Escuela Chaos

93| La Batalla del Caos

N/A: Intenten no comentar spoilers a lo largo del capítulo. Y, sin más que agregar, disfruten❤️

AMY

Hoy es el día de la gran batalla, y no puedo estar más nerviosa. Sonic se encargó de levantarnos temprano para desayunar bien y terminar de armar el plan. Le doy un corto sorbo a mi taza de chocolate caliente, intentando calmar mis nervios.

Definitivamente no soy la única en esta situación. Silver y María ya van por su tercera taza de café; Sonic no puede quedarse quieto ni por dos segundos; Knuckles hace sonar sus nudillos con frecuencia (sonido que me pone de los nervios); Rouge falla por quinta vez en su intento de ponerse algo de rímel; Cream bebe grandes tragos de su chocolate caliente, y Tails no deja de juguetear con un par de tuercas que trae en la mano. Los únicos que parecen relajados son Blaze y Shadow, pero los conozco tan bien que sé que por dentro están igual de ansiosos que todos.

—Entonces. . . ¿alguno no entendió el plan? —inquiere Tails, echándole una ojeada a su tableta de cristal de vez en cuando.

El único que levanta la mano es Knuckles, a lo que todos bufamos en modo de protesta.

—Encontrarlos, luchar contra ellos, matarlos y salvar el mundo —enumera María, utilizando sus dedos.

—¿Traes las esmeraldas? —le pregunta Sonic a Shadow. El azabache deposita una mochila sobre la mesa con expresión neutra, a lo que el cobalto esboza una sonrisa—. Genial.

—Y recuerden: debemos intentar quitarle el Phantom Ruby a Infinite —les advierto—. Sin él, la batalla estará a nuestro favor.

—Roger, Comandante Rose —dice Rouge, haciendo un saludo militar y guiñándome el ojo a la vez.

Proseguimos con el desayuno de la forma más tranquila posible. No vaya a ser que vomite todo en los pies de Mephiles. Aunque pensándolo bien. . . No. Ni de chiste haré eso.

Pasados unos diez minutos, decidimos que es hora de comenzar con los últimos preparativos. Cream, María y Tails se ocupan de todo lo que tenga que ver con tecnología. Rouge y Shadow intercambian municiones y recargan sus armas. Knuckles ajusta sus guantes. Silver y Blaze dialogan en voz baja al mismo tiempo que finalizan con su vestimenta. Sonic estira sus músculos mientras tararea una canción. No puedo evitar sonreír al verlo.

Con todo lo que ha estado ocurriendo, tuve muy poco tiempo para procesar lo ocurrido hace dos semanas. Es decir, él me ama. Y yo. . . Yo soy una idiota que no puede descifrar sus propios sentimientos. Pero no debo enfocarme en eso, no es el momento indicado para hacerlo. Una vez que la tormenta pase y la calma llegue, veré cómo resolver la situación.

  Acomodo las pulseras doradas que traigo siempre en mis muñecas. Verifico que traigo mi martillo (en su versión miniatura) guardado en una de mis botas. Creo que estoy preparada.

—¿Todos listos? —interroga Blaze, echándole una mirada a los demás.

Muchos de los presentes asentimos. Escucho un traqueteo a mis espaldas; es Shadow terminando de recargar su pistola. La coloca con poco cuidado en la parte baja de su espalda.

—Entonces, es hora de irnos —establece el erizo azabache.

  Recorremos las calles de Soleanna, algo asombrados por su estilo veneciano y los diversos canales de agua que atraviesan la ciudad. Me gusta mucho el hecho de que se encuentre justo al lado del océano. Realmente me hubiera encantado conocer este lugar en otras circunstancias. Sin embargo, no puedo apreciar del todo su belleza: unas extrañas nubes de tonos violáceos se amontonan sobre nosotros.