Capítulo 9

413 38 24
                                    

—¡¿Qué?!

SeulGi gritó, levantándose de golpe de su cama para sentarse en esta y tener una mejor visión de TaeMin y JongIn que se encontraban tirados en la alfombra del cuarto de la pelinegra jugando a las cartas.

—Eso; que vi a JongHwan —no iba a llamarlo papá; no delante de ellos—, con su nueva familia.

JongIn les estaba contando cómo el día anterior se encontró con aquel hombre. Era medio día, estaban los tres en casa de SeulGi tras haber ido a buscar por la mañana al moreno a su trabajo; la chica estaba tumbada boca arriba en su cama de una plaza, trasteando en su móvil y soltando algún que otro comentario irrelevante que daba lugar a una conversación escueta o a simples risas por parte de sus amigos.

JongIn y TaeMin, por otro lado, estaban en la circular alfombra lila, jugando a algún juego tonto con las cartas, TaeMin apoyando la espalda en la cama y el de tez más morena sentado con las piernas cruzadas. El ambiente era ameno, tranquilo como solo pocas veces podía ser tratándose de ellos, sin embargo, se cortó en el instante en que JongIn habló.

—¿JongHwan? —repitió TaeMin, confuso.

—¿Kim JongHwan? ¿El que dice ser tu padre? ¿El que supuestamente es mi tío? —Preguntó SeulGi, incrédula, intentando descubrir si aquello era una broma o no.

JongIn despegó la mirada de las cartas para mirarlos a ambos. La tarde anterior no les dijo nada de lo sucedido y realmente no sabía cuándo ni cómo decirlo, por eso mismo pensó que soltarlo como si nada amenizaría el verdadero peso que tenía la situación, y tal vez, solo tal vez, fue peor de digerir para su prima.

—¿Te ha visto? ¿Qué te ha dicho? —La mirada de JongIn vaciló unos instantes—. Kim JongIn, ¿te ha dicho algo malo?

Para cuando aquella última pregunta salió de ella, SeulGi ya se encontraba de mal humor, apretando sus manos entre sus piernas entrelazadas y con una chispa de enfado centelleando en sus ojos.

Todos conocían el carácter de la chica, no solo sus amigos, sino sus familiares también y estos últimos en especial recordaban la manera en la que protegía al moreno desde que su padre lo abandonó; enfrentándose incluso a sus padres. Siendo ella casi como la otra figura que a JongIn le faltó, aún siendo de su misma edad, también fue la causante de que muchos de sus familiares la tomasen como una niña maleducada e impertinente.

Pero a ella le daba bastante igual siempre y cuando podía ver cómo el pequeño JongIn reía y se divertía con ella por jugar en los autos de choque en las ferias, o por conseguir marcarle el primer gol a SeulGi siendo esta una experta portera; incluso ahí estuvo ella para darle consejos (nefastos) y ayudarlo cuando a los doce años una niña de su clase lo rechazó porque estaba tras TaeMin.

Por todo aquello, y más, JongIn se sentía como estar diciéndole a su padre adoptivo que se había encontrado al biológico.

—No me vio —respondió tras una pequeña pausa.

—¿Dónde lo viste? —Ese fue TaeMin, cortando el posible grito que la chica estaba a punto de soltar.

—En el centro comercial, en una tienda.

—¿Por qué no me llamaste? Estuve toda la tarde en casa cuidando de mi hermano, ya lo sabías.

—Lo hice, seguramente fuese después de que se te cayese y rompiese.

Porque sí, la mañana anterior JongIn tuvo tanta mala suerte que llamó a TaeMin tras este perder su móvil en combate cuando jugaba con su hermanito a los superhéroes.

SeulGi, por su parte, se sintió terriblemente mal de no haberle devuelto la llamada en cuanto la vio por la noche, siquiera le mandó un mensaje, y es que su cita fue tan desastrosa que solo quiso llegar a casa y tirarse a la cama para desconectar de todo y de todos.

Entre líneas { KaiHun / SeKai }Where stories live. Discover now