XIII

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El soldado de cabello largo corría rápidamente hacia la casa del ojiverde, su rostro parecía preocupado pero a la vez en tensión. Entro por la puertas de cristal que conectaban con la entrada del hotel, observando su alrededor que era todo un desastre, el lugar no era tan bonito como antes pero al menos era un buen lugar para vivir.

En aquel hotel vivían casi la mayoría de habitantes que contenían sus hogares en perfecto estado mientras que otras vivían en aquellas carpas que estaban muy cerca de las bases militares, se acercó a las escaleras y fue subiendo escalón por escalón hasta llegar al piso en donde el ojiverde vivía. Fue caminando lentamente por el pasillo hasta llegar a dicho lugar, se paró frente a aquella puerta de madera con un color verdoso en ella.

Tocó dos veces para que lo atendieran, esperó unos segundos hasta que observó la puerta abrirse y observar a un chico castaño con pijama y somnoliento.

—¿Qué ocurre Patryck?—preguntó mientras que con una de sus manos se sobaba suavemente su ojo derecho.

El otro lo miró con un poco de preocupación en su rostro, la noticia que le daría no iba a ser para nada buena.

—...Edd—habló cabizbajo—, nuestro nuevo líder nos ha enviado a verificar un "amenaza" en el otro lado. Vengo a despedirme.—dijo cerrando sus ojos con un poco de tristeza.

Al escuchar lo dicho por el contrario, el ojiverde abrió sus ojos como si de dos platos se tratarán para después mirar con un rostro de melancolía a su amigo el soldado.

—¡¿Q-Qué?! ¡Dime que es una broma! ¡Los están enviando a la muerte!—dijo con cierto enojo en su rostro.

—Lo sé, pero no puedo desobedecer órdenes.—respondió.

El ojiverde frunció el ceño con enojo mientras que en sus ojos lágrimas amenazaban con salir.

—¡Al carajo las órdenes!—insultó, mientras miraba con cierto recelo al soldado.—...¡No pueden mandarte a morir allí por el idiota que tienes como líder! ¡Intentemos evitarlo!

—No podemos hacer nada, Edd—aclaró—. Son órdenes del nuevo líder, si no las obedezco pueden fusilarme por intento de rebeldía.

El ojiverde sintió su corazón apretujarse y diferentes tipos de sentimientos comenzaron a rondar su mente. No podía perder a su única compañia, no después de ya haber perdido a los que más quería.

—...¡No Patryck, no me abandones, no puedo perderte a ti también!—dijo finalmente dejando recorrer sus lágrimas con más intensidad.

El soldado suspiró melancólicamente, con una de sus manos alzó el rostro del ojiverde suavemente para finalmente cruzar sus miradas.

—...E-eres lo único que tengo.—susurró entrecortado.

Hubo un pequeño pero muy silencioso momento, el soldado miraba tristemente al ojiverde quien lloraba en silencio.

—...si muero allá recuerda que debes ser fuerte y no culparte por lo que me pasé—dijo mirándolo mientras que con su mano limpiaba la lágrima que se encontraba amontonada en el ojo del contrario—. Sé que Matt  hubiera querido lo mismo.

Todo el lugar se mantuvo en silencio, mientras el ojiverde se acercaba al soldado para solo rozar sus labios por un largo tiempo y abrazarlo en ese mismo instante, el cual fue correspondido por el mismo.

I'M A ZOMBIE [Zombie Tord Y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora