Capitulo 3

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POV 19-MA

Me encontraba recostado en las paredes que tanto conocía mientras pensaba en mi pasado ya no me cuesta creer que el unico motivo de mi vida sea un experimento. No llevaba la cuenta exacta de cuanto tiempo eh sobrevivido aquí, cuanto he sufrido aquí y cuanto he matado aquí. Desde que era cachorro era sometido a múltiples pruebas, drogas, castigos si no cooperaba pasivamente con ellos. Siempre llevaban mi cuerpo y mente al límite, al punto que a veces recibía lagunas mentales o desmayos durante meses.

Escucho cada una de sus conversaciones detrás de estas rejas, algunas interesante, lo suficiente para saber hablar lo básico. Ellos antes amaban burlarse de mi y tirarme chorros de agua y sangre, pero recientemente he decidido hacer que paren de burlarse de mi. La única forma de que me mostraran respeto era darles un espectaculo con los chicos que me traían la comida.

A Pesar de las decenas de cadenas que rodeaban mi cuerpo, múltiples pesos que se apegaban a ellas y drogas. No son suficientes, nada lo es, por lo que es fácil matar a los recién llegados humanos que se acercan por curiosidad. Su carne no era rica, pero era demasiado satisfactorio sentir sus huesos crujir, su carne agrietarse por mis garras, oler el gigantesco miedo que siempre tenían a mi alrededor y ver su cara en el proceso. Nadie puede juzgar mis acciones, ellos merecen eso y mucho mas. 

Cualquier pensamiento o recuerdo fue interrumpido al escuchar unos pasos hacia la única celda del final, la apenas controlable, la mía. Yo provengo del experimento más fuerte que se ah dado en el laboratorio. El proyecto MA, que significa macho alfa. En un comienzo eramos veinte, todos fueron muriendo de a poco, algunos por peleas con los demas y otros porque no pudieron soportar el dolor de los experimentos.

MIs sentidos se agudizan y me pongo alerta al escuchar voces acercandose y oler el típico miedo de los humanos. Esto será divertido. De un movimiento hacia adelante todas las cadenas son desprendidas de mi y gruño con ganas, debía infundir pánico, de esa forma me salvaba de sus asquerosas burlas e infundía respeto y miedo.

Estos al llegar sueltan un bulto algo grande para ser comida y se van corriendo prácticamente, gallinas. Del bulto venían miles de chillidos estruendosos y molestos, demasiado. El olor de el miedo de ese humano era exagerado. Iba a patear la caja en que venía y arrancarle la cabeza a ese ser tan despreciable. Hasta que sentí otro olor.

Un olor dulce, embriagante, nunca antes había olido algo tan adictivo y relajante. Que despertó mi curiosidad por completo.

Inmediatamente me acerqué a el bulto y a pesar de los sollozos provenientes de este destrocé en trizas la envoltura. Su contenido me dejó anonadado. Se me cortó la respiración para luego continuar ruidosa y una dolorosa erección hizo su aparición. En su interior yacía una chica simplemente hermosa, adorable, con una pizca de sensualidad. 

Acerqué mi nariz a todo su cuerpo para quedarme en su cuello. Apenas me podía contener. Quería embriagarme con su olor, volverme adicto a su piel mientras la recorro con mis manos, quería su cuerpo, quería sentir sus gemidos cuando este debajo de mi, quería su adoración y aprobación, quería todo y ahí lo reconocí. 

 Ella es mía, para proteger, amar y adorar. Nadie la apartaría de mi, nadie podría.

Mía y solo mía

19-MA Nuevas especiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora