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NamJoon tembló al sentir las fijas miradas de ese par de ojos que conocía y aún recordaba en sus pesadillas, gimió lastimeramente desde la garganta. Oh, Dios, estaba mareado, caliente, muy caliente, pero más mareado; iba a desmayarse pese a la felicidad de su ahora saltarín lobo. Entrecerró los ojos poniéndolos en blanco y por fin se dejó llevar por la inconsciencia, cayendo entre los brazos de uno de sus antes agresores.

JungKook miró a Jimin incrédulo, ¿Acaso el chico que tenía entre sus manos era... él?

Jimin estaba aún o más en shock que él, simplemente parado ahí, con los ojos a punto de salirse de las órbitas y la boca abierta. Un millón de preguntas atravesaba a velocidad vertiginosa la mente de los dos jóvenes alfas, la más frecuente era "¿Qué rayos estaba sucediendo?", no sabían cómo actuar ante esa situación, era el omega que atacaron en el bosque, no había duda de ello; mismo olor, mismo rostro, mismo totalmente todo.

—¿Q-qué debemos hacer?—Preguntó Jimin, la cuestión en sí era tonta, o así la catalogó JungKook. Estaban en medio del pasillo en donde todos les veían expectantes de algo.

El pelinegro suspiró y negó con la cabeza, relamiéndose los labios.—Sé que me arrepentiré de esto después.—Murmuró antes de comenzar a correr a la enfermería, despertando a Jimin de su todavía estupor, corriendo tras él por igual.

JungKook no tenía cabeza en ese momento para pensar en cómo sobrellevar la situación desde ahora, la adrenalina fluctuaba sus ideas, y simplemente se dejaba guiar por sus instintos. El alfa que llevaba dentro era el dominante de su cuerpo, porque sí hubiese sido por él mismo, ya estaría en el próximo avión a Europa o algún continente donde nadie le conociera o acusara de violación agravada. Sin embargo, ahí estaba, observando como la enfermera de edad avanzada atendía al omega aún inconsciente.

—¡JungKook!—Jimin le jaló del brazo, llevándolo afuera. La campana había sonado hace un par de minutos, así que los pasillos estaban desolados, exceptuando por algunos maestros que a paso lento se dirigían a sus aulas.—¿Y ahora qué rayos vamos a hacer? ¡Nos metiste en una grande! sí ese omega se despierta y nos ve, nos va a reconocer ¡Iremos a la cárcel! ¿¡En qué estabas pensando!?

El pelinegro se frotó el puente de la nariz, echándole un vistazo a donde se encontraba el moreno, mirando fijamente ese punto.

—Creo que ese es el problema, Jimin... no estaba pensando.—Jimin le observó como sí estuviera loco, golpeando su propia frente contra la pared, gruñendo. El Alfa menor giró su cabeza hacia su hermano—¿Acaso no lo sientes, Jimin?

—¿Qué?—Preguntó con expresión exasperada.

—Él es nuestro omega, lo sabes.—El castaño negó riéndose sin gracia.

—No, JungKook, lo que yo sé es que ese omega nos traerá un montonón de problemas, te lo aseguro. Y nada será bueno para nosotros.—Bufó y se puso las manos en la cara, el menor chasqueó la lengua en desacuerdo, devolviendo la vista a NamJoon quien ya se despertaba y se frotaba el rostro, completamente desorientado.

Jimin iba a escapar, pero el pelinegro le tomó por el antebrazo y lo obligó a entrar en la enfermería a punta de regaños e insultos. La enfermera les observó y después de informarles que tenía algo que hacer en la dirección rápidamente, ella se fue, dejándoles solos con el moreno.

NamJoon estaba nervioso y asustado, no recordaba nada más que haberse desmayado después de ese ataque de calor en el pasillo y...

Oh, por madre luna.

—¿Q-qué hacen ustedes aquí?—Murmuró el moreno con un hilo de voz, alejándose lo más que pudo de ellos, tomando con fuerza la sábana delgada que le cubría; acariciando en esos momentos la fantasía de que era su escudo y nada ni nadie podría tocarle.

—Yo me pregunto lo mismo.—Sonrío sarcásticamente Jimin, mirando al pelinegro con los brazos cruzados.—¿JungKook? ¿Responderías la pregunta?

—Deja de actuar como idiota, Jimin.—Gruñó y alejó al otro Alfa de un empujón, sentándose junto al morocho que temblaba y se veía más pequeño de lo que era.—Bonito... no te haremos daño, ¿Bien? no otra vez... sé que estás asustado, pero digo la verdad; eres mi omega... nuestro omega, de hecho.

NamJoon abrió sus ojos azules hasta su máxima extensión, sorprendido de que lo supiera, mientras su lobo estaba de lo más contento, saltando y exclamando millones de "¡Mis alfa me aman!". Verdaderamente insoportable. Entonces, el pelirosa estaba entre su odio, asco y repudio a aquellos alfa que le violaron en la hierba una noche de vacaciones y la imagen que le daban los mismos en ese momento. El castaño parecía perro enfadado, pero tenía un semblante dulce desde su ángulo, además era guapo y el pelinegro, amable, muy amable y también guapo.

Los dos eran... extrañamente atrayentes.

Y por la parte de los Alfa, ambos estaban al tanto de lo que diría NamJoon, totalmente a merced de la expectativa, Jimin, podría decirse que se encontraba ahí porque no quería que NamJoon les acusara, o algo así. Sin embargo, él mismo sabía que en el fondo, estaba eufórico por la respuesta de su omega. Y JungKook, admiraba la tierna carita ajena llena de incertidumbre. Necesitaba una respuesta, algo, pero NamJoon parecía ni siquiera respirar y le inquietaba bastante.

—Y-yo... aún les tengo miedo... No sé qué decir...—Los ojos se le pusieron brillantes e inhaló el aire que sentía en ese momento le faltaba a sus pulmones.— N-no es fácil... no es fácil que... t-tus alfas te violen... eso será algo... que nunca olvidaré, j-jamás.

La primera lágrima salió y de alguna forma, algo se rompió en los hermanos Park en ese instante, el pelinegro sintió el deseo de abrazar al omega que se veía frágil y vulnerable, sin embargo se abstuvo, teniendo el cierto pensamiento de que sí le tocaba, se rompería o se haría polvo entre sus dedos.

No era rechazo, pero se sentía como uno.

—De verdad, nosotros lo sentimos tanto, de corazón... estábamos segados por tú aroma de celo. No somos así en verdad...—Jimin apretó los labios, asintiendo a las palabras de su hermano. Jamás quiso lastimar al hermoso omega moreno, simplemente se dejó llevar por el momento y la emoción, más que nada fue por... instinto.

—Pero, aunque les pedí que pararan...—Su ceño se frunció en una mueca triste, dándoles una sonrisa sarcástica entre lágrimas.—Aunque sangré, lloré, grité ¡Me dejaron ahí, riéndose como un par de animales! no tuvieron ni la decencia de vestirme. D-debería odiarlos...

JungKook apretó los párpados; ahí estaba, el sentimiento de arrepentimiento. "Debiste dejarlo en el pasillo y escapar" le reprochaba su astuto y estúpido cerebro en tono frío y calculador, ¡Le recordaba eso pero no los apuntes de historia! En cambio, su lobo seguía sumergido en un profundo dolor, uno del cual, lo más seguro, nunca saldría "Pero no es rechazo, no lo es, no, no, no" ahora su lobo era el que se decía, tal vez para no caer en el infierno tan rápido. Como un cristiano devoto, teniendo esperanza aunque fuera una estupidez grandísima.

—Pero no lo hago, no los odio... 

Los hermanos abrieron los ojos de par en par, aún sin creerlo por completo. Jimin estaba a punto de hablar, queriendo hacerle la plática al omega por primera vez en toda la conversación, deseando saber su nombre, el cual no había mencionado en ningún momento. Las palabras no habían salido de su boca y la puerta se había abierto abruptamente, respondiendo la pregunta y sobresaltando a los tres chicos dentro de la sala.

—¡NamJoon! ¡Bebito!

—¿SeokJin...?

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♡¡Tarde pero seguro! Espero y les haya gustado jeje~.

¡Recuerden que los amo mis maripositas! ¡Muchos besos llenos de amor y baba!♡

♡-YumGugk-♡

Instinto. [MinJoonKook]Where stories live. Discover now