Capítulo 5

2.4K 303 179
                                    

Muchas flores. Hay de todos los colores y de toda clase. Camino entre ellas. La brisa mueve mi cabello suavemente. La luz del sol brilla con intensidad. Unas mariposas azules se aproximan desde lo lejos. Son incontables. Todo va bien hasta que todas se dirigen a mi dirección con una velocidad que me asusta.

Se acercan más y más. Trato de cubrirme poniendo los brazos al frente de mi rostro. Cierro los ojos esperando el momento en que sentiré las mariposas, pero ese momento nunca llega. Abro los ojos despacio y bajo los brazos. Al mirar, ya no estoy rodeada de flores ni las mariposas. Estoy en un vacío, no siento mis pies. Todo es blanco, no hay nada. ¿Donde estoy?

Muevo mis pies y están tan pesados que duelen. Intento dar un paso cuando siento mi cuerpo caer con velocidad...

Abro los ojos con la respiración agitada. ¿Que clase de sueño es ese?

Por un momento pensé que era real. Ah, nada es real, estar aquí no es real. Mi vida es una fantasía. Ya empezaba a olvidarlo, pero no logro aceptarlo.

Tirando un largo suspiro, empiezo a estirar mis brazos, saboreo tres veces y me paro de mi suave y caliente cama. Me miro al espejo y mi reflejo me sorprende. Tengo unas manchas azules. ¿Pero que rayos?

Paso mis dedos seguidas veces y gracias a Dios se puede quitar. No recuerdo aver usado ninguna clase de pintura ni nada. ¿Por qué deben pasarme cosas tan extrañas?, ¿por qué?

Me siento sobre el sillón negro. Acaricio su textura mientras pienso. Un papel blanco llama mi atención. Esta cerca de mi almohada. Me paro y lo tomo.

Buenos días. Fue bueno dormir contigo, pero tus posiciones no me dejaron concentrarme. Pusiste tus piernas sobre mí tres veces, quise dejarlas ahí, pero era demasiado.

De: Axel.

Mi cara de tonta con una mezcla de vergüenza es muy notable. No puede ser. Toda mi vida he dormido mal. Una vez dormí con mi madre y la hice caer de la cama con mis patadas, gracias a Dios no se partió ningún hueso.

Soy un desastre.

Imaginar que puse mis piernas sobre Axel me causa, no sé qué es lo que me causa. ¿Se quedó dormido?, no recuerdo haberlo visto dormir en mi cama anoche.

Ah, nunca recuerdo nada.

Pongo la nota dentro de un libro. Saco una ropa y la pongo sobre la cama. Me dirijo hacia el baño, pero unas voces que provienen del pasillo me hacen detener. Se que no es mi asunto, pero pongo mi cabeza contra la puerta.

–no seas pesado, ve.–escucho la voz de Raquel.

–por favor, déjame dormir un poco más–Axel habla adormilado.–¿ya no me amas?

–claro que te amo, mi hermoso galán.

–entonces déjame dormir.

Ella suspira–Axel.

–está bien, está bien, pero deja...

–no.

–solo...

–na, na.

Sonrío ante su conversación. Son tan tiernos. Me alejo de la puerta para continuar con lo mío. Por cierto, ¿que iba a hacer?, ah, claro, a ducharme.

No estaré perdiendo la cabeza, o si?

.

No es para nada divertido estar sola en esta enorme casa, pero con los libros todo es diferente, digamos que son mi complemento. Ares y Raquel trabajan y Axel fue a tomar sus clases de violín. Un día de estos lo obligaré a tocar para mí.

Estoy sentada en una pequeña escalera que está frente a la casa. Leo un libro de romance bastante corto, pero muy bueno. Se titula: "Nuestro Secreto". Es tan hermosa la manera en la que Richard hace lo posible por escapar con Yatna. Me han hecho tirar tantas lágrimas en tan cortos capítulos.

Yatna baja la mirada–Richard, este... este es mi secreto.

Él se acerca hasta ella y levanta su mentón–no Yatna–apoya su frente contra la de ella–es nuestro secreto.

Yatna lo abraza como si se fuera a escapar–es nuestro secreto.

En medio del sublime sonido de la lluvia, Richard y Yatna tardan unos infinitos, pero lindos minutos abrazados.

Yo como siempre dejo salir dos lagrimas. Soy muy devil con mis personajes. Cualquiera diría que es locura, pero solo los que leemos entendemos lo maravillosa que es esta locura. Leer es uno de los mejores transportadores que existen en el mundo. Leer te hace olvidar la realidad, aunque sea momentáneamente.

Nunca dejaré de leer.

Seco las pequeñas lágrimas de mis mejillas y continuo con el libro. Empiezo a perderme en los capítulos cuando empieza a sonar el teléfono en la sala. Me paro lo más rápido posible para alcanzar la llamada antes de que se caiga.

–hola?–digo con algo de nerviosismo.

–hola, ¿me pasas a Axel por favor?–una voz masculina y suave resuena en mi oído.

–es que... no está.

–¿donde está?, y... ¿quien eres?

Todo está bien, no lo arruines.

–Beverly. Beverly Swift.

–¿Beverly?–cuestiona y ruego a Dios que no haga preguntas–bueno, le dices que lo estuve llamando y que conteste su celular.

–espera–digo antes de que cuelgue–¿quien eres?

–ah, claro, disculpa. Soy Apolo. Apolo Hidalgo.

Dicho eso cuelga.

¿Con qué es que me van a recoger?

¡Jesús!, era Apolo, el hermoso, tierno y adorable Apolo.

La emoción que siento en mi pecho es enorme como esta casa. Apenas imaginaba su voz en mis lecturas. ¿Ahora escucharlo de verdad? ¿Es de verdad?

Son muchas emociones en tan poco tiempo. Sonrío como una tonta.

Me pregunto cómo reaccionaría otra persona en mi lugar.

Me dirijo a las escaleras negando con la cabeza. Retorno a leer mi libro. El sol empieza a ser sustituido por unas oscuras nubes lluviosas. Eso significa, café más libros. Este es mi ambiente preferido.

Los días de lluvia.

.

Escritora:¡hola hermosuras!. Acá estamos devuelta. :') Si les extrañé.

Espero les haya gustado el capítulo.

Les quiere: Nicole <3

Atrapada en el libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora