Capítulo 8

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Ambos jóvenes se encontraban sobre la cama, desnudos. Una escena que nunca habían imaginado, al menos, no muy pronto. Pero ahí estaban, en silencio, uno sobre el otro.

La respiración de Marc era algo agitada, acariciaba los brazos del pelirrojo quien ya había terminado, ahora solamente se miraban uno al otro.

-Esto...- dijo mordiendo leve su labio- ¿Significa algo...?

Nath se mantuvo en silencio, separándose de él y sentándose en el borde de la cama. Tomó su ropa, vistiéndose rápidamente.

-No lo sé- dijo antes de ponerse los zapatos y tomar sus cosas e irse de la habitación.

El joven pelinegro acariciaba su sobresaliente clavícula sobre su camisa, sentado en el sofá de la sala de los Couffaine.

-Me alegra haber visto de nuevo a Rose- Juleka sonreía tranquila mientras lavaba su plato.

-Marinette las reunió a todas, ¿no?- Marc la miraba desde el sofá.

-Si, después se lo agradeceré- rió leve colocándolo en la vajilla - Aunque Luka triunfó más que yo.

-¿En serio?- dijo al ver que el guitarrista salia de su habitación colocándose su sudadera.

-Iré con Marinette a la pista de hielo- dijo en un tono emocionado, realmente estaba enamorado de ella.

-Por fin podrás mostrar tus habilidades- burló Marc tirándose en el sofá.

-No olvides que yo te enseñé a patinar, enano- le lanzó una almohada riendo.

-¿Te le declararas hoy?- Juleka se secaba las manos mirándolo desde la cocina.

-Dependiendo como salga todo hoy, tal vez haya una nueva canción- sonrió con gallardía, mirando su teléfono, sobresaltandose -¡Debo irme, deseenme suerte!

-¡No la necesitas, galán!- gritó Juleka al verlo subir rápidamente por la escalera- Idiota- rió tierna viendo una hoja en la mesa, -.Diablos, Marc ¿Podrías ir al supermercado a comprar algunas cosas? Tengo que terminar la tarea de química.

-¿Desde cuándo soy tu sirviente?- se levantó con desgano acercándose a ella.

-Desde que comiste spaguetti hace veinte minutos en mi mesa- burló entregándole dinero y el papel con la lista- ¿Listo para esta misión soldado?

-Si, señora- burló haciendo una seña sobre su frente y caminando hacia las escaleras.

-Si, señora- burló haciendo una seña sobre su frente y caminando hacia las escaleras

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El sonido de la caja registradora resonaba entre los pasillos del supermercado. La gente arrastraba los ruidosos carritos tomando lo que necesitaban de los estantes.

Y ahí estaba Marc, igual que ellos, buscando y buscando entre los largos y enormes estantes.

-Atún...- dijo leyendo la lista y alzando su brazo, alcanzando algunas latas y dejándolas en el carrito.

El sonido de una lata ajena resonó en el pasillo, la cual rodó hasta los pies del joven.

Se agachó, tomándola y escuchando con alguien se acercaba.

-Es mía, gracias- Marc levantó su vista dejando la lata en la mano de la mujer.

-Se...Señora Kurtzberg...- musitó atónito al ver a aquella mujer frente suyo, había pasado tiempo desde su último encuentro en casa de Nath.

-Ah... Marc, ¿Cómo estás?- sonrío levemente, aunque su rostro era lo contrario a calidez.

-eh... bien, gracias- respondió nervioso viendo como esta se giraba a dejar la lata en su carrito.

Aunque verla en ese momento era algo preocupante. La recordaba como una mujer con una apariencia fresca y cuidada, su cabello rojo destacaba su belleza, pero ahora, su rostro se veía pálido y con ojeras, su cabello era un desastre, y por el olor de su aliento estaba seguro que había fumado tres cajetillas de cigarros antes de llegar a ese sitio.

Era una escena incomoda para ambos.

-¿Vienes solo?- volvió a hablar la mujer estirando su brazo para tomar más cosas.

-Si, eh... solo vine a comprar algunas cosas- desvió la mirada jalando su carrito.

-¿Cómo está Nathaniel?- aquella pregunta hizo que su respiración se detuviera por un segundo.

-¿Nathaniel...?- la miró de reojo.

-Si yo... No lo he visto desde hacer tres meses- sonreía de manera leve- Debe odiarme, estoy segura de eso.

Había escuchado como su voz se había quebrado en la última frase.

¿Realmente se estaba arrepintiendo?

-No soy la mejor madre lo sé pero...- presionó la lata con su mano- Nath no merecía pasar todo esto por mi culpa...- dijo con la mirada perdida, dejando la lata en el estante y yéndose con el carrito delante suyo, dejando a Marc solo en el pasillo.

-Eso fue... raro- dijo para si mismo.

 raro- dijo para si mismo

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La noche había llegado. Marc se encontraba en su cama, con los audífonos puestos. Hacia garabatos en su libreta intentando escribir algo, cualquier cosa.

Tiró la libreta por ahí, no podía concentrarse.

El tono de llamada de su teléfono comenzó a sonar, sobresaltando al menor.

-Luka...- dijo al ver el nombre en la pantalla, tomó el teléfono contestando- Hey, ¿Qué pasa? ¿La cita con Marinette terminó?

-Si, hace poco volví del metro...- se escuchaba algo raro, normalmente Luka era más eufórico al hablar de ella.

-¿Ella te acompañó?

-No,- respondió en seco, algo estaba mal- ¿Puedes venir?

Su tono de voz sonó podía dar señales de algo.

Marc recordaba la última vez que Luka le haya llamado en ese tono. Esa noche intentó tomar un bote completo de pastillas para dormir.

No era momento de pensarlo dos veces.

-Voy enseguida- dijo apresurandose a salir de la habitación.



...

Only Human || Marc Anciel & Nathaniel Kurtzberg || MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora