❥Amorterapia | ➳[MyungYeol]

|❀.041|

La mañana siguiente fue un caos cuando SungYeol volvió a casa de sus padres para ducharse rápidamente y cambiarse de ropa, no tenía mucho tiempo disponible pero en cada segundo tuvo a su madre detrás de él preguntándole dónde había pasado la noche.

No era que no pudiera hacerlo pero MyungSoo tenía razón, aún dependía de ellos y debía respetar el techo donde dormía. No sabía qué responder, anduvo con una sonrisa en todo momento y eso solo hizo que su mamá se enojara más. 

Al menos, ella sabía que nada malo le había pasado. 

Quiso decirle que se había quedado a estudiar donde sus amigos. 

Error. 

No solía compartir con ninguno de sus compañeros de curso, mucho menos estudiar acompañado. 

No supo si estuvo mal pero cuando salió de casa, se le escapó que se había casado. 

Su madre no alcanzó a preguntar ya que él había tomado un taxi para irse al hospital, en la noche recibiría el bombardeo de preguntas. 

De eso estaba seguro. 

Cuando ingresó al servicio, jugó con sus dedos y sonrió cuando se quitó el anillo de su dedo anular, no podía olvidar que nadie debía saber que estaba casado con MyungSoo. 

De pronto una capa roja golpeó su hombro cuando caminaba por el pasillo, pudo reconocer a MyungSoo con un disfraz de superhéroe cargando a un niño en su espalda y estirando su brazo. 

Lo siguió cuando lo vio a entrar a la tercera habitación y su corazón sintió la calidez al ver tantas sonrisas en los pequeños. 

—¡Miren quien ha llegado! —Dijo emocionado MyungSoo colocándose detrás de SungYeol para hacerlo entrar a la sala. 

—¡Es el payaso Yeolaf! 

Algo desconcertado, SungYeol miró al pelinegro. 

—MinKi les comentó de ti cuando salió a su quimioterapia —Susurró MyungSoo. 

—Oh... 

—Pero hoy será un superhéroe —Corrigió el mayor. 

—¡Super hormiga! —Gritó uno de los niños y SungYeol colocó su rostro serio al escuchar las risas, incluyendo la de MyungSoo. 

—¡Doctor bonito! —Opinó otro de ellos. 

—Con el poder de decir malos chistes —Agregó un pequeño sosteniendo un peluche en sus manos. 

—¡Doctor chiquito, como nosotros! 

—Me gusta doctor bonito —Dijo MyungSoo con una sonrisa —¿Y cuál sería su super poder? 

—¡Hacer reír a MinKi! 

—¡Sí! 

—¿Y cómo se llaman ustedes? —Preguntó SungYeol metiendo sus manos en los bolsillos de la bata. 

—Los invencibles —Respondió uno de los pequeños —Tenemos el mismo nombre pero diferentes poderes. 

—¡Debe hacer la vuelta para ser un miembro oficial! 

MyungSoo se agachó y miró hacia atrás esperando que el menor se subiera en él. 

—No —Murmuró SungYeol negando con la cabeza. 

—Anda, es sólo una vuelta. 

—No, alguien podr- 

—¡No quiere ser parte del equipo! —Exclamó uno de los niños. 

SungYeol suspiró y se quitó la bata antes de subirse en la espalda de MyungSoo, el mayor sujetó sus piernas mientras que él rodeó su cuello con ambos brazos. 

Cerró los ojos y rió cuando MyungSoo comenzó a correr por el pasillo, enfermeras y otros alumnos los miraron confundidos, no era porque sospechaban que existía algo más entre ellos, sino porque no sabían cómo era que SungYeol había aceptado hacer algo así, muchos otros sonrieron enternecidos y siguieron con su trabajo. 

Terminaron frente a la habitación de MinKi y sus pies finalmente tocaron el suelo. 

La respiración de MyungSoo estaba agitada pero aun así le sonrió cuando sus miradas se cruzaron. 

—¿Hubo algún problema con tus padres? 

—Seguramente en estos días tendrá que ir a mi casa —Contestó mordiéndose el labio, nervioso —Se me salió información extra pero podemos confiar en ellos, no dirán nada si les explico con calma. 

—Decirle a mis suegros que nos casamos —Asintió feliz —Bien, podría hacerlo. 

SungYeol giró su cabeza cuando escuchó los gritos de los niños llamando a MyungSoo. 

—Tiene que volver allá —Sonrió y bajó su mirada —Que tenga un buen día. 

—Cualquier día es perfecto si tú estás aquí —Confesó mirando hacia los lados, un grupo de paramédicos estaba cerca por lo que hizo una mueca con sus labios —¿Almorzamos juntos? 

—Sí.

*********