Desayuno a lo muggle

1.5K 187 1
                                    

Autor: Helindir.

En un lugar menos concurrido, Ivonne por fin soltaba el brazo de Severus

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En un lugar menos concurrido, Ivonne por fin soltaba el brazo de Severus.

No quiso liberarlo antes. Se sentía muy bien. Con ese equilibro justo entre músculo y buena alimentación. No era una piedra al tacto, ni tampoco una masa fofa de grasa.

- Lo siento por eso- Se disculpó la dama- Y gracias por intervenir, ya me preocupaba estar sola con él.

- Esta bien- Le dijo el embelesado caballero que había sido tomado por sorpresa.

La vio sentarse en un pequeño muro, a un par de metros de él, con un suspiro en los labios. Quiso salir pronto del encanto que le producía verla.

- ¿Y qué pasó?- Preguntó- ¿Noticias, algo?

- Cierto. Al parecer llegó una lechuza donde informaban que el fenómeno es de índole general. Todo lo que tenía magia e inteligencia, está sin poderes. Eso incluye a los elfos. Los únicos que parecen no estar afectados son las bestias mágicas. Dragones, fenixs, esas cosas.

Severus se sentó al lado. Y ella continuó explicando.

- Dumbledore dijo que los alumnos tenían que permanecer en el castillo, sin excepción. También dijo que se dirigiría con Alastor a Hogsmeade, a la espera de nuevas noticias.

- ¿Y el resto qué hacemos?

- Esperar supongo.

Permanecieron un buen rato, en silencio, pensando que sucedía.

- ¿Qué crees que pase?- Finalmente rompió el silencio Ivonne.

- Ni idea. ¿Y tú?

- Solo pienso que es algo más grande que nosotros.

- ¿Más grande?

- Es decir. Si hubiese sido un fenómeno más pequeño, cabría la posibilidad de que el culpable fuera el cara de topo.

- Es fuerte, cabe esa posibilidad.

- No. Esto afecta a otras partes del mundo. El no tiene tanta habilidad. Si fuese así, ya nos hubiera atacado y derrotado.

- Tiene sentido.

- Bien. Estoy preocupada, tengo hambre. Voy a desayunar algo- Decidió Ivonne mientras se levantaba.

- Los elfos domésticos no tienen poderes- Le recordó mientras se ponía de pie.

- ¿Y el problema es? Ho...- Entendió Ivonne- No sabes vivir sin magia.

Ella comenzó a caminar hacia la cocina, dejando a Snape atrás. Tuvo que caminar muy rápido para llegar a la par suya.

- ¿Tu si?- Le indagó a la dama de enrulada cabellera dorada.

- Viví dos años en pleno Londres, sin usar la magia ni una vez. Curso especial de reintegración muggle. Muy útil en muchos casos.

- Por eso estas tan tranquila...

- Si- Bostezo- Deberían hacer el curso ustedes también.

- Y tu deberías acostumbrarte a levantarte temprano.

Ivonne rió. Era cierto. Su costumbre de dormir tarde la afectaba cuando debía modificar su horario.

Ya en la cocina, Severus se percató de su incompetencia al momento de no poder usar la magia.

Vio a Ivonne moverse entre las cosas, sabiendo exactamente donde estaba todo.

- Veo que no es la primera vez que vienes aquí- Le dijo mientras ella calentaba agua en una tetera.

- Por supuesto que no. Me gusta hacerme mi propio desayuno. ¿Quieres desayunar algo?

- Si, pero no te molestes. Estoy bien.

- No seas épicamente bobo. Eso sí. Tienes que ayudar. Así aprendes un poco y no te mueres de hambre si quedas solo.

Ese comentario, tan honesto y certero, hizo reír al difícil de Snape. Era muy cierto. Si ese fenómeno llegaba a durar mucho, se vería totalmente inutilizado.

- ¿Y en qué quieres que te ayude?- Le preguntó mientras se acercaba.

- ¿Qué sabes hacer? ¿Café? ¿Algo?

Severus sintió su torpeza subir a su cara. No sabía y sentía vergüenza por eso. Ivonne rió bajo. Era un tierno y tosco inútil vestido de mago.

- Bien, entonces pon la mesa. Eso si lo sabes hacer.

Obedeció sin comentar nada. Eso era una verdadera tontería, así que lo hizo rápidamente, para proteger el poco orgullo que le quedaba. Se acercó a ver lo que ella hacía. Si no sabía, por lo menos intentaría aprender viéndola.

¿Aprender viéndola? Demonios que era más fácil decirlo que hacerlo. Severus no era tonto, al contrario, su agilidad mental era prodigiosa y reconocida. Pero seguir uno a uno los movimientos rápidos de Ivonne le demostró lo complejo de la vida sin magia. Y solo era un entupido desayuno simple. Unos waffles con café.

- ¿Vas a desayunar de pie?- Lo increpó- Ve a sentarte.

Se sentía un verdadero tonto y un inútil con todas las letras. Cualquier alumno sabría manejarse mejor que él, y eso, le dolía. Era peor que perder una batalla con Voldemort.

- Deja de torturarte- Le dijo la dama mientras bajaba su taza de café- No puedes saber todo de todo. Así que relájate y desayuna.

Nuevamente, obedeció como si se tratara de un superior.

El desayuno le pareció particularmente delicioso. Mucho más que los realizados con magia o por los elfos domésticos.

- ¿Cómo es que sabe tan bien?- Le interrogó.

- ¿Te gusta?

- Mucho. Gracias. ¿Qué le pusiste?

- Un ingrediente especial que los elfos domésticos no pueden poner, ni la magia lo puede igualar.

- ¿Qué cosa?

- Cariño.

La afectuosa y sincera sonrisa que se dibujó en el rostro de Ivonne generó dentro de él una calidez de profunda ternura, como muy pocas veces había sentido. En su interior deseó ser partícipe de mas desayunos como ese; colmados de la misma tranquilidad, amistad y ternura que esa mañana estaba sintiendo.

Al terminar, Ivonne se puso de pie, junto las cosas y comenzó a lavar todos los trastos.

El no quería seguir pareciendo inútil, por lo que se limitó a secar lo que ya estaba lavado.

Varias veces tuvo la oportunidad de rozar las manos de Ivonne. Sentir esa calidez única, que no había cambiado nada en años. Le recordó las tardes de estudio junto al lago, el sentarse en los jardines a practicar técnicas extrañas o simplemente leer debajo de un árbol.

Ella siempre le causaba recuerdos gratificantes y la adorada sensación de que todo estaba bien. Esa era la razón por la que de joven siempre se quedaba con ella, pasando el tiempo, sintiendo esa cercanía que no había logrado con nadie más.

Y ahora el destino le jugaba otra carta. Después de años de soledad, ella había vuelto, trayendo consigo nuevamente eso que se había llevado. Pero el destino, luego jugaría sus ases, para su suerte y desgracia...

En Busca de la Magia | SSWhere stories live. Discover now