Capítulo 1| Montando olas

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B U N N I E🌙🌙🌙

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B U N N I E
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Un peso cayó sobre mis piernas despertándome de forma abrupta y al ver que se trataba de mi hermanita Madeline puse una almohada sobre mi cabeza para que me dejara dormir. Pero la pequeña es persistente y por más que yo intente ignorarla ella continuó saltando en mi cama alrededor de mí. No contenta con saltar en mi cama ella comenzó a gritar logrando que el poco buen humor que tenía se esfume.

—¡Bunnie despierta, despierta! —salta Maddy encima mío sacándome la almohada de la cabeza.

—No grites Maddy ya me levanto —incorporándome en la cama con mucha pereza me refregué los ojos lanzando un bostezo. Odio levantarme tan temprano cuando me pase la madrugada observando a la luna.

—Vas a llegar tarde Bunnie —mi hermana cayó sobre mi cama apoyando su cabeza sobre sus manitas. Los ojos claros de mi hermana me observan cuando miro mi celular viendo que son las seis treinta. Tirándome de la cama fui corriendo al baño para darme una ducha rápida.

—¡¿Maddy dónde estás?! —el grito de Cintia en el pasillo llamó mi atención, pero no le conteste porque tenía cosas más importantes como esperar que el agua de la ducha se vuelva caliente.

—¡En la habitación de Bunnie, mami! —escucho que grita mi hermanita por encima del ruido de la ducha. Sin prestarle más atención me baño mientras pienso en la ropa que tengo en mi armario. Como el día fuera parecía ser agradable opte por ponerme una falda de jean con botones al frente, una blusa blanca de tirantes y un par de zapatos blancos.

Vistiéndome apresurada voy corriendo de un lado a otro buscando mi mochila y el peine que estoy segura que Maddy se lo llevó.

—¡¿Madeline White estuviste tocando mis cosas de nuevo?! —grito al encontrar mi mochila y voy directo a la habitación de mi hermanita. El rosa pastel me atacó al igual que la enorme cantidad de muñecas feas que están por toda la habitación. Maddy no podía ser más igual a su madre Cintia, se ve como una muñeca de porcelana, habla con voz dulce y su mirada es como la de un corderito recién nacido. Encuentro lo que busco encima de su mesita donde juega a la hora del té, peinándome mientras corro escaleras abajo me topo con mi padre.

—Más despacio princesa —reteniéndome con sus manos sobre mis hombros mi padre besa mi frente como saludo de buenos días. Mi padre es algo estricto, un hombre duro que aprendió con los golpes de la vida que ser padre de una semidiosa no es fácil. El aspecto de mi progenitor puede llegar a intimidar un poco, es alto con una musculatura marcada, cabello café y ojos de color gris. Es amoroso como padre, aunque siempre tuvimos un pequeño conflicto acerca de mi madre.

—Llego tarde papá nos vemos luego —dándole un abrazo corto salgo corriendo a la puerta de la entrada sin llegar a despedirme de Maddy o de mi madrastra. Ajustando la mochila en mi espalda voy directo a la esquina donde una linda chica vestida como hippie me está esperando.

Los Ojos De La Luna [2.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora