Capítulo 3;10

2.8K 277 13
                                    

«Respeta»

Capítulo 3;10

El escenario ya no era tan pequeño y el traje que estaba en la habitación no era ni de mi talla, más bien parecía ser para un minion. El top rojo con suerte tapaba mis senos y la falda no tenía un short abajo, solo una especie de tanga que se veía sumamente incómoda y lo era, me lo probé solo una vez y no pude dar ni dos pasos sin que esta se me metiera en el trasero.

¿A quién podría gustarle algo así?

—La verdad es que no me queda mal —Había dicho SeoMin vestida con prendas parecidas, pero en color negro.

—Pues entonces sal tú —dije.

—Ese no es mi trabajo —se rio de mí.

Finalmente, no me cubrió y ahora me encontraba frente a la mirada de grandes y asquerosos hombres que, no deberían ser llamados hombres.

«Eso nena, ¡muévete para mí!» Gritaban por todos lados y eso me mareaba, me hacía sentir esclava de todo lo que ellos pudiesen decir o hacer, ¿cómo es posible que esto sea correcto? Mejor dicho, ¿es esto correcto?

—¿Estás bien? —me preguntó una mujer por lo bajó y yo asentí, ella tenía una máscara que ocultaba gran parte de su rostro, pero aun así notaba su preocupación ante mi desconcierto.

—¿Te gusta esto? —pregunté sin ningún filtro.

Vi sus hombros caer y tomó mi mano para llevarme a un lado apartado de los billetes y hombres ansiosos por tocarme, tocarnos.

Sentí asco.

—A algunas sí, a otras no —respondió una vez nos encontrábamos alejadas—. Para algunas personas esto es el único trabajo al que pueden acceder, para otras es su manera de sentirse ellas mismas, libres y deseadas, en el peor de los casos, algunas terminan aquí por obligación.

—Pero no es un trabajo...

—Si lo es —insistió y yo seguía sin poder entenderlo. Ella parecía un poco decepcionada—. No todos podemos acceder a la misma educación, ni tampoco tener los mismos privilegios en la sociedad. Algunos debemos conformarnos con algo que otros pueden ver mal de lejos, pero ellos no ayudan, solo hablan mientras uno intenté salir adelante por su familia e, incluso, por uno mismo. Así que, sí, es un trabajo y no se debe rebajar por lo que otros piensen o vean. Esto no nos hace menos mujeres.

Al alejarse quise entender sus palabras y así lo hice, me di cuenta que parte de mi vida se pasó en ser una hipócrita en algunos aspectos y que, en ningún sentido, debía criticar a alguien para hacerle caer, más bien debía dar mi brazo a torcer y ayudarles para que al final sepan que, al igual que Jungkook suele recordármelo, no están solos.

Nos guiamos por prejuicios; la máscara que esconde una triste realidad.

Con cierto peso de culpa en mis hombros volví al escenario y miré a aquella mujer intentando demostrarle lo apenada que me encontraba por criticar esto y no darle ninguna ayuda. Ella pareció entenderlo y se acercó nuevamente, estábamos bien ahora.

—Lamentó mi actitud —me disculpe sabiendo que era lo que debía hacer.

—No hay problema —me respondió, pero sus palabras serán algo que nunca olvidaré—. Muchas veces nos guiamos por lo que normaliza la sociedad y pensamos que eso está bien, pero si logras tener una opinión propia que no dañé a otros ni critiqué algo que para otro es su única salida o deseo, entonces habrás mejorado como persona y me alegra que lo hayas hecho.

«Ella sabe.» Escuché decir a JaeBum desde el auricular y recordé en día que me preguntó si de algo me arrepentía.

Ahora sí lo hago, y más.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora