Semana Sad. Alan Navarro.

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Todo está arruinado

Iba en mi auto, cantando unas canciones relajantes (rock).

Todo iba bien hasta que un auto pasa rápido y atropella a un cachorro pitbull. Bajo rápidamente de el auto y lo reviso.

- ¡Ayuda!- grito a todo pulmón y tomo al cachorro en mis brazos- tranquilo estarás bien.

Lo subo a la parte trasera de mi auto y conduzco hasta una veterinaria.

- Señorita, lo acaban de atropellar por favor ayuden lo, pagaré lo necesario.

Y aunque no tengo la mejor economía le ayudaré a como dé lugar.

(...)

Al finalizar la semana todo el horror había pasado y afortunadamente no había sido tan grave como lo espere, el doberman estaba bien. Al parecer era un cachorro doberman de 4 meses, no sé de perros pues mi madre siempre me mantenía alejada de ellos y fue un error mío haber confundido un pitbull con un doberman.

- ¿Que hara con el señorita?- me pregunta el veterinario que le salvó la vida.

- Pienso quedar me lo, nunca e tenido una mascota y creo que ya es hora de tener uno después de todo, el apareció en mi vida y algo me dice que debo mantener me a su lado.

- Eso es una grandiosa idea.

Después de que el doctor me diera consejos para tener lo, me encontraba de regreso a casa.

- Querido amigo, nose de quién seas pero ahora eres mío. Dicen que tú raza es fuerte ¿Que nombre te quedará? Rox, Gohan, Sabini ¿Cual te gusta?.

Mire a la parte de atrás donde el pequeño ya estaba dormido, se miraba débil pero estable.

- Pronto podrás correr y dejar ese horrible yeso de tu pata.

Al llegar a mi casa mi madre esperaba en ella junto a mi hermana menor de 9 años.
Cargué al pequeño doberman o al menos pequeño para su raza ya que era pesado cargar lo.
Mi madre me ayudó y lo dejé en el sofá y me senté aún lado de el.

-¿Hermana es tu perro? Mami puedo tener uno ¿Verdad?- pregunto mi hermanita con entusiasmo.

- Si Ana pero es hora de irnos, está no es nuestra casa y tu padre nos espera- informo mi madre y la mire con desagrado.

Era cierto que Ana y yo éramos hermanas pero no compartíamos padre.
Irme de la casa de mi madre fue duro pero no quería vivir junto aquel hombre que provocó que mi madre dejará a mi padre.

- De acuerdo, adiós hermana- se despide.

- Adiós pequeña Anit.

- Es Ana, ____ dile Ana o de grande se querrá cambiar el nombre. Adiós hija, suerte con tu mascota.

- Adiós, tienen cuidado- dije mientras la acompañaba a la puerta- te cuidas Anit.

Mire como mi madre me miraba amenazante y me metí a mi casa.
Me encontré con mi cachorro ladrando a una persona de negro y está apuñalando lo para que dejara de ladrar.
Mis ojos se humedecieron y mis rodillas temblaron.

- Dober...

No termine de decir porque alguien me tapo con un trapo y sentí como aquel líquido entraba a mis pulmones y me quitaba la razón.

(...)

Abrí mis ojos lentamente, todo estaba obscuro y sentí mis muñecas apretadas al igual que mis piernas.
Las jale un poco y me dolieron, mire a mi alrededor y solo una línea de luz proveniente de abajo de la puerta alumbraba, lo demás era negro.

Escuché pasos provenientes de adentro de la habitación, mi cama se hundió y sentí como lamía mis mejillas.

-¿Dober?

Mi pequeño cachorro ladró y la puerta se abrió de golpe dejando ver a un hombre un poco agitado y ejercitado.

- Ya despertaste.

- ¿Que hago aquí?.

- Pues me sentía solo y necesitaba una presa fácil.
_____ Gómez, débil por falta de ejercicio pero dura de carácter lo cual no sirve nada si está amarrada- dijo mientras miraba una libreta la cual no podía ver claramente por la poca luz.

- ¿Que me harás?.

- Nada solo serás, como decir para que no te ofendas...

- Dilo sin rodeos- interrumpo.

- Mi esclava y no solo sexual, también necesito comer y que arregles mi casa.

- Ni te atrevas a tocar me imbécil. No haré nada y escaparé.

- Claro ¿Prendo la luz? Es para que veas cómo luces.

Al hacer lo mis ojos se cerraron de golpe, intenté cubrir me pero era en vano, unos minutos después los abrí y lo primero que vi fue a mi cachorro sobre mi estómago.

- El está bien no soy mala persona como para matar lo.

Entonces lo mire, su voz era grave pero me atraía. Iba vestido tan bien que si fuera otras circunstancias estaría pidiendo le su número.
Su rostro era tan perfecto para mis gustos, era rudo y perfecto pero el simple hecho de saber lo que me hizo me daba asco.

- Ahora mira te.

Y eso hice, llevaba puesto un vestido bastante corto, mi lincería se podía ver y de alguna manera era una prostituta.

- Tuve el placer de ponerte la ropa yo mismo y bueno esas marcas en tu cuello y cuerpo no son cualquier cosa. Ahora eres mía.

Comenzar a llorar. Mi vida estaba arruinada ¡No quiero eso! Intente escapar y jalar las cuerdas pero fue en vano.
El río con burla y se fue.
Solo quiero que termine esto, ni siquiera podré vivir sabiendo lo que me hicieron...

Sé que nuestro Alan no es de esta manera pero se me ocurrió además que es algo diferente a lo que suelo escribir

One Shots - CD9.Historias cortas, CD9 y tu.Where stories live. Discover now