Capítulo 12

1.6K 195 73
                                    

La brisa fría acaricia mi piel, las flores de diferentes colores se mueven lentamente de un lado hacia otro al igual que las pequeñas hojas secas que están en el césped. Una gran parte del cielo está nublada, tal parece que lloverá.

Y aquí me encuentro en el cumpleaños de la pequeña pelirroja, la hija de Artermis.

No dejaré de hacerme esta pregunta hasta que alguien la conteste: ¿esto es real o realmente he estado en un largo sueño del que tal vez no despierte?

Mientras alguien se digna a responderme, me conformaré con lo bien que se siente estar aquí.

No creí que con tan solo ver cómo Claudia, Artemis, su hija y el resto de la familia sonreía tomándose una que otra foto, podría transmitirme tanta alegría y paz. Nada más hermoso que una familia feliz.

Para mi no existe mayor riqueza que la felicidad. Si no eres feliz, de qué valdría tenerlo todo?

Recuerdo cuando cumplía diez años de edad, fui toda una grosera con mis amigos, no sé que me pasaba pero mandé a todos a sus casas, mis padres estaban confusos con mi acción pero no hicieron nada, solo me dejaron con mi pastel de chocolate.

Conque eso sucedía...

Quería comer mi torta sola.

Vaya, si que era horrible.

¿O aún lo soy?

Sonrío por tal recuerdo.

–váyanse, váyanse!–gritaba a todos mis compañeritos.

Esta vez me río con una pequeña carcajada.

–¿que tanto piensas?–su suave voz logra traerme de vuelta a la tierra.

No contesto. volteo a mirarlo, está parado a mi derecha mirando hacia el frente. La brisa hace mover levemente algunos flequillos de su cabello, no me había fijado en dos pequeños lunares que posan en la parte izquierda de su cuello, no lo sé pero me parece lindo.

Sabe Dios cuantos más tendrá... ni me interesa, supongo.

Jamás me he visto ningún lunar ¿tendría alguno?

Su mirada me toma por sorpresa mirando su cuello y me siento un poco avergonzada. Sus labios se tornan en una diminuta sonrisa dejando ver un pequeño y hermoso hoyuelo.

–¿por qué eres así?–digo dándome cuenta de que dije eso en voz alta.

Axel frunce el ceño–¿como?

Tan descaradamente lindo.

pareces un extraterrestre–frunció aún más el ceño.

–¡OIGAN, PAREJITAS!–ambos volteamos hacia la pelirroja más hermosa que había visto antes, Claudia–VENGAN AQUÍ!

–parejitas?–repite Axel negando con la cabeza y obedece caminando en dirección a Claudia.

Ruedo los ojos y lo sigo.

–no pensarán quedarse sin su fotografía o si?–dice la pelirroja fingiendo enojo–a ver muestren los dientes de paleta.

No pude evitar sonreír y Claudia al instante nos tomó la foto.

–okay, ahora una foto para nosotras tres–Claudia, su hija y yo posamos para la cámara.

Otra persona en ves de mirar la cámara miraría al camarógrafo.

Es que no les he dicho quien nos ha tomado esta última foto... correcto, Artermis.

Atrapada en el libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora