Parte 4

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Habían pasado tres años desde mi llegada a la maison.
Habia aprendido a querer a mi nueva familia, y cada tanto escribía a mi hermana Phoebe, a quien extrañaba mucho.
Recuerdo que una tarde lluviosa pude por fin subir al "piso secreto", estaba nerviosa, Madame se había ido de compras con la mucama y yo me encontraba sola en la casa.
Ese dia, la puerta no estaba cerrada con llave, un particular curioso, ya que siempre lo estaba.
Entre despacio, tenía miedo de ser descubierta.
Al abrir la puerta encontre un pasillo con varias habitaciones, todas cerradas, caminé, hasta llegar a la primera puerta.
Con mi sorpresa encontré una torta gigante, nupcial, y todas las decoraciones típicas de aquel acontecimiento. Un vestido de novia, que debía ser blanco inmaculado, pero que ahora se veía amarillento, probablemente por el tiempo, con un velo, larguísimo. Había sillas y platos de porcelana, flores secas y guantes. Encontre en el suelo un papel muy decorado con escrito:
"Marie Blanche & Jacques Montel"

"Marie Blanche? Pero ese no es el verdadero nombre de Madame Blanchett? Y quién es ese tal Jacques Montel?" Pensé.
Seguí caminando.
Había flores, o mejor dicho, restos de flores, tazas, cubiertos de plata, zapatos blancos con tacón... Recuerdo que luego, en una pequeña mesa cubierta de polvo había un mensaje:

"Mi querida Blanche, sabes que lo que siento por ti es tan real como que en el cielo hay nubes y en el mar hay agua. Sabes que te amo, que te amé desde el primer momento, pero mon chérie, no puedo casarme. No pude renunciar a todo. Te amo, pero amarte me está matando. Así que olvídate de mí, olvídate de todo. Rompe nuestras cartas, quema las flores que te regalé. Puedes hablar mal de mí si lo quieres. Me lo merezco. Puedes odiarme, despreciarme. Pero no me ames. No me ames nunca màs. Cásate con un hombre que este dispuesto a renunciar a todo, como yo no lo he podido hacer.
No me verás nunca más, es una promesa.

Jacques"

Lo entendí todo, habían abandonado en el altar a Madame, ese hombre la había dejado y evidentemente nunca se había podido olvidar de el. A que debía renunciar aquel hombre? Porque había destrozado así el alma de la pobre mádame?
No entendía, aunque evidentemente ella jamás se había olvidado de el.
Seguí caminando, encontré muchísimas flores, que debian haber sido rosas, en su mayoria, libros con largas dedicas, y una pequeña cajita de madera que contenia una gran cantidad de cartas, todas firmadas "Jacques". Debía estar muy enamorada.
Había una nota, pequeña, al lado de algo que debió ser un racimo de flores:
"Buenos días mi chérie! Espero que estás rosas blancas como tu nombre puedan alegrarte el día.
Espero verte pronto, Mon Amour!
Tuyo, siempre
Jacques"

Había una pequeña foto en blanco y negro, al lado de la caja de las cartas. En ella se veían dos personas , que debían tener unos 18 años. El estaba bien vestido, era un hombre apuesto, de bigotes, ella en vez, era una bonita chica, con un vestido oscuro y pelo rizado bien peinado. Tardé un poco en entender que la mujer de la foto era madame, y que seguramente aquel hombre era Jacques. Se veían felices.

Escuché el sonido de la cerradura
Entonces dejé todo como estaba, y me puse a correr hacia abajo , esperando de no ser descubierta.. en vano.

Cherries And CigarettesWhere stories live. Discover now