Problemas de Pasillo

7. El diario de Jimi

Había pasado una semana y yo no sabía nada de Evan. De hecho, no sabía nada de nadie desde aquel día en el que fuimos a buscar a Zac y a Will en sus casas. Jason me había visitado una vez para decirme que todo estaba bien pero tenía la impresión de que sólo trataba de tranquilizarme. Laura me había contestado un par de mensajes diciendo que todo estaba bien.
No se sentía bien. Estábamos de vacaciones y no tenía el pretexto de la escuela para verlos aunque sea de forma involuntaria. Internamente me sentía muy culpable por lo último que le había dicho a Evan. Necesitaba hablarlo con alguien pero todos parecían estar en medio de lo suyo.

Así que pensé en contarle lo que pasaba a Derek.

— Tranquilo— me dijo—, creo que es normal que los grupos de amigos no estén juntos siempre. Las personas tenemos momentos buenos y malos. Quizá éste sea uno malo pero lo superarán pronto. Dale tiempo.
— Eso espero— dije—. No sé lo que pasa. Pero no se siente bien.
— Deberías de relajarte. Estás de vacaciones, deberías disfrutarlas.
— No me siento con ánimo de disfrutar nada— dije—. Desde que salimos de la escuela lo único que he hecho además de ir a la boda es ir a visitar a mi abuelita al hospital.
— Bueno, hoy estás aquí— dijo—. Conmigo. Hagamos algo.
— No lo sé, no parece justo— dije.
— Vamos, diviértete un rato. Sé a dónde podríamos ir.

Accedí de mala gana. Curiosamente, me divertí mucho. Derek conocía muchos lugares increíbles. Después de un día de ir y venir por la ciudad, terminamos en una cafetería, muy cansados.

— Deberíamos salir más seguido— me dijo.
— Definitivamente— dije.
— A la próxima podríamos traer a Zac— dijo—. Dices que está pasando un mal momento, quizá esto podría gustarle.
— Tal vez— dije, entonces tuve una idea—, ¿Podrías tomarte una foto conmigo? Se la enviaré a Zac. Así podría ver que nos divertimos y quizá quiera venir algún día.
— Claro— dijo.

Eso hice. Luego la envié junto a un pequeño mensaje: Hoy Derek y yo nos divertimos mucho. Quizá un día podríamos salir los tres.

Esperé que respondiera pero no. Honestamente no me sorprendió, ya le había enviado muchos mensajes de muchas formas posibles pero nunca había contestado nada.
Me deprimió mucho saber que esa ocasión iba a ser como las anteriores.

— Escuché que Evan tomó un turno completo en su trabajo— dijo Derek—, supongo que gracias a eso no se han visto mucho últimamente.
— Evan está ocupado— dije—, pero realmente no es por eso que no nos hemos visto.
— ¿A qué te refieres?— preguntó interesado.
— Creo que Evan y yo peleamos— admití con mucha pena.
— ¿De verdad? ¿Por qué?
— Es que... es complicado. Y a la vez algo tonto. Me siento tonto, creo que sobreactué en el asunto pero... me dolió saber que habían cosas que Evan no quiere contarme. Aún cuando yo le he contado todo sobre mí. ¿Crees que hago mal? ¿Crees que está mal que quiera saber más sobre él?

Lo pensó un rato.

— No lo creo— dijo—. Creo que es natural que quieras saber todo de la persona con la que estás saliendo.
— Pero Evan no quiere decirme nada— dije—. Entiendo que quizá es un asunto delicado pero... ¿No se supone que esos asuntos deben de ser superados para poder seguir adelante? Porque a mi parecer él simplemente está huyendo de eso, escondiéndose. No quiero que Evan viva así.
— Tampoco puedes obligarlo— dijo él.
— Lo sé pero... me gustaría que entendiera que sólo quiero ayudarlo.
— Quizá él lo haga— dijo Derek—. O no. De todas formas, sabes que yo siempre voy a estar ahí para ti, sin importar nada.

Tomó mi mano. Le sonreí.

— Gracias— dije.

Entonces, mi teléfono sonó. Lo tomé. Era un mensaje de Zac. Rápidamente lo abrí.

"Me gustaría estar ahí" decía.

Casi me pongo a hiperventilar de la emoción. Torpemente traté de responder a ese mensaje.

"Podrías venir. Deberías. Tengo muchas ganas de verte" dije.

Pero ya no respondió. Me sentí decepcionado pero al mismo tiempo un poco más aliviado. Zac había dado señales de vida después de mucho tiempo. Pensé que debería ir a visitarlo. Pero quizá debía esperar a que él quisiera verme.

— ¿Era Zac?— me preguntó Derek.
— Así es— dije—. Creo que la foto funcionó.
— Quizá deberíamos darle una visita sorpresa— me dijo—, ¿Sabes en dónde vive?
— Sí pero... Jason dice que no deberíamos molestarlo.
— Ah... entiendo eso. Pero estaría bien que saliera. Si dices que no siente bien lo mejor sería que saliera a divertirse. Le haría bien.

Yo también creía que eso era lo mejor pero... no sabía con exactitud qué había pasado así que no podía deducir nada.
De hecho, de nadie. Will tampoco se había puesto en contacto conmigo. Lo único que sabía era que Laura estaba con él casi todos los días. Pero al parecer él no quería ver a nadie más. Respetaba eso pero... me sentía un poco rechazado.

— Todo mejorará, te lo juro— me dijo Derek—, muy pronto todo volverá a ser como antes.

Sonrió. Deseé creerle.

— Debería hablar con Evan, ¿Cierto?— pregunté.
— Sí aunque... quizá es demasiado pronto— me dijo—. Cuando él quiera hablar contigo te buscará. Tal vez aún no está listo.
— No me gustaría dejar que el tiempo pase— dije—. Si él tiene un problema quiero ayudarlo. Además, se supone que somos una pareja.
— Deberías dejar pasar un poco de tiempo— dijo—, y no te preocupes por si te sientes solo. Yo estoy aquí.
— Gracias, eres un buen amigo— dije.
— De nada— dijo él—, sabes que siempre estaré para ti. Ahora, creo que deberíamos ir a alguna otra parte— me dijo.
— ¿A dónde?— pregunté.
— A donde tú quieras— dijo.
— Podríamos tomar más fotos—dije—. A Zac podrían gustarle.

Ya era tarde pero aún estábamos a tiempo. Fuimos a otras partes. Me sorprendía lo increíblemente cómodo que me sentía con Derek. Al final del día, cuando regresábamos a casa, nos detuvimos en un parque.

— Siempre he querido subirme a los columpios— dije—, pero soy demasiado mayor como para eso.
— Nunca nadie es demasiado mayor para columpios— me dijo con una sonrisa—, hay que ir.
— No, es muy vergonzoso— dije.
— Vamos, casi no hay gente. Será divertido.
— Pero van a decir cosas de nosotros.
— Jimi, eso no importa. Tú importas.

Me tomó de la mano y me llevó. Hacía mucho que no me subía que se sintió realmente bien. Aproveché para tomar fotos, tantas que me emocioné.

Al final del día terminé enviándole hasta 7 fotos de ángulos diferentes del mismo columpio a Zac.