Capítulo 41

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Blue:

—Y llegamos.—Pronuncia Stephano cuando cruza la puerta de la casa, tiene a mamá cargada en los brazos mientras mis hermanas llevan sus cosas del hospital.

Mamá por su parte, está completamente roja, ella luce como una adolescente ahora mismo.

Se aclara la garganta y con las manos alrededor del cuello de Stephano habla.—No era necesario que hicieras esto.

—Tonterías.—Le responde y se vuelve hacia nosotras.—¿La habitación de Miriam..?

—Segundo piso, a la derecha.—Respondo enseguida.

Se gira hacia las escaleras y comienza a subir los escalones.

—De acuerdo ,vamos.

—Stephano, ya dije que ..

—A callar, tú eres la enferma aquí.

Mamá cierra la boca y escucho risas salir de la boca de mis hermanas, siento mi cara arder de vergüenza.

¿Es normal que me sienta así de rara mientras veo a mis padres coquetear juntos?

Porque eso hacen y mamá ni se da cuenta.

Cuando finalmente desaparecen, Coral dice.—¿Es normal que tenga pensamientos pecaminosos con ese hombre?

—¡Coral!

—¿Qué?

—¿Te das cuenta de que estás hablando de mi padre, Coral?.—Le recuerdo.

—El tuyo, no del mío.

Ay dios..

Violet ríe a mi lado.

—Solo bromeo, Blue.—Ríe mi hermana mayor.—Estoy feliz por mamá, tu papá la hace feliz.

—Es cierto, se ve como una niña.—Responde Violet.

Suspiro y observo las escaleras.

—¿Crees que deberíamos subir?.—Pregunta Violet de repente.

Frunzo el ceño y Coral hace una mueca.

—Podríamos interrumpir algo.—Pasa cada brazo alrededor de nuestra espalda y nos rodea.—Dejemos a los tortolos aquí y vamos a divertirnos.

Violet sonríe, yo también.

—¡Suena genial!.—Exclama Violet.

Las dos se vuelven hacia mi.—¿Y qué dices ,Blue?

Me encojo de hombros y ambas alargan sus sonrisas.

—¡Las chicas Mitchell han regresado!







(*)







Después de pasar la tarde con mis hermanas, creo que ya es suficiente tiempo el que le di a mamá con Stephano, así que subo las escaleras hasta su habitación mientras Coral y Violet pelean por el televisor en el primer piso.

Los exámenes de mamá no arrojaron nada, así que como ella mismo describió, fue estrés laboral, aunque el medico ha pedido llevar sus seguimientos a partir de ahora, lo cual no se opuso y menos cuando tenía a Stephano presionándola.

—¡Dame el control, Violet!

—¡Yo lo cogí primero!

—¡Y yo he estado lejos todo este tiempo! ¡Dame el puto control!

—¡Oblígame, perra!

Suspiro mientras me detengo en medio de la escalera.

Algunas cosas nunca cambian.

Golpe de suerte (#2 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora