O2

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Taeil quería salir de ahí rápido, ir a tomar algo y a lo mejor perderse en un pub cercano.

Él estaba tranquilo disfrutando de su tarde cuando notó que su menor empezaba a ponerse más bonito de lo que ya era, por lo que supuso que saldría o que alguien vendría a su hogar, y lo menos que quería era sentirse incómodo.

Le gustaba Dongyoung, estaba más que claro, pero no dejaría sentirse inferior ante la persona que le gustase al menor.

Si era verdad que había dejado un poco el alcohol, pero nuevamente salía por algo para que lo distrajera de su constante soledad, buscaba un escape de su realidad y nada mejor que unos buenos tragos que amortigüen su dolor por un amor no correspondido.

Ya había pasado tiempo desde su pelea con Dongyoung, mas no habían hablado después acerca de lo sucedido. Ambos no querían lastimarse más y perder las últimas cuerdas de su desgastada amistad, o lo que fuera que tuviesen.

Recordó la cara de Dongyoung cuando lo vio saliendo de la ducha, la mirada del menor se centraba en aquellas maracas rojizas esparcidas por su pecho y cuello, se carcajeó levemente.

También recordó aquel lindo gatito que había encontrado, un lindo chico de finas facciones, cabellos lisos de color café, al igual que sus hermosos ojos y su morena tez, tan suave y cubierta de pequeños lunares, y con un bello cuerpo con buenas porciones, aquel bonito chico lo acompaño aquella desolada noche, brindaron por su soledad y lo consoló de la mejor manera, y vaya que de la mejor.

Su hermosa tez morena y tan suave le recordaba al precioso pelaje de un gato negro, al igual que su melodiosa voz como los pequeños maullidos del felino, y ni se diga de los pequeños ronroneos que hacía cuando su cabeza descansaba en su pecho desnudo.

El chico era tan hermoso como un gato, su gatito.

Sonrió por sus recuerdos, esperaba volver encontrar al chico.

Tomó su desgastada chaqueta favorita y sus llaves, llevaba algo de dinero que le sobraba de su ganancia en su trabajo. Se arregló algo el cabello y alistó un poco su ropa, estaba casi por irse hasta que la voz del azabache lo detuvo.

—¿A dónde vas Taeil? —Preguntó el chico, él solo sonrió encantadoramente.

—A tomar algo, no me esperes. —Se volteó nuevamente, dando por terminada su conversación, hasta que...

—Iras con aquel... ¿Gato? —Él se desconcertó un momento por el tono de voz del chico, pero le restó importancia, no quería hacerse nuevas y tontas ilusiones.

—No creo que sea de tu incumbencia, Younggie, pero si de verdad lo quieres saber, sí, iré a buscarlo. —Sonrió nuevamente y fue directo a la entrada de su casa, sin mirar atrás.

Justo en el momento que él iba abriendo la puerta se encontró con un alto chico castaño, inclinó su cabeza preguntándose quien era aquel.

Dongyoung apareció rápidamente en la puerta luciendo incómodo.

—Hola Jae, él es Taeil, mi compañero de piso. —Lo presentó rápidamente el menor y sonrió de lado, sintiendo su tensión.

—Hola Taeil, soy Jung Yoonoh, él novio de Dongs. —Lo dijo cómo si fuera la cosa más normal de todas. Claro que lo era, idiota, él no sabía de lo que antes hacían.

Su humor decayó, era triste conocer a la persona que podrá recibir todo el amor de aquella persona que tanto amo. Apretando su mandíbula, dio un pequeño asentimiento y salió de casa sin despedirse siquiera.

Conducía por las oscuras y frías noches de la ciudad buscando un lugar donde podría beber hasta que perdiera la noción de las cosas, y lo encontró.

El bar no estaba tan lleno de personas pero no estaba solitario, fue aquel donde había encontrado a un lindo gatito.

Entró y rápidamente fue a la barra, pidió un trago de tequila y se lo tomó rápidamente, quería comprobar si el dolor provocado por el alcohol era más doloroso que el dolor de su corazón. Sin embargo no lo era.

¿Martini? ¿Daniels? ¿Cuantos shots debería tomar para poder olvidar?

No estaba completamente ebrio, pero su vista se opacaba levemente, siguió tomando.

Sintió que alguien se sentaba a su lado. Volteó a ver y sonrió de lado al reconocer aquella bella persona. —Hola Taeil, cuanto tiempo ¿Dos? ¿Tres semanas? —Habló el castaño mientras pedía un trago.

—Hola pequeño, y te aseguro que menos de tres semanas pasaron. —Hablo sonriente mientras tomaba de su whisky. —¿Y qué haces por acá?¿No acaso tienes clases mañana?

—¿Y acaso tú no deberías ir al trabajo? —Contradijo mientras lo miraba de arriba a abajo detalladamente. —¿O caso estas aquí por lo de la otra vez?

Sintió un pequeño dolor en el pecho provocándole una pequeña mueca que no paso por desapercibida por el castaño chico.

—Lo supuse, ¿Ahora que hizo tu hermoso príncipe? —Dijo el chico mientras tomaba de su vaso de soju.

—Llevo a su novio al departamento, asombroso, ¿No es así? —Habló con una pizca se sarcasmo que hizo reír a su acompañante.

—Oh Taeil, deberías dejarlo de una vez e irte, él no te traerá nada bueno...

—¿Entonces quien lo hará? —Preguntó con desesperó, para él la única persona que podría amar era Dongyoung

Donghyuck se quedó callado y encogió los hombros sin saber que decir. Taeil río por ello.

Taeil pidió dos shots de vodka y le dio uno a su acompañante, el chico lo miro lascivamente. —Brindemos por mi triste soledad.

No estás solo, no conmigo. Pensó Donghyuck mientras sonreía y chocaban ambos vasos, y tomaban rápidamente de ellos, dejando que el alcohol se los llevase y los hiciera perder todo a su alrededor. La noche aún era larga para aquellos dos chicos.











Cat | taehyuckWhere stories live. Discover now