藝術家 + NAMMIN

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Muchos dicen que los artistas dejan una parte de sí mismos en cada obra que reproducen.
Que los sentimientos que fueron puestos en esa pintura, en ese escrito, en esa canción, nunca mueren.
Y también se dice, que los artistas cuya presencia reside en sus obras por la eternidad, son los mejores artistas.

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Su gusto por el arte era evidente, amaba todo lo relacionado a él, claro que reconocía que había muchos tipos diferentes, artes plásticas, música, teatro... Pero su gusto algo obsesivo erradicaba principalmente a lo que a artes visuales refería.

Era curioso, su caso. Bastante.
Amaba el arte, más no era artista.

Tenía un particular gusto por aquellos que con un pincel, un lienzo y algunos colores en perfecta sincronía, eran capaces de reproducir una obra digna de emocionar hasta al más fuerte.

Si había algo que amaba, era ver esos cuadros tan detallados, con tanto sentimiento, que hasta incluso, podía llegar a sentir lo que el artista estaba experimentando al momento de tallar tan maravillosa pieza. Y eso era más que emocionante.

JiMin no era un crítico de arte, no. Pero tenía fama de serlo, simplemente porque su presencia era casi infalible en las exposiciones de arte más insignes que estuvieran a sus alrededores.

Cada vez que encontraba algo que destacar, se tomaba el tiempo de escribir largas reseñas para su blog, reseñas que iban acompañadas de exclusivas fotos de las obras que, por capricho propio, él tomaba.
Un blog al que tantas tazas de café y horas le había dedicado, que por alguna extraña razón, mucha gente leía. 

Y así es como JiMin iba de aquí para allá, acompañado de su estilo de vida fino, buscando nuevos artistas que le arranquen el aliento.
Y había experimentado de todo, pero, ninguno que lo haya impactado tanto como para sentir que debía regalar su corazón en bandeja.

Cuantas noches había estado sentado en su sillón de terciopelo acariciando el borde de una copa de vino con sus finos dedos mientras observaba las estrellas a través del enorme ventanal y pensaba:

¿Quién es el artista perfecto?

Es curioso entonces, contar con detalle los últimos días de su vida.
Más su muerte no fue algo de lo que él se arrepintiera, tampoco fue un lecho de sufrimiento, creyó entonces, que en esos últimos días había alcanzado el éxtasis como si de una ménade se tratase.

Lo había visto ya, pero no le había prestado ni siquiera un poco de atención, creyó que no era merecedor de su recato, o eso es lo que él decía.
Al ser un hombre tan dichoso, y según las malas lenguas, vanidoso, decía que había perdido totalmente el interés en él.
Kim Nam Joon, le llamaban. No sabía si era su nombre real, o su nombre artístico, pero más allá de ello y de todas las cosas que se decían de él, estaba sumamente enardecido. Tan solo su nombre le brindaba un cosquilleo extraño, aun así luego de dejarse llevar por las cosas que se decían, no podía ocultar más su curiosidad.

Había tenido su primer contacto con él en una exposición de arte bastante importante que había surgido hace poco. La exposición se llamaba "Plaisir" era de, cómo era de esperarse, artes visuales.
Lo había visto allí parado con toda su elegancia junto a su obra.
Obra que ante los ojos de JiMin, era la perfección enmarcada. No pudo evitar entonces, acercarse hasta el cuadro, y analizar con detalle cada pincelada que estaba perfectamente instalada en el lienzo.
Gozaba de colores que jamás había visto antes, tenía una técnica hermosa, muy desarrollada y que en verdad le impresionaba, estaba anonadado ante tremenda pieza. Ésta trazaba la figura de una mujer de larga cabellera negra, ojos del mismo color que su cabello y piel blanquecina, representada por tonos blancos y grises que le daban un aspecto algo espeluznante.
Ella estaba recostada sobre un enorme manto de rosas rojas que decoraban el fondo de tan preciosa pieza.
JiMin quedó hipnotizado viendo los ojos de la mujer del cuadro, lucían tan reales, como dos hermosas perlas negras. Por otra parte, el rojo de las flores que rodeaban a la muchacha era tan intenso y cautivante que creía que en cualquier segundo caería él también sobre un enorme colchón de rosas rojas que lo abrazaría con la gracia de mil colchas de algodón.

colección de horrores - bangtan sonyeondanWhere stories live. Discover now