3. Casualidades

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Llegamos al café y la verdad que es enorme, realmente que es grande. Está ambientada a la época de los cincuenta, de las cuales están en los vídeos o películas. Entramos y trato de buscar una mesa que esté alejada, no quiero que nadie note mi borrachera.

Pedimos dos cafés y el ambiente entre nosotros se vuelve algo incómodo, ninguno de los dos habla. Todo está en silencio, son las cinco de la madrugada por lo que ya se asoma el sol dejando una especie de escalera de colores en el cielo. Empezando con la gama del rojo y naranja y algún rastro de rosa, pero en la parte más alta del cielo se oscurece. Quedan estrellas en esa parte y es totalmente hermoso. Disfruto de la vista, aunque debe ser aún más hermosa si no estuviese dentro de una cafetería. Parece un regalo que dura unos pocos segundos hasta que el sol sube un poco más y cambian los colores hasta celeste.

La camarera interrumpe mis pensamientos dejando nuestros cafés sobre la mesa. Que incómodo el silencio que se generó antes y que perdura, sabiendo que con lo charlatana que soy ni un suspiro di. Es hora de entablar una conversación y acabar con el silencio, si la cago con alguna palabra no importa, es mejor que este silencio.

- Umm...

- Sep.

- Y... ¿Qué solés hacer?

- Me gustan los libros, leo bastante. Todo tipo de géneros y estructuras. Me informa y puedo tener un lenguaje decente, ¿sabes? - responde Klaus.

- Creo que coincido. Yo también leo, no solo en mis tiempos libres, claro.

- ¿Qué solés leer? - decimos al unísono.

- Tu primero - dice y otra vez sonríe con sus hoyuelos matadores.

- Me gustan todo tipos de géneros, pero usualmente me atrae la literatura inglesa y la fantasía. También me gustan un poco las comedias románticas y el drama.

- Creo que opino igual, todo ese tema del drama es atrapante. Pero nada como una buena novela, que aparte de todo el romance, incluya una tragedia épica. No coincido con Shakespeare en "Romeo y Julieta", todo ese tema de que se aman y se suicidan al ver al otro muerto es muy exagerado - mientras que sigue hablando yo pruebo el café que está más fuerte que cachetada de transformer -. Las personas que no somos del todo "cursis" pensamos, y digo pensamos por que es así, que Romeo pudo haber seguido adelante, o Julieta en su caso, pero creyeron que el morir era su mejor opción. Créeme cínico, pero es la verdad, este tema de las almas gemelas se pasó de moda.

- Te creo. Lo que digo es que pienso lo mismo que tú. Eso es lo que creo.

≪Ya la estás cagando Merid...≫ Pensé. Y estaba en lo cierto, el chico probablemente debe querer irse. Debe de estar arrepintiéndose de haberme traído aquí. Lo bueno de todo esto es que tenemos cosas en común.

Sigo intentándolo con el café, pero no consigo nada por más azúcar que tenga. Tengo que tomar algo para reemplazar el sabor del alcohol. Es sábado y no voy a lograr hacer todo lo que tengo para hoy, pero al menos buscar un departamento y comprar algunas cosas necesarias. Agarro el celular y hay diez llamadas perdidas: seis de Chris, tres de Scott y una de Alaric. Una sola llamada de ese maldito desgraciado... ¡Basta! ¿Dónde quedó eso de no pensar más en todo esto? Maldita sea... Para terminar con el tema del café llamo a la camarera para pedir que lo cambie o que me traiga crema.

- De inmediato.

- Gracias.

- ¿Desean algo más?

- No, así está bien.

- ¿Segura que no quieres nada más? Si es por el dinero, Merid, yo lo pago - repone Klaus.

- Está bien, enserio. ¿Y sabes? Si tienes un Mercedes-Benz de tal modelo, el dinero desborda en ti.

- Tienes razón, - descarado...- pero estoy siendo caballero, solo eso. Igualmente tengo hambre - se dirige a la camarera - Quiero un tostado - mira el menú y se vuelve hacia mí -. Mejor dos, y un agua con gas.

- Ya, ya entendí...

- Enseguida vuelvo con sus pedidos.

Necesito un maldito descanso en una maldita playa con un maldito bronceado, tal vez en las Islas Maldivas con el agua tan cristalina, quedándome en una de esas casas que están en el agua.

- ¿De qué signo eres? - interrumpe mis hermosas, pero utópicas vacaciones. ≪Ya quisieras...≫ dijo mi parte negativa.
- Vamos Klaus... ¿es en serio? ¿Preguntas triviales? Bueno, como soy "buena persona" - digo marcando las comillas - contestaré tus sabias preguntas. Ni cerca de ser buena persona, pero el síndrome "Cosmoculus Horoscupus Reparus" se está extendiendo a todo el mundo y no tiene cura, maldita sea... - vuelvo a volar en mis pensamientos y me voy del tema principal - Aries, soy de aries. Creo que a veces me replanteo mi signo, si es ese o no. Con todo esto del nuevo signo y bla bla bla.

- Soy de aries.

- Dicen que es el segundo descendiente del diablo, y por dicen me refiero a mi. Pero yo creo que es el primer... Espera, yo también soy de aries - eso no es de esperar, tanta cosa en común da MIE-DO. Aunque fue como un golpe seco por su tono, se notó que gobernaba la sorpresa en sus palabras..

- Eso ya lo dijiste, pero también estoy perplejo...

- Quién lo diría.

- Quién lo diría - repitió.

Me fijo en la hora y ya había pasado una hora a todo esto, me tengo que levantar a las ocho para acomodar mis cosas. Necesito profundamente desde mi parte cheta comprar más ropa y maquillaje.

Le digo a Klaus que tengo que irme, pero hace caso omiso a mis palabras y espera sus tostados. En estos momentos me gustaría dormir un poco pero no sé si me está reteniendo por algún motivo normal o es un pervertido que quiere algo más que comer y mirar a chicas. Espero que sea el primero.

- Klaus, creo que debo irme. Necesito terminar de comprar unas cosas y encontrar un departamento. Mira, te dejo mi número de celular para que si quieres me hablas y listo - unos segundos más tarde le devuelvo una servilleta con mi número - ¡Voilà! Toma. Nos vemos Klaus...

- Pero... - Su voz se fue disminuyendo a medida que avanzaba hasta que siento que me toca el hombro - Espera, no te vayas. No quiero que te vayas, aparte no tienes como volver y tampoco sabes bien el lugar en el que estamos. ¿Sabes dónde estamos? Es que yo...

Mira a todos lados buscando algo que hacer, parece confundido, como si sus pensamientos estuvieran rompiendo su cráneo para salir.

En un instante ya estaba sintiendo sus labios besándome intensamente, todo tan rápido parecía. Mirando la situación desde afuera, probablemente con la ruta, el cielo rojo y naranja con manchones algo rosados que imita el fuego, debía ser súper romántico. Besa como los dioses, ningún beso que pude haber dado puede ser igualado con este. Esto es diferente, algo lo hacía sentir como simple pero diferente, tiene ese toque. ¿Lo odiaré?

Creo que es pura casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora