Alan Navarro. Un día de trabajo.

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Como era costumbre mía, me encontraba observando a mi compañero de trabajo. Aún no sabía su nombre, el jefe siempre lo llamaba por su apellido "Navarro".

- Montiel si viene la señora Hernández has la pasar. Navarro quiero el informe de esta semana en mi oficina.

Y después de eso regresé al mundo dejando atrás mis fantasías con el señor Navarro.
Cuando la esposa del jefe llegó y la hize pasar tuve tiempo para ir al baño y arreglar mi úniforme.

- Señorita Montiel, un gusto verla- saludó una de mis buenas compañeras que se encargaba de la limpieza.

- Abigail no necesitas hablarme tan formal, es odioso.

- Lo sé. ¿Qué tal Navarro? O debo decir le Alan.

-¿Alan?- mi felicidad crecía.

- Alan Omar Leyva Navarro para ser más precisa.

Entonces no pude contener la alegría y grité como una niña aunque tengo 22 años ¿Que esperaban?.

-¿Como lo sabes? - pregunté feliz pero por su rostro, supe que pasaba algo y en unos segundos mi felicidad se iría.

- Una joven pregunta por el en recepción, se volvió loca diciendo que es...

Y se queda callada.

-¡Que es que! No dejes las cosas en suspenso.

- La joven asegura que Alan es el padre del hijo que espera y exije verlo para cobrar le cierta cantidad de dinero- termina de decir y después notó el arrepentimiento de haber me contado.

- Bueno...

Mis palabras no son terminadas porque afuera del baño se escucha la tipa exijiendo ver a Navarro.
Salimos para escuchar el chisme, lo cual no nos gusta, guiño ante esto último.

- señorita no puede pasar así como así- regaña el guardia.

- ¡Necesito ver a mi esposo!.

- Ex-esposo, Alan está divorciado de usted si no mal informado estoy- el guardia la toma de la mano y se la lleva.

- Sigue siendo el padre de mi hijo y de el que espero. Háblele y dígale que lo estoy esperando para que me pague el dinero.

- ¡Monserrat!- Navarro llega a calmar el desorden formado y escucho un " esto se pone bueno" por parte de Abigail.

- Al fin sales de tu escondite ¡Dame mi dinero! - se deshace del agarre de el guardia y se acerca a Navarro.

- El dinero de mis hijos, no te pertenece - Confirmado, yo ya no seré ____ de Navarro- Le e dicho al abogado de mi nuevo trabajo, no me pagan hasta fin de mes.

- El contrato dice que me debes pagar a mediados, al menos que quieras dejar de verlos.

- Son mis hijos Monserrat y el nuevo contrato ya está hecho y firmado por mi y el abogado, tú no lo has querido firmar. No puedes impedir que los dejé de ver.

- ¡Quiero mi dinero ya!.

- Óscar saque a esta señorita de aquí- interviene el jefe - Navarro haga el favor de entregar los informes y luego valla a resolver el problema, tiene el resto del día libre.

- Vas ____, dile a Navarro que le prestas el dinero que necesite y que te lo pague a fin de mes- me dice Alejandro.

Alejandro o Alex, es el sobrino del jefe y encargado en la publicidad de la empresa. Alex ha sido mi mejor amigo desde secundaria.

(...)

Estaba recogiendo mis cosas para irme a casa después de un interesante día de trabajo.

- Abi ¿ya nos vamos?- le pregunto a la chica.

- Si pero debo ir al baño- dice nerviosa- puedes ir a el último piso por mis cosas.

- ¿Que hacen tus cosas en las bodegas?- pregunto incrédula.

- Última estantería sección C.

Después de eso se hecha a correr, me adentro al elevador y bajo hasta el último piso. Ese lugar sí que da miedo.

- ¿Óscar? - hablo fuerte y claro pero no escucho nada.

Mis tacones suenan con eco y mi piel se eriza al recordar la película de suspenso que ví hace unas semanas.
Observó una luz roja al fondo justo en la sección C.

¿Acaso es Alan besando se con la recepcionista?.
Mis ojos se humedecen y camino devuelta al elevador, justo a unos pasos para subir escucho un gemido por parte de la recepcionista. Las puertas del elevador se abren y puedo ver lo.

-¿Por qué lloras?.

- ¿Qué haces aquí? ¿Crei que...

- Abigail me dijo que viniera por sus cosas que dejó en la sección C...¿Esos gemidos?... Alguien tiene acción esta noche.

- Vámonos de aquí- digo riendo me por su rostro.

-Soy Alan Navarro - se presenta formal mente mientras subimos al elevador- eres ___ ¿Cierto?.

- Si. Escuché el problema de la mañana ¿Quieres que te ayude en algo? - notó su mirada sería y me arrepiento por hablar.

- Descuida mi primo y hermana me ayudarán con ese problema.

- Me alegro por eso. Debo irme, nos vemos luego Navarro.

- Hasta mañana Montiel.

Nunca había escuchado mi apellido así de satisfactorio.

One Shots - CD9.Historias cortas, CD9 y tu.Where stories live. Discover now