Cuatro

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Pasaron varios días y Minho pasó todo el tiempo que pudo en la piscina.

No permitió que Taemin volviera a utilizar su magia sobre él, sabiendo que simplemente no era una buena idea y que tampoco era necesario.

Nadaba varios largos como de costumbre si su padre o Shayla estaban en casa, Taemin nadando como una sombra debajo de él en el fondo de la piscina. Otras veces se quedaban sentados y miraban el cielo; contemplar las nubes se había convertido en una de las cosas favoritas de Taemin, ya que no podía ver mucho del cielo cuando estaba en el océano. Una de las muchas leyes establecía que la gente del agua debía permanecer bajo la superficie para mantenerse seguros hasta la primavera.

Minho había preguntado por qué la primavera era una excepción, pero el tritón solo se sonrojó furiosamente y dijo que era algo que él no entendía, simplemente acataba.

Taemin le había dicho al humano que se sentía feliz de tener compañía y eventualmente admitió que no había comido hace días, sobreviviendo a base de las plantas del jardín que había ingerido a regañadientes. Al escuchar eso, Minho trajo comida más nutritiva de la casa en un segundo y, aunque a Taemin tampoco le gustó, era mejor que las plantas de jardín.

—La comida de tierra es tan diferente a la que hay en el océano... —comentó el menor mientras mordisqueaba un apio—. Creo que es porque no es tan salada a como estoy acostumbrado.

Minho asintió.

—Pero es mejor que las plantas del jardín. Estas se supone que son para comer —dijo, mirando hacia el plato de verduras que había cortado—. ¿Necesitas agua fresca o algo así? Quiero decir, esta agua no es exactamente natural.

Taemin negó con la cabeza.

—Nah, estoy bien. Esta agua ya es bastante salada.

—Sí, mi papá dijo algo sobre el uso de sal que produce cloro o algo así. No entendí la mayoría de eso.

Se volvieron más cercanos a medida que pasaban los días, hablando de esto y aquello, preguntando por los días del otro, aunque los de Taemin eran mucho menos emocionantes si Minho estaba trabajando o se veía arrastrado a otra actividad de algún tipo.

El moreno pudo darse cuenta de que su padre estaba sospechando de que algo sucedía con él, pero el adolescente insistió en que solo prefería el agua fría que resultaba más refrescante que el aire acondicionado completamente seco.

—No tienes que mentir tanto, ¿sabes? Dije que no dijeras nada, no que mintieras sobre cada aspecto de tu día —dijo Taemin una vez.

—Si no miento, se enterarán de la verdad. Prometí no decirle a nadie que estás aquí y cumpliré esa promesa hasta que muera —Minho se juró—. Además, no es tu culpa mi papá sea tan entrometido.

—No es necesario ser tan dramático al respecto —murmuró el menor con un puchero—. Y bueno, es cierto, no es mi culpa que tu padre sea de esa manera, pero yo-

¡Minho!

Taemin desapareció bajo la superficie cuando una voz extraña llamó desde el interior de la casa.

El adolescente levantó la mirada cuando su padre salió de la puerta trasera.

—¡Sal ahora! ¡Tienes que trabajar en media hora! ¡Si no estás listo en quince minutos, te irás caminando! —amenazó el hombre antes de desaparecer de nuevo en la casa.

Minho suspiró, hundiéndose en el agua para darle a Taemin la señal de que su padre se había ido. Cuando salieron, otro suspiro escapó de sus labios.

Hooked on You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora