Una obra pícara donde Ivonne McCain cumple un papel principal. ¿Y Severus Snape? Bien, el deberá valerse en una "materia" de la cual, no sabe nada.
En el fic anterior, ella era miembro de una orden de elite y dueña de un dragón. Cumplía un papel her...
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Dos ojos azules se abrieron débilmente, con confusión y un extraño miedo.
Acostada del lado izquierdo, Ivonne vio todo oscuro. Era sin dudas, muy de noche. ¿Había una pared frente a ella?
Poco a poco fue distinguiendo lo que había y a recordar donde estaba. No era una pared, era Severus, que se encontraba recostado del lado derecho, frente a ella. Se calmó y lo vio dormir, tan cerca de ella...
"Has hecho tanto por mi Sev... y nunca te he dado las gracias..."
Ivonne se acercó más, despacio para no despertarlo y beso imperceptiblemente la comisura de sus labios. Sintió su sangre correr por su cuerpo, el corazón acelerarse como si galopara y un calor interno que quemaba su cordura y comenzaba a derretir las cadenas de sus deseos. Se acurrucó junto a su pecho y apoyó su rostro en ese tórax que se movía. Oía ese corazón latir. Eran esos latidos pausados, relajados pero fuertes, propias de las grandes criaturas, propio de Severus Snape.
El se movió. Se dio cuenta que se había despertado, por el cambio en sus latidos.
Ivonne cerró los ojos, simulando que también dormía, pero prestando atención a todo lo que ese hombre, hecho y derecho, hacia.
Lo sintió acomodarse, rodearla con un brazo y apoyar su frente con la de ella.
"¡No Ivonne! No te sonrojes. Si se da cuenta que estoy despierta..."
- Iv...- Escuchó un susurro demasiado cerca de ella...
"No te muevas, no hagas nada tonto Ivonne...Dios, tengo que respirar...Sino pensara que me morí..."
Era demasiado para ella. Por suerte él pareció establecerse. Se había dormido nuevamente. Severus se movió entre sueños, alterandola. Y fue aún peor cuando se dio cuenta donde había quedado uno de sus suaves muslos en relación con el cuerpo tonificado de su compañero.
"¡Santo Dios!"
Su piel se crispó, sus músculos se tensaron y hasta el último cabello se erizó, mientras el corazón se le acomodaba en la garganta.
Eso que sentía... no era una costura... mucho menos el cierre del pantalón...
Lo entendería si escuchara un ladrido y algo saliera corriendo de debajo de las sábanas... pero no... ¿eso era parte de él?
No pudo con ella misma... levemente movió el muslo... ahí estaba eso...
"Cielos... Creciste más en algunos lados que en otros... Si supiera que no te despertarías, yo..."
Sintió como su cara cambiaba de color como un semáforo indicando el "Pare".
Lo miró dormir, presa de unos deseos casi más fuertes que ella. Nuevamente movió el muslo, un poco más que antes.
