Sabía que los problemas parecían perseguirla, pero no creyó que llegaría a tal magnitud.
No llevaba ni un año de haber llegado a Nueva York , para estudiar, y ya se había metido en una "situación". Una tan grande, que sospechaba que pronto se volver...
Actualidad 20/10/2018 Clear entro al departamento con bolsas de papas fritas y dos botellas de Coca Cola, lo dejo en la mesa ratonera de la sala y se sentó, con el pecho sobre el respaldar del sofá mirando a su amiga, quien colgaba del techo, sobre la tela que utilizaba para hacer gimnasia, como Harley Quinn.
— Okay, traje comida chatarra y hay mucho Netflix por ver— murmuró— ¿Quieres decirme qué pasa?.
La asiática se encontraba algo preocupada por su amiga, ya que desde hace aproximadamente un mes, la chica se encontraba pensativa y callada. Lo cual, en lo poco que la conocía, sabía que era muy raro.
También pudo notar que en los últimos días, estaba algo distraída en clases y debía resolver eso, pues si bajaba sus notas, podría peligrar su beca.
Así que decidió tomar ese sábado que tenían libre, para una pijamada de emergencia. Además que era una buena excusa para escapar de su padre.
Pero desde que llegó, que la morena solo está ahí, colgada y parece no querer hablar.
— Rosa ¿Qué es lo que te preocupa?— la morena la miro por unos segundos para luego suspirar.
— Creo que soy una zorra.
La afirmación de la latina, logró desconcertar a la castaña, quien frunció el ceño.
— ¿Porque lo crees?
— Me estoy enamorando.— fue la única respuesta que recibió por parte de la menor, que lejos de aclarar sus dudas, la confundía más.
— ¿Solo por eso crees ser una zorra? ¿Acaso esa persona tiene pareja?.
—No, pero en tu frase está la cuestión, querida Watson— gira un poco la tela para poder verla a la cara— No es una persona, ¡son cinco!, los Taylor—exclama tapándose el rostro con ambas manos.
Aquello dejó un poco en shock a Clear, quien trató de buscar en su lógica la mínima posibilidad de que eso fuera posible.
— Yo... no creo que estés enamorada de los cinco, tal vez simplemente te gustan, pero no de esa manera.
—¿Túcrees?— bajó de la tela, tomó al cachorro, quien pasaba corriendo por sus piesy se sentó en el sofá, cruzando las piernas y abrazando al Husky
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— Estoy segura, es más— se levantó y fue hasta el cuarto de la morena para posteriormente volver con una libreta y una pluma y sentarse frente a su amiga.— Quiero, que me digas que te gusta de cada uno, bien Ethan.— dijo mientras escribía el nombre del primogénito Taylor en la libreta.
Lamorena se tomó su tiempo, para recordar entre todas las citas que había tenidocon el hermano, para buscar en la que se había dado cuenta, que le gustaba.
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