Capítulo 21

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No se merecía a JongIn.

El pensamiento era tan fuerte y convincente que parecía que no había nada que pudiese hacerle cambiar de opinión. JongIn había llegado a su vida como si de un salvavidas se tratase y, aunque sonase demasiado exagerado, había conseguido que pudiera alejarse de todos sus pensamientos, de su realidad, sumergiéndolo en una burbuja con ellos dos dentro.

Había logrado que ese verano su vida fuera un poco mejor, aún si sabía que esa burbuja en la que estaban dentro era frágil y se podía romper en cualquier momento. De hecho, él sabía que se iba a romper, que era imposible que durase para siempre. Aquel día en el que se fue de casa del mayor con los sentimientos a flor de piel y con mil y un pensamientos en su cabeza, atosigándolo y asfixiándolo, supo que a partir de entonces nada sería igual.

Lo que nunca vio venir fue aquel momento de angustia en el parque, en el que creyó fervientemente que no pasaba de esa y que iba a morir por la falta de aire, ahogándose en sus propias lágrimas. En el instante de ver a JongIn junto a él, acariciándolo y hablándole solo pensó en lo mala persona que se sentía, en cómo tras haber estado huyendo y evitándolo a toda costa él seguía a su lado, preocupándose de él como si fuese la única persona de su mundo; se sintió querido y horrorizado.

No quería que el contrario sufriese por su culpa y claramente era lo único que había estado haciendo desde entonces. Nunca le había dicho nada a JongIn de su situación, de sus padres o de cómo había estado viviendo hasta ahora y sabía que aquello estaba suponiendo un conflicto para el mayor a la hora de intentar comprender qué sentía. Pero tenía miedo, no quería hablar de ello porque entonces todo se haría más real y tampoco quería que JongIn lo odiase por todos los pensamientos que surgían inconscientemente en su cabeza.

Por ello, cuando lo abrazó, le dijo cómo se sentía, qué es lo que quería de ellos dos como conjunto, se sintió francamente mal. Porque había tomado él solo una decisión que los incumbía a los dos; porque había decidido que la felicidad de ambos solo se conseguiría si él se guardaba todo dentro. Y comenzó a pensar que quizás estaba equivocado.

Igual JongIn no había estado tan bien como siempre creyó, igual no había hecho más que meterle dudas y someterlo a cuestiones que ni quería plantearse. Lo cierto es que, si lo pensaba bien, no tenía sentido que el mayor hubiese estado perfectamente, continuando su vida como si nada hubiese pasado. Al fin y al cabo aquel día cuando se marchó guiado por el pánico lo que recibió de él fueron unas disculpas que no se merecía, y una última mirada a su expresión angustiosa y de pena. Quizás era tiempo de darse cuenta de que el moreno se merecía alguien mucho mejor que él, que le pudiese brindar mucho más.

Todos estos pensamientos, todas estas palabras, no salieron al momento y, aunque le dijo que no quería una disculpa, no pudo vocalizar otra cosa. Sentía tanto no poder ser más para él, no poder dejar atrás sus ideas inconscientes y con las que luchaba por tener el control de su mente.

Sabía que en algún momento tendría que echar todo ello fuera, pero una vez más prefirió ser egoísta y disfrutar de aquel abrazo y de aquellos besos en la frente unos minutos más. Como si quisiera terminar de grabarse en la memoria algo que sabía que no iba a volver.

Con ello acabó durmiéndose de nuevo, dejándose arropar en su pecho y sintiendo la tranquilidad impresionante que tenía siempre a su lado.

El calor fue lo que le despertó, devolviéndolo a la realidad y notando cómo su propia temperatura corporal lo había hecho sudar durante la noche. Sus párpados, aún pegados con ayuda de las legañas, fueron despegándose hasta abrirse con dificultad, siendo cegado por los ligeros rayos de sol que se colaban por las persianas y las cortinas turquesa de la habitación.

Entre líneas { KaiHun / SeKai }Where stories live. Discover now