y nadie pudo decir ni una palabra en todo el transcurso, ni siquiera Taehyung que había tratado de hacerme conversar desde que se supo la noticia; podía sentir el latido de su corazón tan descontrolado y ver como mordiendo sus labios trataba de retener sus lágrimas.

«Ya llegaremos a casa, amor, ahí podrás soltarlo todo». Me dije al observarlo, él había estado conmigo durante todo este tiempo tras haber recibido la noticia, volvió por todos nosotros para enfrentar este desolado suceso y no sé permitió soltar su propio dolor.

Cuando los chicos dejaron el ataúd donde correspondía empezaron las palabras del cura quien, a mí parecer, parecía perder sentido en sus palabras pues también se conmocionada a bastante al ver este tipo de suceso; me di cuenta que nadie está acostumbrado a perder a alguien. Por todos y por mí intenté mantener mi postura y no llorar mientras daba un paso al frente para poder despedirme como se debía.

Mi Lindo Niñero | K;thWhere stories live. Discover now