Epilogo

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Después de las protestas de los humanos, los gatos y humanos firmaron un tratado de coexistencia pacífica para que perdure por cien años, finalmente se disfrutaba de la paz en Catsrule y fue así por los siguientes cinco años, esa tarde, en el distrito financiero, Jin Soo esperaba algo molesta e impaciente a que su novio llegara. Cuando lo vio corriendo a toda prisa hacia ella, decidió darle sus descargos.

— ¡Estoy exhausta por trabajar horas extras! ¿Por qué llegas tarde, sabes cuánto he esperado por ti? — aunque fueron solamente diez minutos, Jin Soo era así.

—Lo siento... — él quien aún tenía sus brazos en su espalda, ocultando una sorpresa para ella solo podía limitarse a sonreír tímidamente, le gustaba ese carácter fuerte de Jin Soo, sentía como la completaba. —Tuve que hacer algo...

— ¿Cómo qué? — pregunto ella, justo lo que él quería escuchar. Saco un ramo de flores que traía escondido en su espalda.

— ¡Feliz aniversario Jin Soo! — ella tomo aquel ramo entre sus manos, al ver esa sonrisa en su rostro, sabía que su decisión sobre los humanos había sido la correcta, aquellas flores le recordaron cuando cierta niña estúpida como ella solía llamarla casi siempre le regalo, hace cinco años atrás.

— ¡No me gusta! — aunque Jin Soo lo dijo con cierta nostalgia, ante aquel recuerdo.

— ¿Qué? — pregunto él algo confundido.

— ¡Es barato! — aun así aquella sonrisa en sus labios fue más que notoria. Esa misma tarde, un niño humano se había perdido en un parque y no dejaba de llorar para que sus padres volvieran a encontrarlo, un pequeño grupo de personas pasaron por allí, uno de ellos al ver a aquel niño, el cual estaba cerca de un pequeño puesto de venta de globos, sintió una sensación de deja vu. HoSeok decidió comprar un globo y fue donde aquel niño para regalárselo.

—Sujétalo fuerte... — le murmuro HoSeok mientras se agachaba para entregarle el globo al niño.

— ¿En serio puedo quedármelo? — HoSeok asintió, aquel niño dejo de llorar y limpio sus lágrimas, tomo el globo y se fue feliz a buscar a sus padres.

— ¿Conoces a ese niño Jung? — le pregunto uno de sus compañeros.

—No... — este al ver como a lo lejos el niño regresaba con su madre, se sintió satisfecho. —Solo recordé algo...— ellos regresaron a la iglesia, para poder despedirse de un gran compañero, el cual había apoyado mucho la organización de humanos hasta donde estaban actualmente, ya que estaba por iniciar su viaje, como suele hacer cada año. HoSeok vio a lo lejos a JaeWoo, de la mano de su pequeño niño, quien era una mitad humano y mitad gato, su hijo el cual Nam Joon no logro conocer, estaban en la puerta de la escuela de la zona sur.

— ¡Rápido! Yoon Gi ya se va a ir. — varios de ellos estaban corriendo para poder alcanzarlo.

— ¡Si, Yoon Gi es mi favorito! — los niños le tenían mucho cariño a él entre todos los miembros de la orden.

— ¡Aun no termino de enseñarnos de las hierbas medicinales! — reclamaba uno de los estudiantes de JaeWoo.

— ¡Quisiera que nos enseñara a tejer! — una niña se hizo un lio en las manos con la lana que tenía. —Me gusta su bufanda roja que siempre lleva él...

—Regresen a salvo a casa... — les decía ella a cada uno de sus alumnos al salir.

—Mamá, ¿Por qué Yoon Gi se va? — le pregunto su hijo quien estaba a su lado, ella al verlo a los ojos, no pudo evitar sonreírle.

—Porque es libre... — JaeWoo coloco su mano sobre su cabeza y acaricio a su hijo. —Puede volver a ser él mismo ahora...— JaeWoo lo había visto crecer a Yoon Gi, eran prácticamente como hermanos, ya que fueron criados por la misma persona, sabia por todo lo que él había pasado y por todo lo que intentaba recuperar con el tiempo. Al ir a la zona norte, en uno de los hospitales, el joven maestro JiMin, había recibido unas visitas esa tarde.

—Me siento mucho mejor... ¿podemos ir a jugar béisbol la próxima semana? — le pregunto a JungKook tras cerrar su libro.

— ¡No! Es muy peligroso... — ese deporte había dejado de serlo, ya que no se encontraba cierta chica que siempre le tiraba la pelota en la cabeza a JungKook.

—Jefe, no sea así... — le suplico Mark desde la puerta.

—Usted es demasiado cuidadoso... — añadió Jackson, BamBam decidió mantenerse en silencio al ver el enojo de su jefe.

— ¡Salgan de aquí! — les grito, los tres hermanos salieron casi corriendo de allí, a los minutos JungKook también tuvo que salir, ya que el doctor se lo pidió. SeokJin estaba preparando las inyecciones que le pondría a JiMin, a su lado, JiMin miraba los arboles desde la ventana que tenía a su izquierda, podía escuchar el sonido del aire entre las hojas, al sentir esa frescura ingresando por su ventana, le trajo un poco de nostalgia.

—Mi hermano mayor ha estado esperando cinco años... — murmuro él atrayendo la atención del doctor. — ¿Crees que ella regresara?

—Quien sabe... — realmente nadie lo sabía. —Tal vez ella no regrese nunca o tal vez ella regrese mañana...

—Tienes razón... — JiMin al oír eso, no pudo evitar sonreír. Bajo aquel cielo, habían varias personas que lanzaban sus oraciones hacia las estrellas, esperando a ser oídas y que se hicieran realidad, todos esos deseos, tenían algo en común. Sus anteriores oraciones habían sido escuchadas cinco años atrás y cumplidas. A aquellos que les pedían por amor, ya lo tenían, a otros que suplicaban por coraje para romper sus grilletes, ya eran libres. Los que querían ser comprendidos y perdonados por su sentido de lealtad, habían recibido otra oportunidad más.

you're my pet and so what? |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora