19. Es mi momento

21 7 0
                                    

Entro al bar y lo primero que noto es su iluminación bastante tenue y cálida, hay una barra y de fondo se escucha que está tocando una banda de rock que no conozco con una canción que tampoco conozco.

Al caminar un poco, todavía mojados por la lluvia, me doy cuenta que de alguna manera ya conozco este lugar. La canción me resulta familiar, la forma de las cosas aquí son muy similares a un sueño que creo haber tenido. Miro como Klaus se acerca a un hombre y le hace algunas señas, veo como al final guía con su dedo índice nuestras miradas, la mía y la de Klaus, hacia un puerta de madera marrón claro con un letrero verde encima que dice: "EXIT".

Caigo en la cuenta de que esto lo soñé hace mucho tiempo, pero no logro recordar que pasa después. Miro al escenario tratando de reconocer alguna cara allí, pero todos son tan desconocidos como el futuro.

Alguien me toma de la mano y me lleva hasta la puerta de salida, se da la vuelta y, para mi suerte, es Klaus. Tiene una sonrisa en su rostro que contagia felicidad, me dan tantas ganas de besarlo. Todo el tiempo lo siento, siempre que pueda trataría de hacerlo. Me acerco a él para besarlo pero se aleja, da media vuelta y sin soltarme me arrastra hacia afuera.

Una especie de invernadero con luces navideñas amarillentas me sorprende. Miro a todos lados y hay plantitas y mini árboles por doquier, en el suelo una manta de lana blanca reposa y encima de ella hay una bandeja de comida con una botella de vino blanco, dos copas a su costado y una rosa blanca.

Lo miro a los ojos y parece estar nervioso, como esperando una reacción o una respuesta. Sonrío y siento que se están marcando mis hoyuelos en las mejillas, me acerco y le doy un beso en la punta de la nariz mientras que hago puntitas de pie para llegar.

- ¿Entonces te gustó?

- Me encantó.

- Supuse que necesitarías una distracción, lejos de la vida terrestre y las crueldades de la realidad, como tanto dices, así que armé esto. Como si fuese sacado de un libro romántico.

- Gracias, en serio Klaus, te mereces lo mejor.

- No es nada.

- Bien, entonces el tema de la ropa... - digo mirando el espacio buscando ropa o algo parecido sin lograr encontrar algún tipo de bolso o un montón de ropa doblada

- Ernesto traerá las otras mantas para usarlas hasta que se seque la ropa. Cuando las traiga, se irá y nos dejará unos segundos para que nos la saquemos y se la demos.

- Está bien.

Escucho que la puerta se abre y un hombre canoso, con barba y medio bajito entra con un pilón de mantas rojas. Me sonríe y las deja en la mesa junto al árbol, se da la vuelta y por último se va. Me quedo mirando la puerta, con la mente en blanco y yo paralizada, no puedo salir de mi lugar. Al reaccionar me doy cuenta de que Klaus se desvistió y queda nada más que sus boxers negros, que hacen contraste con su piel algo bronceada.

- ¿Es que te vas a quedar así mirándome o vas a reaccionar?

- Lo-lo siento.

- No me pidas disculpas, no es algo que perdonar, nadie se puede resistir - dice riendo.

- Lo sé, es solo que me tomaste de sorpresa.

- ¿Con qué? ¿Con el lugar? ¿O con mi cuerpo?

- Bueno, puede que las dos, pero ya te he visto en ropa interior, también he visto más pero ese no es el caso. Es solo que no me esperaba esto de ti.

- ¿Esto qué?

- La cena con las luces y plantas, la comida que parece tan rica, todo así. No tenía esta imagen de ti.

Creo que es pura casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora