Prólogo

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El océano estaba pacífico. Un oleaje suave, firme e indulgente se mecía como una brisa sobre la superficie lo haría, las corrientes moviéndose a través de las aguas a un ritmo casi perezoso, perturbando las algas y la arena en el fondo del océano.

El Mar Amarillo de la costa oeste de Corea era abundante en rica vida marina; peces y plantas por igual. Nadie imaginaría que en toda esta tranquilidad habría una tragedia, algo parecido a una emergencia. Los grupos de rescate recorrían el mar en busca de un individuo.

Una persona desaparecida muy querida para el príncipe.

Kibum, Príncipe Heredero del Mar Amarillo y de toda la Gente del Agua en su Reino, echó a sus guardias y tomó un aliento tembloroso.

Disfrutó esta rara oportunidad de dejar que sus emociones emergieran mientras tenía la oportunidad de estar solo, sus manos alzándose para cubrirse la cara. Cargaba un gran pesar en su pecho, la punzada de preguntarse qué debería estar sucediendo arremolinándose en su mente. No debería haber dejado que su querido amigo vaya solo.

—¿Su Alteza?

La cabeza de Kibum se alzó, apresurándose hacia su amante y pareja para refugiarse contra su pecho, con la cola enroscándose alrededor de la otra. En el momento en que sintió las familiares manos sobre su cintura que lentamente se arrastraron de arriba abajo por su espalda en consuelo, sintió sollozos secos abrirse paso por sus vías respiratorias.

—¿Qué he hecho, Jonghyun? —cuestionó—. Está perdido, ha ido a quién sabe dónde. ¿Qué podría estarle pasando? ¿Y si un humano lo tiene?

Jonghyun calmó a su pareja con suaves susurros y dedos en el cabello del príncipe.

—No pienses en eso hasta que estemos seguros de que es ahí donde está. Hasta entonces solo cree que tu gente lo encontrará. No dormirán, se preocupan por él tanto como tú.

—¿No lo ves, Jonghyun? ¡Todo esto es mi culpa! —lloró—. Volvió por su cuenta y yo le permití hacerlo. Debería haber hecho que alguien lo escoltara.

—No pudiste haber previsto su desaparición. No voy a escuchar que te culpes a ti mismo cuando ambos sabemos que él nunca pensaría eso de ti. Su Alteza, por favor míreme.

Kibum levantó los ojos lentamente y se encontró con la mirada de Jonghyun.

—Lo encontraremos. Taemin estará bien.

Las puertas se abrieron de golpe y a ellos no les importó mucho a la posición en la que se encontraban, con las colas entrelazadas y los brazos alrededor del cuerpo del otro.

—Su Alteza. —El mensajero apareció agitado, nadando hacia ellos. Estaba jadeando sin aliento con un paquete envuelto en tela.

—¿Qué es eso? —preguntó Kibum, liberando a Jonghyun de su abrazo para dirigirse al hombre mayor con el paquete.

—Encontramos esto en el fondo del océano —él respondió, entregándole el paquete con la cabeza gacha.

Inseguro, Kibum lo tomó y sintió el familiar peso del objeto en sus manos.

—No... no puede ser. —Rápidamente quitó la tela del objeto y casi lo deja caer mientras sus sospechas eran confirmadas—. ¿Dónde estaba?

—Entre las algas gruesas en el Canal Susurrante. Estaba escondido, no se cayó.

—Gracias, puede volver al equipo de búsqueda ahora. Asegúrese de que sepan que se los agradezco profundamente.

El mensajero hizo una reverencia.

—Gracias, Su Alteza. Tenga la seguridad de que lo encontraremos —le dijo al príncipe antes de abandonar la sala del trono.

Kibum sollozó de nuevo, aferrándose al objeto que tenía entre las manos, como si el hacerlo pudiera devolverle a su fiel amigo. Las reconfortantes manos de Jonghyun estaban sobre su cintura una vez más, acercándolo a él.

—¿Dónde podría estar? —preguntó Kibum.

—Lo encontraremos —repitió Jonghyun.

—Estoy tan preocupado. Él todavía es tan joven e inocente. No conoce a los humanos o su crueldad. Nunca sabría lo que podrían hacerle si tuvieran la oportunidad.

—Es más fuerte de lo que piensas, cariño.

Kibum levantó la corona hacia su cabeza, colocándola en su lugar y suspiró.

—Solo quiero que esté en casa sano y salvo.

—Y lo estará —Jonghyun le aseguró, labios ligeramente tocándose en un beso reconfortante—. No has comido todavía, ¿verdad? Traeré algo para ti.

Kibum vio cómo Jonghyun salía del salón del trono, apenas capaz de sentir algo más. Se movió hacia la ventana más cercana, mirando el reino construido en el arrecife del valle que los protegía de la vista de los humanos.

No importaba lo que Jonghyun o alguien dijera, el príncipe heredero siempre sentiría el más grande remordimiento en su pecho. Fue por él que su querido amigo ya no estaba.

—Taemin... ¿Dónde estás?

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N/T: Aquí les traigo un nuevo proyecto.

Ya estamos acabando con LTRY, así que decidí comenzar con este.

Un comentario me animaría mucho. Me encantaría ver a los lectores de mis otros trabajos, así que si dejan unas palabritas lo apreciaría mucho.

Espero que les guste esta temática.🐬🌱 Fue todo un lío encontrar a la autora, pero me dio permiso y estoy muy emocionada. ¡Nos leemos!♡

P.D. Me imagino a Kibum con este look, se ve precioso.✨

✨

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Hooked on You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora