Capítulo 2

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Toda mi vida he sentido que me ahogo frente a las personas que amo. Que no puedo respirar y que en cualquier momento, colapsaré y no seré nada más que un cuerpo vacío.

Recuerdo a mamá gritándole a los vecinos sobre cómo nos había encontrado a Max y a mi en la habitación dándonos un torpe beso.

Max se ocultaba detrás de su madre, sus ojos estaban llorosos. Papá me mantenía a su lado mientras escuchábamos a mamá decirles un montón de cosas que parecían solamente herir más a mi amigo.

-Tal vez solo estaban jugando- intentó defender la mujer- Son solo niños, no saben lo que están haciendo.

Teníamos doce años pero, ambos habíamos crecido juntos en el vecindario y de alguna forma, terminamos en aquella situación.

-¿Quién beso a quien?- preguntó el padre de Max, se le notaba igual de molesto que mi madre.

Max se aferró a la blusa de su madre, estaba temblando.

Pero sabía que mamá no me dejaría en paz si aceptaba la culpa.

-Fue él- solté de repente-, Max fue quien me besó...

-Asegúrese de educar a su hijo, no quiero volverlo a ver cerca del mío- mamá jaló de mi brazo, mientras papá nos seguía algo atónito.

Escuché un golpe seco antes de salir de su casa, y apenas giré un poco el rostro, Max estaba en el suelo tocando su mejilla.

Lo siento, Max. Nunca pude perdonarme lo que hice.

Apenas entramos a casa, rompí en llanto. Mamá me abrazo fuerte, acariciando mi cabello.

-Debió ser traumático, lo sé, tranquilo- intentaba consolarme- Te llevaremos con un buen terapeuta y todo volvera a la normalidad.

-Por favor, no le digas a nadie...- rogué llorando en su hombro.

-No te preocupes, nadie creerá que eres homosexual- dijo acariciando mi mejilla, limpiando las lágrimas que habían salido de mis ojos, pude ver a papá mirarme con una expresión triste.

[...]

-Muchas veces las confusiones como las de Nath son por una madre sobreprotectora o un padre distante- la terapeuta anotaba en su libreta mientras nos miraba a los tres sentados en aquel estrechó sofá.

Mis pies colgaban un poco de este mientras mantenía la cabeza baja.

-Mis padres eran así y yo salí bien- bromeó mi padre intentando romper la tensión que se sentía en la habitación.

Solté una pequeña risa, negando con la cabeza.

-Eliot, necesito que te lo tomes en serio- regañó mamá a su lado.

-Estoy aquí en la sala, Verónica- la miró serio, para después ver a la terapeuta- ¿Sabe? Creo que fui un buen padre, quizá no lo sepa pero a Nath nunca le gustaron las cosas que le gustaban a sus primos o a otros niños, simplemente no estaba interesado.

-Me gusta pintar, también hay niños que lo hacen- agregué recargandome en el sofá.

-Mi punto es, que yo no creo que haya algo malo en él- dijo tomando mi mano y apretandola-. No lo obligaré a creer que lo que pasó arruinará su vida.

Por un momento, sonreí al escuchar su respuesta.

Tal vez, sentirme diferente no era tan malo.

Pero, cuando él murió... Abandoné cualquier idea que pudiera hacer a mamá separarse de mi.

No la perdería a ella también.

Only Human || Marc Anciel & Nathaniel Kurtzberg || MLBWhere stories live. Discover now