Capítulo 20 (Jughead)

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Cuando salí de la prisión, encendí mi celular para ver si tenía algún mensaje o alguna llamada perdida. 

Mi sorpresa fue muy grande al ver que tenía una decena de mensajes, y al menos una veintena de llamadas perdidas, todas por parte de Kevin.

Llamé a su número, y ni siquiera sonó una vez cuando lo escuché diciendo: - ¿Porque mierda no atiendes el teléfono?

-Eh Kevin, ¿que sucede?, cálmate- le dije- estaba en la prisión, visitando a mi padre, y ahí no puedo tener el celular.

- Oh, disculpa entonces- bajando mil revoluciones- es realmente importante lo que tengo que decirte. Es sobre Betty.

-¿Betty? ¿le ha pasado algo?.

-Podría decirse. En la salida con Jassy algo ha salido muy mal, no ha querido decirme que es, pero ella solo llora y llora.

- Oh no, es lo que me temía- hice una pequeña pausa para ponerme el casco y subirme a la moto- ¿tú estás con ella ahora?

- No, está en su casa. Te llame para que vayas ahí y veas que sucede. Eres el único que puede arreglar lo que sea que haya pasado.

- Gracias Kev, eres un gran amigo.

- De nada y perdón la insistencia, no sabía que estabas visitando a tu padre.

Y colgó.

Arranqué la moto y me dirigí hacia la casa de Betty. La tarde ya estaba llegando a su fin, y el cielo se había vestido de naranja. Con mi cuerpo cortaba el viento caliente que rozaba mi piel, haciendo que ésta se prendiera fuego.

Mi mente bullía a mil por hora. 

Mierda, ¿qué habría pasado? ¿Jassy habría dicho algo ofensivo? ¿Algo de nuestro pasado en común?

Oh, en qué maldito momento se me ocurrió que podrían ser amigas.

En lo que seguía pensando, logré llegar a la casa de Betty en una sola pieza. Había conducido como un loco realmente.

Toqué el timbre, repetidas veces y nadie atendió.Tendría que subir por la ventana... 

Trepé por el sauce de siempre y toqué la ventana de Betty para que me dejase entrar, porque estaba trabada por dentro. Podía, a través del cristal, verla en la cama, hecha un ovillo y llorando... Peor me ponía por querer entrar y abrazarla...

- Vamos Betty, déjame entrar- grité para que me oyera.

-Vete, no quiero verte- me respondió llorando.

- No me iré hasta que no me abras, ángel.

Ella no sólo no me contestó, sino que se dio la vuelta para darme la espalda... 

Oh maldita sea, tenía que estar muy enojada... Pero no me iría de ahí hasta que no logremos hablar. 

Toqué de nuevo su ventana: - no me iré de aquí hasta que no me abras, ángel- le repetí.

Así que me senté en su dintel y esperé impertérrito.

Aquí fuera la noche ya había llegado, y la luna me hacía compañía. Mientras esperaba, golpeaba rítmicamente su ventana, para que sepa que todavía seguía allí. Ella seguía de espaldas hacia mi, se notaba que seguía llorando...

Comencé a recitar mi poema favorito de Pablo Neruda para ella: - Puedo escribir los versos más tristes esta noche... Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta... 

El ovillo que era mi novia ya al menos no lloraba, me estaba escuchando, pero seguía dándome la espalda.

- Puedo escribir los versos más tristes esta noche. [...] En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito...

Había cerrado mis ojos, sintiendo el poema que le estaba recitando. La tristeza de cada frase que recitaba inundaba mi alma...

- Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.... Puedo escribir los versos más tristes esta noche.... Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido...

Abrí los ojos ante el dolor de esta última frase, y la ventana ya estaba abierta...

No te vayas de mi lado 《Parte 2 de Vuelta a la vida》Where stories live. Discover now