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—¿Segura que puedes moverte? – pregunto mamá por millonésima vez en el día

—No puedo quedarme todo el día tirada en los sillones – respondí mientras trotaba en la maquina

—¿Quieres hablar sobre lo ocurrido? – pregunto acercándose aún mas

—¿Vas a explicarme todo? – pregunte sin detenerme

—No puedo – respondió ella

—Entonces no quiero hablar – dije apagando la máquina y bajándome

Cuando le conté a mamá lo sucedió su primera reacción fue tal como lo esperaba, pero conforme continúe el relato y le dije como vi que uno de ellos empezaba a congelarse, y apenas empezaba contándole que sentía que los guantes parecían ajustarse, ella me detuvo y me pidió que nunca volviera a hablar sobre eso.

Al principio pensé que solo era una madre preocupada, pero luego me enteré que estaba averiguando sobre traslados a otras academias, apenas llevaba un día descansando y ella ya estaba elaborando uno de sus perfectos planes.

—Lo hice por tu bien – dijo ella antes de que saliera de la habitación – tenía miedo de lo que te podía pasar, entonces...

—¿Entonces? – pregunte insistiendo cuando ella se quedó callada

—Puse unos tranquilizantes en tus guantes – empezó a explicar – era mi intento de tratar de prevenir que te sobre esforzaras

—Por eso los guantes parecían apretar – dije viendo mi mano

—Pues el sistema de los guantes ajustarse lo más posible y luego el tranquilizante puede hacer su trabajo – explico ella mirándome avergonzada

—Pero... y...

—Supongo que te refieres a las alucinaciones – termino mamá mi frase

—Eso no parecía una alucinación – dije cuando recordé aquella escena

—Debió ser un efecto de los tranquilizantes – dijo ella restándole importancia

—Pero...

—Falle al no decirte que estaba preocupada por ti – dijo ella sollozando – sé que me comporte de una manera demasiado sobreprotectora, pero... eres mi hija... solo trataba de protegerte...

—¿Y lo del traslado? – pregunte

—Si quieres seguir en la U.A, no te voy a detener – respondió ella rendida – solo prométeme que vas a seguir usando los guantes

—Yo no...

—Por favor – suplico ella – creo que es la primera escuela en la que estás haciendo amigos, no quiero cambiar eso, no quiero que comencemos de nuevo, pero sobre todo no quiero arruinar tu felicidad

—Eso es más una amenaza – dije mirándola mientras una gran sonrisa aparecía en mi rostro

—Soy tu tutora legal y tu madre – dijo ella tratando de contener su sonrisa

—Está bien – dije abrazándola – para cerrar el trato podríamos comer fuera, tutora legal

—Muy graciosa – dijo ella mientras me despeinaba – pero me agrada esa idea, vayamos a comer fuera, además no he cocinado nada – agrego sonriendo ampliamente

Los días siguientes el incidente en la Academia estaba en todas las noticias, e inclusive al parecer mamá también había recibido una carta de la Academia donde le explicaba lo sucedido durante el incidente, pero mamá prefirió olvidar todo lo concerniente con aquel incidente y los días que las clases se suspendieron, mamá pido permiso a su trabajo y se quedó en casa conmigo, cuando las clases se reanudaron ella también volvió a su trabajo.

En la Academia los días también parecían más tranquilos de los normales, aunque Aizawa-sensei no se tomó mucho tiempo para recuperarse ya que una mañana apareció todo vendado.

—Nakamura – dijo la chica gravedad mientras me miraba sonriente

—¿Qué sucede? – pregunté cuando las demás chicas se acercaron

—Saliendo de la escuela vamos a ir por un café – dijo la chica rana

—Y unos pastelillos – dijo Hagakure, supongo que emocionada

—Ven con nosotras – dijo Uraraka – vamos a divertirnos

—Yo...

—¿Acaso ya tienes planes? – pregunto Asui mirándome detenidamente

—No – respondí rápidamente – es solo...

—Entonces puedes venir con nosotras – dijo Asui alegremente

—Genial – dijo Uraraka sonriente

—Por fin podremos salir todas juntos – dijo Ashido con demasiada alegría

Redención [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora