Instinto. [MinJoonKook]

01

NamJoon permanecía inmóvil en su posición, siendo el último detrás de su manada, las patas delanteras le temblaban un poco y analizando el perímetro con sus potentes ojos azul oscuro, esperó la señal del alfa que iba a la delantera, su padre; un lobo de pelaje oscuro como la noche misma y ojos amarillos que lo veían todo.

Un alfa firme, rígido, una fiera a la hora de atacar, impasible elucubrando y grato cuando se trataba de amar cuanto sea permitido a su familia. Un alfa en toda la extensión de la palabra, sin duda.

El joven Omega lo admiraba, su padre lo protegía de todo, los alfas que se acercaban a él por su dulce aroma y hasta lo había defendido una vez de un beta que se burlaba porque nació Omega, aquéllo aún lo seguía pensando, siendo parte del final de la cadena de liderazgo era imposible no hacerlo. A veces recordaba que sólo servía para abrir las piernas y nada más, eso lo frustraba demasiado.

Al fin pudo detectar aquél leve movimiento de orejas y suave gruñido, la señal para poder lanzarse y atacar al cervatillo que indagaba en las profundidades del bosque. Esperó a que sus hermanos aún lobeznos fueran primero y luego lanzó él, inmovilizó al animal por una de sus patas mientras su padre le daba un certero ataque al cuello, justo en la yugular.

El pequeño Omega de pelaje blanco observó asombrado a su padre, claro que era un alfa en toda la regla.

NamJoon comió despacio, le desagradaba un poco el matar animales para poder sobrevivir, pero era lo que había y no se podía quejar.

Terminó al fin de comer y se transformó en un bello humano moreno, cabello de color blanco anacarado y sus ojos seguían siendo azul oscuro. Su aroma se expandió por todo el lugar, la dulce fragancia a moras y chocolate logró que su hermano SeokJin, un lobo Alfa de pelaje cobrizo y ojos del mismo color como su padre, se echara encima suyo tapando su desnudez mientras gruñía. Neutralizaba su aroma con el propio.

—Puedo cuidarme sólo ¿Sabías?—En respuesta obtuvo nada más que un bramido y una intensa mirada amarillenta.

El moreno rodó los ojos y vió como otro lobo de pelaje chocolate se acercaba hasta su dirección. Kim TaeHyung, hermano menor y también Alfa, NamJoon se recostó en su mayor y esperó con paciencia y premura, a que TaeHyung imitara el gesto de Jin y se le echara también encima, lo cual pasó segundos después.

Y ahora se hallaba atrapado entre una manta de pelos y gruñidos. Suspiró resignándose a que alguna vez sus hermanos dejarían de ser tan protectores con él y se dispuso a tomar una corta siesta. El viaje hasta allí había sido largo y sus extremidades ya le pedían un descanso.

Cerró los ojos y dejó que los brazos de Morfeo le abrazaran hasta por fin dejarlo sumergido en la inconsciencia.

🐺

El moreno despertó por unos ruidos extraños que se propagaban desde la lejanía, no tenía los manojos de pelambrera encima suyo y se asustó demasiado al notar que su familia no se encontraba cerca de él. Olfateo el ambiente convirtiéndose nuevamente en lobo para captar mejor los olores de su manada, nada, sólo habían partículas en el aire pero no se sentían cerca.

Se habían ido.

Aulló llorosamente a la luna, usando su voz de advertencia logrando solo que lobos de alrededor circularan cerca suyo, pero luego los sonidos se hicieron más fuertes y percibían realmente cerca, eran voces de humanos comunes; rápidamente se oyeron pisadas, dando anuncio a que los lobos se habían ido de su lado. Él como último recurso corrió lejos de ahí y trató de perderse en la espesura de la noche.

Estuvo lo suficientemente lejos e inspiró aliviado, pero ahora tenía otro problema; ¡¿Dónde rayos se había metido ahora?!

Observó a los lados desesperado, no conocía esa zona, ciertamente nunca había rondado por esos lugares y el miedo ya lo estaba embargando de una manera increíble. Tembló ligeramente cuando el frío le azotó todo el cuerpo encogiéndose como primera reacción. Su manada lo había abandonado, se perdió en un páramo desconocido y la única compañía que tenía era la madre Luna.