Dieciséis

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Corrió tan rápido como sus pies podían llevarlo, no queriendo perder otro minuto que podía tener con Taemin.

Deteniéndose por un momento en un buzón en su camino, depositó la carta y luego corrió por la calle desierta y bajó a la playa, maniobrando por la pared de roca y encontrando la entrada. Pero no había nadie allí.

Minho de repente se sintió ansioso. ¿Había sido todo una mentira? ¿Un truco para que pudieran irse? ¿Había sido él, patético como era, engañado por Taemin otra vez?

Pero luego alguien llamó su nombre y se giró, un suspiro de alivio dejando sus labios con una sonrisa lo suficientemente brillante como para ser el sol adornando su rostro. Allí estaba Taemin, con la cabeza y los hombros por encima del suave oleaje, devolviéndole la sonrisa.

—¡Taemin! —llamó.

El tritón nadó más cerca, usando la corriente para acercarse a la orilla. Minho se arrodilló en las olas, Taemin alzándose sobre su cola lo suficiente como para que sus ojos estuvieran al nivel del pecho de Minho. El mayor tomó la cintura de Taemin para mantenerlo firme, complacido cuando el tritón usó sus brazos para rodear su cuello.

—Taemin, tengo que pedirte un favor —comenzó el moreno—. Solo algo pequeño que significaría el mundo para mí. Si es posible, quiero decir, no sé si se podría o no, es que-

—Shh, bebé —Taemin se rio—. Solo dime. Haré todo lo que pueda.

Metiendo la mano en el bolsillo, Minho sacó la foto de su madre y se la mostró a Taemin.

—Esto es lo único que quiero traer conmigo de la superficie. ¿Es posible? ¿Se puede proteger bajo el agua?

Taemin sonrió.

—Estoy seguro de que hay algo que Su Alteza puede hacer al respecto. Después de todo... lo que está a punto de hacer es mucho más complejo.

El agua cerca de ellos se agitó, y giraron cuando Kibum apareció sobre la superficie, pequeños tornados de agua manteniéndolo sobre la superficie. Jonghyun estaba a su lado, sentado sobre la superficie como de costumbre.

—No tardaste mucho —comentó con una sonrisa divertida.

—Como si pudiera esperar —respondió Minho.

—Su Alteza, ¿hay alguna manera de mantener una fotografía preservada debajo de las olas? —pidió Taemin.

Kibum miró al menor y luego a Minho.

—¿Algo que quieras llevar contigo?

—La única cosa —respondió el alto, ofreciendo la fotografía a los dedos sorprendentemente secos de Kibum.

—Esta es tu madre, supongo —comentó Kibum—. No tengo reparos con esto, Taemin ya me ha contado sobre su fallecimiento y lo entiendo perfectamente. —Pasó dos de sus dedos sobre el papel brillante como si acariciara suavemente las orejas de un conejo. Luego se lo entregó a Jonghyun—. Listo, ya está. Te proporcionaremos una bolsa donde puedes guardarla para el viaje. Por ahora, Jonghyun la mantendrá en la suya para que no se pierda.

Minho asintió, sonriendo aliviado.

—Gracias.

Kibum sonrió.

—Ella es encantadora. Ya veo de dónde sacaste esa apariencia —dijo tranquilamente. Antes de que Minho o Jonghyun pudieran protestar esas palabras, volvió a hablar, interrumpiéndoles—. Ahora. Debemos poner en marcha esta ceremonia. ¿Entiendes lo que esto implica?

—Bastante seguro —respondió Minho, sosteniendo a Taemin más cerca.

—Está bien, ven con nosotros —declaró Kibum, levantando una mano y colocando la punta de su dedo índice sobre la frente de Minho.

Hooked on You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora