Sabía que los problemas parecían perseguirla, pero no creyó que llegaría a tal magnitud.
No llevaba ni un año de haber llegado a Nueva York , para estudiar, y ya se había metido en una "situación". Una tan grande, que sospechaba que pronto se volver...
|N/A| A mi papá, gracias por verme crecer, por criarme, por guiarme a ser la persona que hoy soy chulito, por más que te diga que sos un estupido, estoy agradecida a la vida por el mejor hombre que me pudo ofrecer. Te amo chulito.
Advertencia, llore un poquito mientras lo escribía, tengan pañuelos cerca por si acaso.
Importante: traten que la canción esté reproduciéndose durante todo el capítulo, pueden buscarla en YouTube como "Canción de Cuna" de Ciro, o en la playlist de Spotify de la novela, allí está.
— ¿arañita?— Eso fue lo primero que escuchó la morena al descolgar el teléfono.
— ¿Papi?— cabe aclarar que la morena estaba sorprendida, era el primer contacto que tenía con su familia desde que su madre la llamó puta hacía casi una semana y media.
— Yo...no quiero ser impudente en este momento Rosa, eres mi hija y te amo. Se que tú madre está demasiado hormonal, por eso quiero que hablemos civilizadamente antes de que tome cualquier decisión estupida— le explico de forma calmada— Entonces, amor, quiero escuchar la historia de principio a fin, y con detalles.
Dicho y hecho, la morena prodigio a contarle la historia a su padre sobre cómo los conoció, lo que hicieron para conquistarla, lo lindos que eran con ella, y lo mucho que disfrutaba la compañía de cada uno. Durante los posteriores siguientes segundos fueron en completo silencio, que solo lograron que el corazón de la morena se llenara de nerviosismo. Necesitaba que su padre la entendiera, que la apoyara, se sentía como una niña de cinco años asustada, que lo único que quería era refugiares en sus fuertes brazos, mientras le susurraba que todo estaría bien.
— Bueno.... me has tomado totalmente por sorpresa arañita.— fue lo único que respondió el mayor, empeorando los nervios de la joven— y tú ¿los amas?
— Creo que amar es una palabra muy fuerte, Los quiero mucho y les tengo un enorme cariño, son excelente chicos.... por favor no me odies.— la azabache se cubrió la boca tratando de impedir romper en llanto, por más que quisiera decir que la pelea con su mamá no le había afectado, solo sería una cruel mentira y si había una persona con la que se permitiría ser frágil, ese era su padre.
El mayor entro en pánico al oír a su pequeña y trato de calmarla— No, por Dios amor, jamás podría odiarte arañita, no llores por favor.— maldijo a los mil demonios el oír a su corazón sollozar de esa manera y no poder estar junto a ella para abrazarla— No sos nada de lo que dijo tu mamá ¿Me entendes? Sácate esa mierda de la cabeza, no es tu culpa tener esos sentimientos mi amor.
La morena asintió torpemente refregándose los ojos con rabia hacia ella misma por ser tan débil.
— ¿Sabes que? Mañana cuando vuelvas del colegio, hagamos una videollamada así conozco a los chicos y los amenazo un poco ¿te parece?— dijo logrando sacarle una leve risa a la menor, que me hizo sonreír mientras tomaba de una estantería una foto de cuando nació su hijo y estaban todos reunidos.
— Si, me parece bien.— respondió la morena sintiéndose mejor, sabía que su padre no podía comprender su relación, pero hacía un esfuerzo por no dañarla y eso la reconfortaba.
— Bueno amor, te dejo que tengo que ir a preparar la cena. Te amo, no comas tanto frito.
— Yo te amo más papi.— sin decir más, colgó.
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