O4

2.6K 431 132
                                    

—Una botella de Jack Daniels y una cajetilla de cigarrillos, mentolados, por favor. —El pelinegro mostró su identificación y el cajero rápidamente fue por el licor y la cajetilla.

Como era costumbre, salió por la oscura noche que cubría todo Seoul, pero al menos no estaba solo como las veces anteriores.

Pagó y tomó sus compras, salió rápidamente de aquel local para dirigirse a su auto, desde su distancia podía apreciar la silueta de aquel gato en su auto.

—Pensé que te tardarías más, dame. —Fue lo primero que dijo el castaño, sin despegar su vista de su teléfono.

El pelinegro sonrió de lado y le aventó la cajetilla al menor, que dejó el móvil de lado, sacando un cigarrillo, él saco un pequeño encendedor de su bolsillo y lo acercaba al menor, encendiéndolo. —¿Fuego?

Sonriendo, acercó el cigarrillo en el fuego. —Que caballeroso de tu parte, Taeil, ahora dime, ¿Por qué estoy aquí? —Acercó el pequeño cigarrillo a su boca, abrió un poco la ventana del copiloto.

Él se había escapado de su hogar pues el mayor le había llamado pidiéndole su compañía, y Donghyuck no le gustaba negarse una salida.

Taeil abrió aquella botella y le dio un fuerte trago, sintiendo como su garganta calaba por el ácido sabor del licor. Aclarando un poco su voz dijo: —No quería escuchar como Dongyoung y su novio follaban. —Donghyuck podía sentir la irritación y dolor en aquellas amargas palabras, sonrió.

—Acéptalo, Taeil, él está en los cielos, nunca podrás tenerlo, de nuevo. —Sacaba el espeso humo por la ventana y le quitó la botella de las manos a Taeil, para darle un trago. —Supéralo.

El mayor gruño ante la respuesta del menor, no era lo que quería escuchar, pero lo esperaba de cierta forma, el chico no era de mucho tacto. El castaño rió, sabía que el mayor no esperaba aquella respuesta, aquella que siempre le repetía.

—¿Crees que están fácil cómo tú dices? —Donghyuck solo se encogió de hombros y él alzo una ceja, esperando una respuesta.

—Claro, ¿Por qué no? Nosotros somos quien le pone valor a las cosas ¿No? Tan fácil alejarlo ¡Y listo!

—Tienes razón, ¿Y porque no lo aplicas para ti? —Ironizó y pudo ver como Donghyuck se sonrojaba y casi se ahogaba por el humo del tabaco.

—Es... Es diferente —Habló bajamente, aquel aire de superioridad se había perdido. —, al menos yo trato de alejarme, algo que tú no haces. —Olvídalo, ya regreso.

Taeil enmudeció, Donghyuck tenía razón, porque a pesar de todo, seguía viviendo con Dongyoung, amándolo cada día más, perdiéndose en su encantadora personalidad y su bello rostro, y sufriendo en silencio, viendo como el otro chico salía con su pareja, a quien si podía demostrarle todo su amor, contándole sus salidas como si ellos nunca hubieran tenido algo...

¿Pero en realidad tuvieron algo? Taeil, Taeil, eso solo era quitarse la calentura, que nunca pudieran ponerse un límite fue un error, un gran error que te costó. Se asustó cuando aquella vocecita en su mente sonaba como Donghyuck, tomó un gran trago de su botella, necesitaba perderse de su realidad.

Donghyuck intentaba ocultar su sonrisa pero no podía, notó el efecto que había causado en el mayor cuando este se había callado y luego dando un gran trago mientras veía como sus facciones se relajaban por el alcohol.

—Mejor, brindemos por tu soledad, Moon, como la primera vez... —Quitándole la botella sutilmente, sintiendo cómo la suave mano del menor lo rozaba y apretaba con delicadeza la suya, el castaño dio un trago para luego entregarle nuevamente la botella.

Taeil no lo pensó dos veces y acepto el brindis, tomando de la botella, sintiéndose un poco ido por la cantidad de alcohol en su organismo.

«Como la primera vez...» Aquellas palabras le traían recuerdos borrosos de aquella vez cuando se conocieron.

Él estaba solo en la barra, tomando sin control alguno, obligándose a borrar su dolor y recuerdos, pidiendo en gritos silenciosos para que aquel hermoso ángel lo amara y que todo lo ocurrido fuese un mal sueño.

Pero alguien se le acercó, un precioso felino, le sonrió tan dulcemente que se embriagó más de aquella perlada sonrisa que del mismísimo alcohol que consumía.

Un precioso gato de melena oscura como la noche y ojos brillosos como las estrellas.

No supo porque, pero le había contado de aquel chico que conocía, el causante de sus desgracias, el castaño le escuchaba y sonría, se estaba desahogando y sentía como aquel peso se iba de él.

Ambos habían brindado por su soledad, aquel gatito se propuso en consolarlo y hacerlo sentir mejor.

Al parecer, el destino quería que se topase con aquel hermoso gato, con un chico tan hermoso como lo era Lee Donghyuck. 







→🌹←


Este es uno de mis capítulos favoritos 💕

próx. 🌝🌚


—fruta ✧

Cat | taehyuckWhere stories live. Discover now