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Angustiada me acomodé mi vestido al terminar mi copa, observando donde se encontraba mi avispado cliente que no tenía ni idea de la situación que yo había provocado. Observé como Ashley estaba llamando a su pareja sin obtener muchos resultados para intentar que se fueran antes de que se diera lo que me tenía rezando mientras presionaba mis labios. No obstante, fue un alivio que al cabo de la tercera llamada sin responder, apareciera un chico realmente alto y delgado detrás de la joven de pelo corto.

Era totalmente contrario a Colson. Su cabello negro estaba totalmente cubierto de espesa gomina y sus ojos parecían haber formado parte del infierno en el pasado, aquella oscuridad que desprendía con su mirada era escalofriante. Tenía unos rasgos pronunciados y aparentaba una edad que era incapaz de deducir.

- ¿Qué pasa, amor? - Le cuestionó a su novia mientras se ajustaba la chaqueta de cuero que llevaba por encima de su camiseta negra que entallaba perfectamente su torso.

- Tenemos que irnos, Ty nos llamó hace nada para ir a fumar a su casa. - Escuché esa excusa de la chica que tenía el mismo temor que yo y me dirigí hacia el alma que escondía el cielo, porqué supe que debía de actuar sin titubear en esos instantes.

Seguidamente, interrumpí la conversación que tenía con sus amigos para que mis brazos rodearan su cuello acortando las distancia que sufríamos por la altura, sin más demora mis labios se acercaron a los suyos, pero... Él renunció a aquel contacto sin aún librarse de mi agarre.

- ¿Cómo debería de corresponder un beso que no me das porqué quieres?

Aquella voz bronca que acarició mi temblorosa boca, penetró en mis oídos helando la sangre que corría por mis venas logrando que por primera vez en esa noche, no fuera capaz de mirarle a los ojos. Mi mano que estaba encajada en su cuello fue bajando lentamente hasta caer en el cuello de su camiseta para agarrarlo suavemente pero con firmeza mientras mi garganta tragaba saliva.

- No hagas nada. - Exigí apretando mi agarre provocando que el rubio se apartara de mí instantáneamente, encontrándose de cara a cara con la persona que menos deseaba.

Contemplé a cámara lenta como las personas que se hallaban bailando, se iban moviendo formando un circulo en él que yo estaba metida, seguidamente, observé creyendo que era inverosímil, como había varias chicas con sus móviles que estaban comenzando a grabar aquello con una frialdad que no comprendía. Nadie se interesaba por el estado de ambos, sólo por la acción y el espectáculo.

- Pensaba que ya habías tenido suficiente, payaso. - Escuché del novio de Ashley que desprendía de aquellos labios finos, unas carcajadas tan molestas que me producían ganas de tomar esto también por la fuerza.

Antes de que le respondiera el chico que me estaba provocando más dolores de cabeza y de corazón de lo permitido, me coloqué hábilmente en el estrecho lugar que los separaba mirando al enemigo declarado de mi ángel para otorgarle una sonrisa muy fingida pero que acogió perfectamente.

- ¿Por qué no te comportas como alguien de tu edad y sigues con tu novia? Quizás soy la única, pero no me gusta los conflictos y menos con alguien que me importa. - Declaré viendo como se colocaba un puro en sus labios riéndose totalmente de cada una de mis inocentes palabras.

- ¿Es otra de tus putas? ¿Cuánto le has cobrado esta noche? Me interesa.

Me quedé inmóvil después de aquella contestación que me dio y percibí como sus dedos agrietados se enredaron en mi cabello jugando con este para acomodarlo por mi espalda dejando totalmente mi torso desnudo. Seguidamente, cuando observé como iba a acariciar mi fisonomía, me percaté como su muñeca estaba siendo agarrada por Colson para que no me siguiera tocando.

- Ashley, haz que se vaya. - Ordenó el imponente ánima que me protegía desde que había pisado esa ciudad, con una voz que yacía cubierta totalmente de ira. Su mandíbula estaba tensada y percibí como apretaba sus dientes, intentando mantenerse como yo le había mandado.

- ¿Te la quieres follar esta noche y por eso te comportas como una nenaza? - Observé como aquel chico del que no conocía el nombre me agarraba del brazo ofreciéndome un empujón que me hizo caer en el pecho de la persona que más estaba hirviendo de rabia mientras sus brazos rodeaban mi cintura.

- Perdón.

Escuché de los finos e húmedos labios de Colson para seguidamente contemplar como le ordenaba a su mejor amigo que me llevara fuera de aquel antro lo más antes posible para que no viera nada. No quería dejarlo solo, no podía.

Negué con mi cabeza varias veces a Cappelletty que me rogaba mediante miradas que le hiciera caso, estaba preparada para ver cualquier cosa pero no para distanciarme de él. Presencié como mi ángel le propinaba rápidamente un fuerte puñetazo en la mandíbula al antagonista de ese momento para luego que sus manos se fueran a los hombros de este logrando paralizarlo y comenzar a otorgarle golpes con su rodilla en su estómago.

Cánticos crueles animaban la pelea pero yo solamente me pude fijar en como Ashley tenía sus orbes cubiertos inmensamente de lágrimas que no paraban de cesar por su fisonomía. Ella no se merecía ese dolor.

Posteriormente al daño que provocó Kelly, vino el contraataque de su víctima y supe en esos momentos porqué había querido que me fuera cuando comenzó la pelea. Me quedé totalmente clavada en el suelo mientras mi corazón lograba quebrajarse por íntegro, pero en esos instantes, Rook me abrazaba por la espalda para llevarme hacia la salida, donde todo era escabrosamente peor porqué se lograba escuchar perfectamente lo que pasaba dentro pero sin saber quién era la persona que lo estaba sufriendo.

- Vayámonos, Camila. - Me dijo el batería que me obligaba a caminar mientras me agarraba de la mano para que entrelazaremos nuestros dedos; un gesto que intentaba borrar con creces el instante en él que había visto como aquel hombre levantaba a mi ángel del suelo aferrándose a su cuello y anulando su respiración.

Quería reaccionar en aquellos instantes, sin embargo, no podía hacerlo. En mi lastimada mente se reproducía como un casete muy antiguo, las escenas que había visto minutos antes donde veía al chico que había provocado mis sonrisas más leales desde que aterricé en aquella aventura, padeciendo un dolor que se podía comparar con él que sufría mi corazón. Él no se merecía aquello, él se merecía que me quedara a su lado.

Me sentía tan jodidamente inútil escapando de allí y volviendo a ser una cobarde.

Blue. [c.b]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن