17. Gemelas

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Somos hermanas aun cuando mamá diga que no existes. Mamá siempre dice que estoy mal, por ese motivo desde muy pequeña me lleva al psicólogo; ese viejo que me hace preguntas tontas e intenta convencerme de que miento cuando hablo de ti, pero no me importa, porque a pesar de todo, siempre estaremos juntas.

Recuerdo cuando estaba muy pequeñita, jugabas conmigo en la cuna y me hacías reír, siempre me has hecho reír. En la escuela te sentabas a mi lado, solías hacer garabatos en los cuadernos, rayar mi pupitre y tirarle papelitos a los demás, por eso me castigaron muchas veces; les dije que yo no era la culpable y les hablaba de ti pero empezaron a verme distinto y muchos niños me llamaban "la loca", pero no me importó porque tu compañía sanaba todo disgusto, incluso me ayudaste a darles su merecido, encontraban ratas muertas en sus mochilas o partes de sapos.

Comenzaron a temerme y dejaron de molestarme, aún que sé que hablaban pestes a mis espaldas. Estuviste a mi lado cuando di mi primer beso, lo sé porque ese niño andaba contando que le había hecho brujería porque no quería besarme y de pronto, algo como una presión lo inmovilizó y lo besé a la fuerza. No me hablo de nuevo, me miraba y palidecía, pero no me importó, dejó de gustarme, sus labios no fueron lo que pensaba. Y también estuviste conmigo ese día en la escuela cuando un niño extraño se me metió al baño y me encerró, se arremetió hasta manosearme con sus frías manos, entonces te apareciste y no sé lo que hiciste pero él me miró horrorizado, puso su mano en el pecho como si algo hubiese estallado dentro de él y se cayó al piso, encontraron su cuerpo muchas horas después, toda la gente se quedó pálida de la impresión por aquel rostro que mostraba un terror puro, nadie supo realmente que había sucedido.

No sé porque tu cuerpo murió cuando nacimos, mamá cuenta que el doctor no pudo explicarle completamente lo que paso, pero me alegra que en el fondo tu nunca te fuiste, cumpliste con tu deber de hermana y por lo menos te puedo ver reflejada en los objetos, la gente piensa que hablo sola, pero no saben lo hermosa que eres, lo tierno de tu sonrisa, lo claro de tus ojos, lo hermoso que queda tu cabello cuando lo peino, la paz que siento cuando me abrazas.

Te gusta casi todo lo que a mí, amas los verdes prados, la sensación solitaria del campo, la sutileza que inspiran los lagos, las noches sin ruido y su manto de estrellas que esconden misterios, incluso te gusta el mismo chico que a mí, al igual que yo no dudarías en desflorar tu espíritu con él, los tres en un juego amoroso que tendrá lugar así él no lo desee, porque también me enseñaste eso, a obtener lo que se quiere no importa el costo, y lo queremos a él.

Lo único que en ocasiones me incómoda de ti es como enloqueces cuando algo te molesta, tiras las cosas de nuestra habitación como si fueras un tornado, mencionas palabras obscenas como si hubieras estado en una horrible prisión, incluso a veces empujas a las personas como lo hiciste esa vez con la tía que no me quiere, cayó por las escaleras y se golpeó tan fuerte que quedo confinada a una silla de ruedas; ya ni me mira, quizá es mejor así... siempre abría la boca para decir que yo era un fenómeno, y en el fondo quizá lo soy, pero lo que ella no sabe es que no soy solo yo, somos dos fenómenos y continuáremos juntas, hasta que la muerte nos separe o nos una mas.

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