12. "Estado actual: complicada pero feliz"

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Al abrir mis ojos, me fijo en el celular la hora y son eso de las 12 del mediodía, Rita todavía está tirada en la cama durmiendo.

Me levanto, me dirijo al baño, entro y me miro en el espejo. No sé porque siento que me veo diferente, estoy diferente, tengo algo en la mirada que se ve... ¿Raro? No lo sé, tal vez es que no me presto atención hace mucho.

Me cepillo los dientes y me desvisto para entrar a la ducha. Enciendo mi móvil, me dirijo a la aplicación de música, abro la lista de reproducción de música relajante y selecciono la canción "Seafret - Oceans".

Cuando termino, me enfundo con una toalla el cuerpo y luego me seco el cabello, trato de peinarlo un poco. Necesito un cambio, algo que distinga que ya no quiero ser la misma, un antes y un después... El flequillo no me quedaría mal ahora que lo pienso, lo voy a hacer. De las tijeras que están en los cajoncitos de mimbre agarro la más delicada, divido el pelo y me arriesgo.

Cojo mi bolsa de maquillaje mientras que canto las canciones que van pasando, cada tanto bailando alguna que otra; comienzo a maquillarme notando lo bien que me queda. Debería haberlo hecho antes.

Al salir del baño, me encuentro con Klaus sentado en mi cama con un ramo de margaritas en una mano y la otra en su quijada, dejando su cabeza descansar allí hasta que yo salga. Al sentirme salir del baño, se da la vuelta y me mira como cuando un perrito ve a su amo después de que fue de compras por unos minutos, como diciendo: "¡Siiii! ¡Volviste!".

«Mierda, y tenía que ser que mi única prenda actual es una puta toalla...».

- ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Rita?

- Se marchó hace unos segundos, ella me dejo entrar. Le dije que necesitaba hablar contigo, y luego de plantearse si debía pasar, e insultarme un par de veces ya que estamos, dejó que pase.

- Ajá...

- Creo que te queda muy lindo el nuevo corte.

- Mmm, bueno. Gracias, creo.

- Oh, estas son para ti. Creo que son las que te gustan, ¿no?

- ¡Ay! Gracias, sí, son mis favoritas. Quiero decir, ¿cómo sabes que son mis favoritas? - mierda, este idiota me trajo flores y yo no pude disimular mi felicidad.

Encima tiene que poner esa sonrisita supuestamente tierna que te dice: "Oh sí, esta vez no la cagué, no me equivoqué con lo de las flores, puedo tener una oportunidad". La esperanza nunca se acaba, ¿eh? Le sienta tan bien esa sonrisa... ¡No! Nada de eso, Mérida, basta.

- Bueno, hice un poco de investigación sobre tu vida, tus gustos, etc.

- ¿Y dónde encontraste información mía, si se puede saber? - trato de resaltar el adjetivo mío bajo el resto de las palabras.

- Mi investigación es top secret.

- ¿En serio? Oh que pena, ¿y si lo descubro?

- En ese caso... Emm.... Supongo que tendremos que eliminarte.

- ¿Eliminarme? ¿Tú y quién más? - dije riéndo.

- Eliminarte - dice mientras que apoya las flores en la mesita de luz y se acerca a mí con pasos algo lentos.

- ¿Y eso como será?

- Bueno... Tal vez empiece así - el espacio entre nosotros ya no existe y comienza a acercarse a mi cuello. Su boca me roza la piel haciéndome erizar los vellos del cuerpo.

Lentamente va subiendo hasta llegar al borde del costado de mi cara que es donde se detiene para mirarme a los ojos y agarrarme de la cintura. Acerca su cuerpo al mío de tal forma que ambos podemos sentir nuestros latidos, su mano sube hasta mi nuca y siento como se pone tensa su quijada, parece que va a quebrarla. Su nariz apenas toca la mía y me mira directamente a los ojos, ninguno dice nada. El silencio se unió a nosotros.

Creo que es pura casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora