Se había dormido a mi lado. Dejé a un costado mis estudios para poder observarlo. Su boca entreabierta dejaba escapar un hilo de aire que salía de su pecho, el cual subía y bajaba con suma plenitud. Repasé con mi memoria cada uno de sus pequeños lunares, de lo cuales algunos se encontraban a simple vista. Su cuerpo emanaba un calor que me incitó a acurrucarme mientras escuchaba sus latidos. Pude sentir una de sus manos deslizarse por mi espalda y acabar en mi cintura, acercándome más a él. Sus ojos seguían cerrados pero una sonrisa se dibujaba en sus labios. "Te amo", susurré sin importarme si había logrado escucharme o no. Lo amaba y se lo repetiría todas las veces que la vida me lo permitiera.
YOU ARE READING
mil mundos
Short StoryLos relatos tienen rasgos fantasticos que nos transportan a otros lugares, a través de ellos podemos conocer realidades alejadas a las propias. Sin embargo, cada historia guarda una pequeña relación con el alma de su autor. Con esto les he abierto m...
