Cinco

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Al entrar en la casa, se quitó los auriculares que resonaban a todo volumen una de sus canciones favoritas, y escuchó sonidos provenientes de la planta superior. Palideció de inmediato. Era lo último que quería escuchar en su vida.

En lugar de enfrentarse al ataque en sus oídos, Minho fue directo a la piscina del patio trasero. Se despojó de su ropa hasta quedar en un bóxer negro, algo parecido a lo que llevaba cuando nadaba de todos modos, y se dirigió al cobertizo de la piscina para encender las luces incorporadas en el agua. Prefería las luces de la piscina a la luz del patio trasero, ya que era sutil y ligera en lugar del brillo deslumbrante y cegador como el sol que ofrecían las otras.

Intentó mirar en el agua para ver a Taemin cuando regresó al lado de la piscina, pero rápidamente descubrió que su amigo se había camuflado. Suspirando con una sonrisa, se zambulló en el extremo profundo de la piscina más grande, buscando en la penumbra con ojos torpes. Logró ver a Taemin unos segundos después, la forma del tritón apenas visible en el cruce de las dos piscinas. Emergió hacia la superficie al igual que Taemin, el menor frotándose los ojos con un puño mientras bostezaba de una manera bastante adorable.

Minho se rio y se acercó al tritón para envolverlo en un abrazo cariñoso.

—Lo siento, ¿te desperté?

—Sí... —Su suspiro se perdió en otro pequeño bostezo, y apoyó su sien en las clavículas de Minho—. Pero solo dormí porque estaba aburrido. ¿Cómo estuvo el trabajo? —preguntó cuando el moreno lo soltó, antes de ir a sentarse donde el tritón había estado durmiendo en el agua poco profunda.

—Igual que siempre —mintió. No podía decirle a Taemin sobre los dos hombres, lo asustaría cuando realmente no era necesario. Protegería al tritón, incluso si eso significaba que tenía que arriesgar su vida. Pero eso le traía otro problema al adolescente—. Taemin-ah...

—¿Hmm?

—Estoy asustado.

Taemin frunció el ceño.

—¿A qué te refieres?

—Tengo que empezar la escuela la próxima semana...

—¿No es eso algo bueno? —preguntó el menor—. Podrías hacer nuevos amigos, tendrías algo que hacer con tu día, además de sentarte en la piscina. ¿Y sabes qué más? Podrías incluso divertirte —bromeó.

—Ya me divierto —corrigió Minho—. ¿O crees que hablar contigo es algo que hago porque estoy aburrido?

—Bueno, te aburrías cuando saltaste por primera vez a la piscina.

—No. Tenía calor —corrigió de nuevo—. Regreso a esta piscina todos los días porque eres mi único amigo ahora, Taemin. No digo que no te vería si tuviera otros amigos, pero... sabes a qué me refiero...

El menor suspiró, sonriendo un poco.

—Lo sé. —Acarició suavemente el cabello mojado de Minho, sintiendo las hebras entre sus dedos—. Pero no quiero ser tu único amigo, Minho. No estaré aquí por siempre, eventualmente tendré que irme a casa.

Los ojos del adolescente miraban hacia abajo. Ese no era el único problema que tenía. Cuando estuviera en la escuela, no estaría allí para proteger a Taemin tanto como quisiera. Eso le aterraba.

—Bueno.

—Pero no me iré hasta que sepa que estás cómodo —prometió Taemin—. No podría vivir conmigo mismo si te dejase sabiendo que no estás bien.

—¿De verdad? —preguntó Minho, odiando lo esperanzado que sonaba. ¿Cuándo se volvió tan dependiente de los demás?

—Sip.

Hooked on You [2min]Where stories live. Discover now