¿IMPOSIBLE? | P.P | Spiderman × OC ║MCU║【SECRET-VERSE】1

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Conversación telefónica entre Nick Fury y Maria Hill

—Hill, debes saber el motivo de mi llamada a estas alturas.

—Fury, no te mentiré. Me encantaría no saberlo.

—Y a mi me encantaría que no estuvieras arriesgando tantas personas.

—Las estoy protegiendo.

—Si por mentirle a tu supuesta hija, resguardar a tus sobrinas de tu propio cuñado dices protegerlas, estas dejando de ser una Hill.

—Soy una Hill.

—No Maria, ellas lo son. Tu sólo les estás mintiendo, también a Rogers.

—Nick, las estoy protegiendo, son mi familia.

—A la familia no se les guarda secretos. Estás dejando de ser tu, agente.

—¿Y en quién me estoy convirtiendo? —le preguntó la señorita Hill.

—Te quejas tanto de los secretos de Stark, de su forma de tratar a Parker, de la forma en la que moldea las cosas a su favor. Estas siendo igual a él.

—Lo último que quiero es ser como él, él dañó a mi familia, no importa que quiera remediar su error.

—Esos rencores no son tuyos María ¿Acaso nunca escuchaste a tu hermana?

—Sí la escuché, siempre —ella se estaba cansando, demasiado.

—Pues deberías de recordarla y comenzar con la verdad —Fury colgó, evidentemente molesto con su mano derecha.

Si bien María Hill era la mejor agente fémina después de Natasha, no era la mejor persona. Quizá por eso ambas señoritas se llevaban de maravilla. Jen estaba ahora mismo en la sala de revisión con su prima y Stark.
Stark jamás ha tenido deseos verdaderamente malos, pero sí muchas cosas que calmar en su conciencia.

Estaban disfrutando un momento de la compañía que se generaban entre esos tres, Hugo se unió al poco tiempo, cualquiera que los viera de lejos, sin conocerlos diría que son amigos de toda la vida.

Jenny, Jen, era una chica especial. Casi tanto como su amiga Alex, la cual estaba casi 100% curada, sólo era cuestión de tiempo y algunos suministros que dejó el Doctor Banner antes de desaparecer. Hugo estaba ahí, existiendo. Sabía que algo se avecinaba, igual que nuestro querido héroe arácnido, sabían que algo iba a pasar. Ned no estaba del todo tranquilo, pero prefería ser el de la silla y ver todo desde un lugar al que no se pudiera acceder fácilmente.

Aquí es donde las jugadas comenzaban a ser extremadamente delicadas, Giselle estaba dentro de este asunto que había envuelto a la familia Blanco, de eso no había ni el más mínimo rastro de duda. Electro planeaba su siguiente maniobra, mientras que el Buitre prefería mantenerse entre las sombras, generando fondos... Y claro, aliados.

Aliados que serían la pequeña mancha mejor colocada. Una mancha blanca, como en un juego. El cual podría ser de palabras, palabras que podrían dañar a muchas personas, cada palabra y movimiento a partir de ahora, eran los más importantes para todos. Hasta para el más inocente, o la más inocente...

Las palabras dichas y calladas tendrían repercusiones grandes y ligeras, hasta inexistentes. Desafiando el significado de la palabra Imposible.

Alguna parte de Nueva York, Señor Blanco.

—Creo que nunca debes de hacer las cosas sin pensar — Electro sostenía su arma más nueva, un obsequio del Buitre —Lastima que tu esposa, no pensaba muchas cosas —apuntó al señor Blanco con esta arma.

—No le pondrás un dedo encima a mi familia.

—Eso debiste de pensarlo desde hace mucho tiempo —el arma estaba en la frente del señor —Que lastima, tu familia no podrá presenciar tu muerte, tu hijita no podría presenciar otra ¿No es así? —rió, orgulloso de sus palabras, Blanco tragó duro —Ella se volvería loca.

El señor Blanco vio a su derecha, una chica pelirroja estaba recibiendo choques eléctricos, mientras le mostraban imágenes, no la conocía, pero algo le inquietaba sobre ella, vio una foto caer. Esa foto era su pequeña, Ash, su pequeña ardillita.

Ese instante, en ese segundo, sonó un disparo.

—No debes burlarte de los demás, espero le hayas inculcado eso a las niñas, las mentiras no son buenas... Lástima que ya no estas vivo para escuchar —dijo Electro, para salir de donde se encontraba.