IX- Un foco incandescente

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Y vió la luz, como un foco incandescente que se le acercaba. No sabía si era buena o mala. Si al verla haría que su vida terminara, o tan solo era una luz de esperanza.

Siguió caminando con temor, a sus entre pasos la luz la alcanzaba.
Acelero y corrió, pero no lo logro. La atrapó y luego envolvió llevándola a un mundo desconocido.

Una voz tenebrosa se oyó, y ella pregunto:

—¿Quién eres? ¿Por qué aquí me has traído?

Desde el fondo se escuchó:

Ya las velas se apagaron y tú estás aquí a mi lado, bella dama de lo incierto, ten certitud en tus movimientos y anímate a vivir un amor verdadero.

Anonadada al desconocer esa voz respondió:

— Tu amor para mi no es correspondido, como entregarme a un desconocido, conmigo te has equivocado regrésame a mi mundo y deja todo esto de lado.

Las agujas del reloj estaban detenidas, ya empezaba creer que era un mal sueño, de esos que ella tanto temía

Si en verdad esa voz era ella misma, intentando cambiar partes de su vida.

Una chica cansada de jugar a las escondidas, soñando con ver la luz algún día. Que le temía a las puertas, porque ocultas estaban sus perillas.

No sabía de la luna, ni del sol. Solo de un foco incandescente que se encendía.

                           -Héctor F. Palavecino


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