⚝ CAPÍTULO 12 ⚝

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NARRA ZAYN MALIK

Abrí mis ojos, sentí mis ojos humedecerse, me encontraba mirando al techo, sentía un hueco en mi estómago, me senté en la orilla de la cama y sequé esas lágrimas, me quedé analizando en lo que se había convertido mi existencia.

Terminé de ducharme, vestirme, y después salí de mi casa camino al colegio.

Caminé por el pasillo de casilleros y lo observé de lejos cerrando su locker, tenía su ceño fruncido, algo no estaba bien, tímidamente me acerqué a él y noté que se había quedado quieto, como ido mirando la parte baja de los casilleros, tomé su hombro sacándolo de aquél shock.

- Imbécil. – susurró ladeando su hombro para que lo soltara.

- ¿Está todo bien? – pregunté confundido.

- Solo déjame tranquilo, Zayn. – comenzó a caminar.

- ¿No confías en mí? – pregunté caminando tras de él.

- Por favor, solo aléjate de mí, eso es lo que siempre has querido, ¿no?

- ¿Por qué piensas eso? – le tomé de la muñeca jalándolo para que quedara frente a mí.

- Porque prefiero alejarme de ti antes de que me reportes con el director por hablarte o mirarte, créelo, me quedó claro, piensas que mis poemas son obscenos y estúpidos, solo trato de no molestarte más, ¿Por qué ahora no quieres?

- Porque me gustas, Niall. – susurré avergonzado.

- Lo siento. – comentó. – pero ya no te creo nada, mejor solo distanciémonos, ¿quieres?

No sabía que más decir, ya no sabía que más hacer, el ojiazul se dio a vuelta y caminó nuevamente, entonces se me ocurrió algo, levanté la mirada y raspé mi garganta y comencé a cantar.

"And I try

Oh my God do I try

I try all the time

In this institution"

Vi como Niall detuvo sus pasos y se quedó parado al escucharme, caminé hasta él y escuché un susurro que provenía de él.

"And I pray

Oh my God do I pray

I pray every single day

For a revolution."

Me paré frente a él y lo abracé, sentí segundos después sus brazos envolverme, el calor que me proporcionaba su cuerpo se me estaba haciendo adictivo, amaba a Niall, y ahora estaba seguro de eso.

- ¿Cómo supiste? – susurró aun sin soltarme.

- ¿Qué cosas? – repregunté.

- Sobre la canción.

- Tú me lo dijiste, tu madre te la cantaba cuando eras pequeño, lo hacía porque era la única con la que dormías, odias las canciones de cuna. – reí.

- Es cierto. – se rompió el abrazo y me miró. – solo que no recuerdo el habértelo contado.

- No importa, no quiero estar aquí, Sr Horan, ¿quiere saltarse esta clase conmigo?

- Por supuesto que quiero, Sr Malik. – dijo enlazando nuestros brazos.

Caminamos hasta mi casa contando cosas graciosas mientras comíamos algodón de azúcar, llegamos y subimos hasta mi cuarto, nadie se encontraba en casa y era raro, siempre estaban.

Jueves - Ziall -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora